La encuentro en el bosque, bajo la sombra de un árbol llorón junto al estanque. Su cabello ha recuperado brillo, su piel morena desprende el característico color y se ve mucho más sana. Sé que escucha mis pasos, pero no me voltea a ver hasta que estoy junto a ella. Hace arreglos florarles, casi como una florista cualquiera. Las flores violetas son hermosas, nunca vi una flor parecida. Supongo que es endémica de plano astral.Estuve ensayando durante todo el camino mi discurso y las preguntas que quería formular, pero ahora que la tengo de frente no se me ocurre un carajo. Las palabras han muerto en mi boca y mi mente se ha quedado en blanco, así que por unos minutos me dedico a admirar sus ágiles dedos mientras entretejen las ramas con las flores. Por un minúsculo instante se me viene a la mente la idea de ellos siendo humanos, despojándolos de lo que sea que los haga místicos y viviendo vidas comunes y corrientes junto a nosotros. Ella tendría su propio negocio de flores, apuesto a q
Ni siquiera me di el tiempo de agradecerle por acompañarme a plano terrenal con algunos otros monteros. Confió en mí ciegamente a pesar de que no le he dado razones para ello. Y pudo haber muerto por ello; confió en mí a pesar de que conduje a todos a una muerte casi segura. No hay forma de pedir disculpas por ello.Trato de mantener la calma, de no parecer ansiosa y de obligar a mi rostro a tener una expresión neutra.—¿Qué chingados, Viviana?Es la misma pregunta que me hago cada vez que despierto y me doy cuenta de que sigo viva.—Lo siento.—Exactamente ¿por qué lo sientes?Este dilema existencial ya lo he pasado antes. Deirdre me obligó a enfrentarme a mis demonios de mierda y a darme cuenta de que nadie tiene más culpa que yo en mi vida y relaciones interpersonales, porque al final fui yo quien decidió dar un paso al abismo.—He sido una mala persona, una mala montera y, sobre todo, una mala amiga —trago saliva mientras intento buscar las palabras—. Y lo siento por ser como soy,
Siena se pone de pie y se para junto a la ventana de forma que me da la espalda, su cabello cae en cascada por sus hombros y me recuerda un poco a Lilian. Desecho el pensamiento desagradable. Durante un rato no habla, yo solo miro a cualquier lugar lejano a ella, no sé si fue buena idea confesar que la entiendo, después de todo no somos cercanas, no he intercambiado con ella más de doscientas palabras en lo que llevamos de conocernos.Y tampoco voy a olvidar que me invitó de la manera más atenta a su boda con el hombre del que estuve enamorada por mucho tiempo. Recuerdo que en el funeral quería dejar de verla, pero en ningún momento fue grosera ni déspota, al contrario, viéndolo en retrospectiva creo que quería ser agradable. Y no resultó.—Lo dejé todo.Las palabras apenas son audibles y tengo que levantar la mirada para cerciorarme de que está hablando. No me mira, pero su cuerpo está viendo un poco hacia mi dirección. Siena se muerde el labio con nerviosismo, su tensión es palpable
Ragnar no es el típico guerrero monstruo del que saldrías corriendo en cuánto lo vieras. No se parece en nada a un humano, pero no resulta tétrico y grotesco a la vista como la mayoría de los guerreros monstruo, aún recuerdo al monstruo mitad serpiente y mitad mono que partió en dos a un montero durante el funeral de mi padre y se me erizan los vellos de la nuca. Ragnar bien podría arrancarme la cabeza de un tirón, pero no resultaría tan desagradable a que lo hiciera una araña mitad león en combinación con cola de ardilla.Un escalofrío me recorre.Imagino que debido a su anatomía parecida a un lagarto es que le gusta pasar tiempo en el agua, llevo escondida detrás de un árbol hora y media y sigo sin armarme de valor para ir hasta él. Lo curioso es que no hace más que flotar en círculos mientras las sombras y los rayos del sol se intercalan para posarse sobre él.Su cola en forma de arpón sobresale del agua y gira conforme cambia de posición, casi pareciera estar rastreando algo, pero
