Narrado por RagnarEl amanecer se filtraba a través de los árboles del bosque, tiñendo las hojas de dorado. El silencio de la mañana parecía más pesado de lo habitual, como si la tierra misma estuviera conteniendo el aliento. No podía sacudirme la sensación de que habíamos cruzado una línea de la que no había retorno.Aldara dormía cerca del fuego que habíamos encendido unas horas antes. Su rostro, tranquilo y sereno, contrastaba con el caos que sentía en mi interior. La marca en su muñeca seguía brillando débilmente, como si nunca hubiera perdido su energía desde anoche. Me había obligado a apartarme de ella, a no dejar que la proximidad continuara encendiendo ese fuego peligroso entre nosotros. Pero incluso ahora, su presencia era una constante, como un latido que resonaba en mi pecho.Mis pensamientos se interrumpieron con el cr
Narrado por AldaraLa noche se cernía sobre el bosque como un manto pesado, el aire cargado de una tensión eléctrica que parecía provenir de todas partes y ninguna al mismo tiempo. Había algo en esa oscuridad que me hacía sentir más consciente de todo: del sonido de las hojas bajo mis pies, del crujir de las ramas a la distancia, y sobre todo, de la presencia de Ragnar, tan cercana que casi podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo.Estábamos solos, lejos del campamento, en un claro que él había encontrado para que pudiéramos hablar. Pero apenas habíamos dicho palabra. Su mirada fija en mí lo decía todo y nada al mismo tiempo.—¿Por qué insistes en quedarte? —preguntó finalmente, su voz grave rompiendo el silencio.Lo miré, sintiéndome atrapada entre la confusión y la determinación.
Narrado por AldaraLa intensidad del momento nos rodeaba como una tormenta silenciosa, y aunque Ragnar intentaba apartarse, algo más profundo parecía mantenernos atados. Sus ojos, antes oscuros y penetrantes, comenzaron a cambiar justo frente a mí. Una luz dorada surgió en sus iris, como si un fuego ancestral estuviera despertando en su interior. Me quedé inmóvil, fascinada y desconcertada al mismo tiempo.—Tus ojos... —susurré, incapaz de apartar la mirada.Él cerró los ojos con fuerza, como si intentara controlarlo, pero cuando los abrió nuevamente, el dorado era aún más brillante, casi sobrenatural.—Mi lobo está demasiado cerca —dijo, su voz más grave de lo habitual, casi un gruñido.El calor en sus palabras resonó en mi interior, como si algo en mí respondiera instintivamente. No había miedo, no
Narrado por RagnarEl brillo de la luna llenaba el claro del bosque, bañando la escena con su luz plateada. Aldara yacía a mi lado, su cabello desparramado sobre el suelo como un halo oscuro. Su respiración tranquila contrastaba con el caos que hervía en mi interior. Por un momento, simplemente la observé, memorizando cada detalle, cada curva, cada línea que parecía dibujada con propósito.Pero el peso de lo que acababa de ocurrir era innegable. No solo habíamos cruzado una línea peligrosa, sino que habíamos dado un paso hacia un territorio donde las consecuencias podrían ser devastadoras para ambos. Mi lobo, satisfecho, pero inquieto, rondaba cerca de la superficie, exigiendo algo que sabía que no podía ignorar. Quería marcarla, dejar mi aroma en ella, para que todos supieran que me pertenecía.—¿Qué estás pensando? —s
Narrado por AldaraMi mano temblaba ligeramente mientras seguía acariciando el pelaje de Ragnar. Su forma de lobo era impresionante y aterradora a la vez, pero algo en su presencia me daba una extraña paz. Su mirada, esos ojos dorados que brillaban con una intensidad sobrenatural, me hacían sentir desnuda, expuesta, pero también protegida.No podía apartar mis dedos de su pelaje, suave pero fuerte, como si cada hebra contuviera una energía antigua y salvaje. Mi mente luchaba por entender lo que estaba sucediendo. Hasta hace poco, habría creído que esto era imposible, algo sacado de una leyenda o un cuento. Y ahora, estaba aquí, en medio del bosque, tocando lo que era imposible.—Eres real, ¿verdad? —susurré, aunque no esperaba una respuesta.Ragnar inclinó ligeramente su cabeza, como si pudiera entenderme. Sus ojos nunca se apartaron de los míos. A pesar
Narrado por RagnarLa luna llena brillaba sobre el claro mientras Aldara permanecía frente a mí, tan serena y decidida que mi corazón se apretó en mi pecho. Mi lobo estaba inquieto, anhelante, pero también cuidadoso, sabiendo lo delicado que era este momento. Ella había visto mi forma verdadera y, en lugar de retroceder, había dado un paso hacia mí.Mi lobo rugía en mi interior, exigiendo que hiciera la marca, que sellara e
Narrado por AldaraEl claro parecía suspenderse en el tiempo. La brisa nocturna era suave, pero la energía que nos rodeaba tenía un peso palpable, cargada de algo más profundo que la magia o el destino: era nuestra conexión, creciendo y fortaleciéndose con cada segundo que pasaba. Ragnar, en su forma de lobo, permanecía frente a mí, sus ojos centelleando como llamas líquidas.Cuando me miraba así, sentía como si pudiera ver mi alma. Había una intensidad en él que me hacía querer retroceder, pero al mismo tiempo, un magnetismo que me atraía con una fuerza imposible de ignorar. No tenía miedo. No podía tenerlo. Todo en mí sabía que estaba destinada a este momento, aunque no comprendiera completamente lo que significaba.—Estoy lista, Ragnar —repetí, mi voz apenas un susurro.Él inclinó la cabez
Narrado por RagnarLa noche parecía más pesada de lo habitual. Cada sonido del bosque, cada susurro del viento, parecía amplificado, como si el mundo se hubiera inclinado hacia este momento. Sentía el latido de Aldara en mi pecho como si fuera el mío, y la calidez de su piel aún irradiaba contra mis manos.La había marcado.Sabía lo que esto significaba, para mí, para ella y para la manada. No había vuelta atrás. La marca no era solo un símbolo; era una unión tan profunda que mi lobo ya no reconocía una vida sin ella. Sentí orgullo y amor, pero también el peso del deber. Ahora que el vínculo estaba completo, las consecuencias serían inevitables.Aldara estaba junto a mí, envuelta en mi capa. Sus ojos se alzaron para encontrarse con los míos, reflejando una mezcla de asombro y curiosidad. Tocaba el lugar donde la hab&i