Layan, Layan, Layan
-LAYAN- los ojos de Priscila se abrieron de golpe para después- AAAAAAAAAAAHHHHHHH- un grito desgarrador salió de su boca dejando salir todo el aire de sus pulmones.
-¿Priscila?-escuchó una voz familiar, pero ella no pudo atenderla, ni siquiera enfocar a quien se había sentado al lado de ella en la cama.
La loba sentía que su cuerpo entero ardía y a la vez se enfriaba a tal punto que sus músculos se tensaban. Miles de voces gritando en su cabeza a tal punto que no podía entender ninguna. Pensaba que ya había pasado por ese proceso. Pero sentir las cosas tan vividas era demasiado. Incluso la textura de la sábana bajo ella y la que la cubría parecían miles de clavos que se hundían en su piel.
-Priscila, Priscila, hija mía- la voz de su madre volvió a llegar en medio de la nebulosa de control y la hizo aferrarse a ella.
A
Tanto Hades como Nebraska no podían creer lo que estaba diciendo el Comandante de Layan, con aquel rostro apacible.-Mi hija está en peligro y muriendo tras cada segundo. Si llevárnosla para salvarla es la opción lo haremos- la voz de Hades fue grave, sus ojos se volvieron dos pequeños puntos plateados.Vitore sintió que una gota de sudor bajaba por su espalda. Donde demonios estaba el imbécil de su alfa cuando él tenía que enfrentarse a los suegros de este. Sí, claro, ya recordaba, todavía encerrado.«Kei por favor, sálvame» rezó en su interior.Respiró profundo y enfocó nuevamente a los tres lobos que lo fulminaban con la mirada y casi lo intimidaban con su olor. Por suerte estaba acostumbrado a lidiar con estas situaciones sino no fuera el comandante de su manada. Las apariencias engañaban.-Alfa Hades, reina. Sé la
Victore estaba pálido. Era un lobo manipulador y por naturaleza solía tener todo planeado, por lo que su secreto mejor guardado fuera descubierto no estaba entre sus planes. Su diversión con Kei se había estropeado y ahora estaba seguro que sería rechazado por haberle hecho todo aquello sin su consentimiento. Estaba cociente de los sentimientos del lobo por él, más no tenía la confianza para tener una relación estable y menos ser su compañero.Primero, porque eran dos machos y unos cualesquiera, y segundo, porque su prioridad era la manada, no sus relaciones amorosas. Podían jugar todo lo que quisieran, hasta ahí. Pero demonios, había momentos en los que él ansiaba ser sostenido con cariño en un abrazo cálido y protector y que le dijeran palabras que le hicieran palpitar el corazón.-Kei, yo…- su voz lo traicionó.-Respóndem
-Priscila- escuchó su nombre en cabeza.La loba cerró sus ojos y se encontró apartando todo a un lado y solo concentrándose en esa voz.-Dime madre- tanto su cuerpo como el de su madre se proyectó uno frente a otro.-¿Estás segura de lo que vas a hacer?- la voz de Nebraska era preocupada aun con su porte firme de siempre.La loba menor asintió con la cabeza.-No puedo dejar a Layan solo- se pasó la mano por la nuca- Es mi compañero.Nebraska la comprendía.-En eso eres igual a mí, hija- sonrió de lado- Incluso cuando estaba al borde de la muerte prioricé a mis seres queridos en vez de mi bienestar- recordó cuando casi muere congelada en la nieve después de escapar de Rudoc, y ella solo le preocupaba que el antídoto contra el veneno que atacaba a su esposo e hijo llegara a ellos en el momento indicado.-Siempre
Podía afirmar que amaba a Layan. Era su compañero y todo, pero en esos momentos Priscila deseaba realmente meterse en su mente, sacarlo y decirle las cosas que él necesitaba escuchar. Porque Priscila había tenido sexo, pero apenas eran recuerdos difusos en su mente. Demonios, como deseaba tener experiencia, sobre todo con un lobo tan grande al que tenía que llevar a un orgasmo tan brutal que olvidara hasta su nombre.Por suerte, después de romperse las neuronas notó que el cuerpo masculino estaba bastante sensible. Por lo visto la parte salvaje de Layan era la que se había llevado la mayor parte de lo sensitivo. Eso era bueno. Quizás no se tendría que esforzar tanto porque eso que ya latía debajo de ella definitivamente había sido rápido.Enrollo sus brazos alrededor del cuello de Layan y sus labios rozaron su mejilla.-Sé bueno- le dijo con voz sensual y soltando u