Quisiera decir que logro reponerme rápidamente y que las palabras de Lucas no me afectaron en absoluto, pero la realidad dista mucho y es que mi ansiedad crece por momentos, los mil pensamientos hieren en mi mente y la necesidad de inhalar la mierda que sea, aumenta con cada segundo que pasa.Maldito sea Lucas, maldito sea el momento que eligió para confesar. Maldita sea yo que me dejo afectar por algo que deseé escuchar mucho tiempo atrás. Me recargo en una pared al doblar un pasillo y me doy un par de segundos para reponerme. Respiro lento y profundo, me obligo a pensar en cualquier cosa excepto lo ocurrido hace unos minutos. No siento emoción ni esperanza, es una seca ira que me grita que prefería jamás enterarme de la verdad.Instintivamente, busco la esencia de Arlen, me dejo invadir por ese color blanco y puro, por una sensación de tranquilidad, de seguridad y…—Oh, linda monterita.—¡Hijo de perra!Saúd aparece demasiado cerca de mí y me saca un susto de mierda. Mi cabeza punza
Saúd no me deja en paz hasta que lo mando a volar, su presencia puede volverse molesta por momentos y aunque soy consciente de que necesito distracción por toda la mierda de Lucas, no logro soportarlo por mucho tiempo.Definitivamente no esperaba que sacara a colación el nombre del montero legendario de mi especie, así que sigo impresionada, ¿Cómo lo supo? Alguien debió de decirle y ahora sé que no se trató de un montero. Me debato entre avisarle a Ivonne o buscar información por mi cuenta, por un momento medito la idea de acudir a Xiwtekuhtli, pero logro desecharla antes de que cobre fuerza y se convierta en un molesto mosco en mi cabeza.Desde que se realizó la alianza con los místicos, cada quién tiene afinidad por alguien más, algo normal incluso entre humanos. Arlen siempre ha ido por su cuenta, Xiwtekuhtli también. Lilian y Ragnar no son la pareja del año, pero parece que se apoyan mutuamente, imagino que tiene que ver con el tema de los golpes de estado de sus razas. Saúd está
Llevo cerca de dos horas tratando de dar con el cuerpo de Humberto, sabía que no sería sencillo porque la esencia de alguien desaparece en cuanto este muere, ya no hay energía, entonces ya no hay esencia, pero tenía esperanzas vagas que definitivamente mueren en este momento.El cementerio no es lúgubre y tétrico como en las películas o incluso en la vida real, es un lugar hermoso y decorado que pareciera una maldita celebración. Y no encuentro la tumba de Humberto. Igual me pasa por la cabeza tomar algo de papá, quisiera ver lo más que pudiera de Ziva, saber cómo lo mató y si al menos le dio chance de decir algo.Pero lo cremaron.Aquella vez no estaba en condiciones de reclamar, pues mi cuerpo controlaba mi mente y solo pensaba en meterme cualquier porquería, de preferencia heroína. Después ocurrió lo de las pruebas cuando aún me recuperaba del síndrome de abstinencia y mi vida dio un giro que volteó mi mundo de cabeza. Por supuesto que me valió un comino si cremaban el cuerpo de pa
Si algo tengo seguro, es que no seré la primera en atacar, pues ellos son depredadores por naturaleza, sabrán esperarme, prefiero hacerlos perder la paciencia. Los segundos me parecen eternos, los veo girar a mi alrededor y sé que en cualquier momento voy a perder de vista a alguno. El de enfrente me gruñe y escucho al de atrás tomar impulso y saltar. Me giro a tiempo para lanzar una estocada que por poco le da en la pata, él no me hace ni un rasguño. El otro salta me rasguña el brazo. El dolor que siento es más de lo que creí por un rasguño, suelto un grito y noto la piel herida evaporarse.Hijos de perra, tienen veneno en las tenazas, no estoy vestida para la ocasión.La piel humea y escoce, pero esquivo a los monstruos y lanzo estocadas. Atino a darle a uno en el estómago justo cuando se lanza de lleno a mi rostro. El aullido que suelta me saca una sonrisa y aprovecho mis energías y motivación renovadas para lanzarme contra el otro. Este gruñe y trata de lastimarme con las tenazas,