Mantener la cordura mientras tenía sexo con su lobo y estar rodeada de sus fuertes feromonas de alfa, no era nada fácil para Priscila. En ese momento estaba utilizando toda su fuerza de voluntad y usando todas las técnicas aprendidas en el pasado para no concentrarse en la sensación dentro de su abdomen y si en lo que su cabeza debía tener prioridad.Pero no era fácil, no era fácil.El maldito de Layan se la estaba poniendo sumamente difícil. Alzando su cadera hasta penetrarla completamente y hacerla sentir llena a un punto en el que ella tenía que morder su hombro para no gritar. Las uñas de ella se enterraban en su espalda.Aun así, ella resistía, porque sabía que después tendría tiempo para atender a su lobo y disfrutar con él. Ahora solo necesitaba un poco más de él. Su mente cedía ya tanto que estaba segura que lo lograr
Layan podía sentir por cada poro de su cuerpo que su compañera estaba molesta… molesta con él, pero no era tiempo de pensar en eso. Se levantó de golpe mostrando todos sus colmillos.-Se supone que no debería estar aquí- le gritó. La tensión en su cuerpo era brutal y más ahora sabiendo que su loba está allí, donde menos la quería.-Shhh, no me grites Layan. Y tengo todas las razones para estar aquí- ella le respondió de forma fría, como cuando no tenía emociones, aunque de esa forma sacaba más de quicio al lobo.-Priscila, esto es muy…--¿Peligroso? Lo sé, por qué crees que estoy aquí, no es como que vas a hacer todo cuando yo también tengo que ver con esto.-Priscila no…-Pero fue interrumpido con un gruñido encontrando que su lobo se había atravesado ent
Layan había escuchado que la conexión entre compañeros era sumamente fuerte, mas nunca se imaginó cuánto. Solo podía decir que estaba en completa sincronía con su loba, Priscila. No importaba que movimiento hiciera, por donde atacara, no importara la velocidad, ella estaba allí cubriendo su espalda de los dientes de Liam. Cuando él saltaba sobre su cuerpo para desgarrar algún pedazo de él en un intento de llegar a su garganta y la boca de Liam se encontraba cerca de él simplemente era congelada o quemada unos segundos, el tiempo suficiente para él poder hacer su trabajo.Liam que para ese momento estaba completamente fuera de control, gruñía tan fuerte que Layan sacudió la cabeza y Priscila se cubrió sus oídos con una inmensa molestia. Un hilo se sangre comenzó a escurrirse por este y ella frunció el ceño.Y solo había sido un segundo para abrir los ojos y encontrar la boca de Liam justo delante de sus ojos. Layan maldijo y corrió hacia él golpeándolo con la cabeza y no había desgarr
Layan se quedó quieto en el lugar cuando vio que el cuerpo de Liam se detenía de golpe cuando la loba alzaba su brazo. Un enorme jadeo con sangre salió de su boca.Oh, era como esa vez. Priscila sentía la sangre palpitar y recorrer todo su cuerpo. La rabia, la excitación, el odio, un mar de emociones que se arremolinaron dentro de ella. Inclinó la cabeza y una falsa sonrisa se posó en sus labios viendo como Liam se estremecía, alzado en el aire, como su algo lo sujetara del suelo y lo apretara. En cambio, la mano de Priscila solo estaba alzada delante de ella con la palma abierta. Palma que se sentía tan caliente y a la vez fría.Y después… cerró.El único sonido que se escuchó después de los quejidos de Liam, fueron el crujir de algo antes que este se quedara quieto y sus miembros cayeran al lado de su cuerpo… sin vida. Segundos después se desmorono sobre el suelo sin moverse. Layan no se movió del lugar asimilando que lo había pasado. Solo cuando, delante de él, el cadáver de Liam