Luego del furor del momento, los hombres en mi contra terminaron por acabarse la reserva de vodka de la fiesta. Amargados, furiosos por lo que ha hecho Konstantin. Para mi regocijo, no dijeron nada más e imitaron a Taras con una inclinación forzada de aceptación.
Sé que en cualquier instante van a atacar, al menos Artur, por eso debo adelantarme y diez pasos.
No dije nada luego que ellos bajaron del escenario. Me reservo las palabras. Solo me limité a sonreír con soberbia y mirarlos con el reto dibujado en mis ojos.
Yo soy quien manda ahora, destronarme será muy difícil, por no decir imposible. Mi fuerza, todo lo que he pasado, me ha hecho de hierro, y dejarme vencer es algo que no voy a aceptar.
Justo ahora tengo a mis padres y a Konstantin despidiendo a los invitados, la mayoría muy ebrios y otros con ganas de más fiesta. Lamentablemente yo quiero que se larguen ya y des
Cuando recupero la consciencia con lentitud, siento un peso en mi cintura y una calidez abrumadora en mi espalda. Parpadeo poco a poco hasta que abro los ojos del todo. Bajo la mirada para ver un brazo grande rodearme. Un brazo que conozco y que hace que caiga en cuenta de todo.Paso una mano por mi cara para alejar la somnolencia de mí y estiro el brazo para ver la hora en mi móvil. Las siete de la mañana, solo he dormido tres horas.Me deshago del agarre de Taras y me levanto de la cama. Me giro para verlo. Se ha colocado boca abajo tomando la mitad del lugar donde estaba acomodada. Sonrío antes de tomar mi teléfono y escribirle un texto a Boris.Consigue una muda de ropa para Dobrovolski. Me dirijo al baño a darme una ducha rápida, el estómago me ruge como si tuviera días sin comer y me urge ir a saquear el refrigerador. Cuando salgo del b
Me hago a un lado para dejar pasar a Taras y a Konstantin. Ambos ingresan en silencio a la estancia e interrumpen sus pasos al ver a Dasha. Justo cuando voy a cerrar la puerta, Beth, la cocinera que asignó Slava luego de que matara a Angelique, aparece con una bandeja llena de panecillos, queso, mantequilla, café y leche.—Deja eso en mi escritorio —le ordeno, ella lo hace en silencio.Taras levanta una ceja en mi dirección y luego escruta a la chica. Tiene esta extraña faceta de hablar sin decir ni una palabra.—Ella es Dasha. Saqueó nuestro cargamento cuando llegaba a los almacenes. —Empujo la comida sobre la mesa: hacia ella con una sonrisa—. Ve allá y come todo lo que quieras —le digo señalando un sofá al fondo de la oficina. Ella acata la orden sin protestar.—¿Ella? —pregunta Konstantin, incrédulo, mientras yo me dejo c
El lunes transcurre pesado como ningún otro. Atender a cada socio externo fue un trabajo difícil y tedioso, más de lo que pensé. Sin embargo, ya tengo cubierta esa parte y le he dicho a cada empresario que sus negocios con la Bratva van a continuar sin importar que yo haya tomado el control. Sus inversiones y sus negocios son de gran ayuda para blanquear nuestro dinero. A cambio, ellos reciben seguridad extra por parte de nosotros e inmunidad entre los de nuestra clase.Pero esto no se queda aquí, hay muchas cosas que hacer aún, como ver si dejaré a los mismos dirigentes de nuestros asentamientos en tierras extranjeras o los cambiaré, también visitar a nuestros aliados e ir personalmente a supervisar los negocios.En fin, trabajo y más trabajo.Vladislav se ha marchado esta mañana a Estados Unidos dejándome sola con esta panda de buitres. No obstante,
Cuando retornamos a la casa, diviso tres camionetas en la entrada, una es la de Taras y otra la de Konstantin. Desconozco la tercera, aunque me puedo hacer una idea debido a las circunstancias. Me bajo de mi vehículo y llevo a Mac conmigo. Entramos a la residencia con James detrás nuestro. Escucho voces masculinas provenientes de la sala de estar, por lo que me dirijo directamente allí.En el lugar se encuentra mi esposo sentado en el sillón individual, Taras parado en un costado y de brazos cruzados, mamá igual que este, pero detrás de mi marido. Por último, está Popov sentado en el sofá de tres plazas con un rostro muy enojado.—Buenas noches —digo con un atisbo de diversión en mi tono de voz.Vladimir se levanta de un salto y se pone frente a mí de forma amenazante. A mi lado Mac gruñe, al fondo Taras adopta una posición de alerta y Konst
Al día siguiente me despierto temprano, envuelta como se me ha hecho de costumbre, entre los brazos de Taras. Lo dejo a él en la ducha cuando me marcho a la sala de entrenamiento. Necesito sacar la adrenalina que tengo dándole unos golpes al saco de boxeo.Paso aproximadamente una hora en ello. Concentrada en mis movimientos, en mi evolución, en los gritos de James pidiendo más rendimiento de mi parte. Le doy una patada al saco con frustración y miro a mi guardaespaldas con el ceño fruncido.—Te aprovechas de la situación, ¿no? —le digo entre dientes.Sonríe de lado con arrogancia.—Es bueno darle órdenes a la jefa de vez en cuando.Niego con la cabeza y me acerco a mi botella de agua para poder refrescar mi garganta seca.—No te acostumbres.—A mí me perece perfecta. No tiene nada que mejorar. —Ambos g
Me dirijo a la jaula de los perros de seguridad con un fin: visitar a Vladimir Popov. Es su suite de lujo personalizada, con ladridos y gruñidos a cada segundo, con mal olor a heces y a orine animal, sin olvidar el olor característico de un perro cuando pasa tiempo sin un buen baño.Allí me esperan los hombres que se lo han llevado hace un rato de la sala comedor. He de decir que el ambiente se volvió algo tenso y desagradable, por lo que dimos por terminada la reunión que a mi parecer ha salido fructífera en demasía. Los resultados han sido excelentes. Otros, lamentablemente, no pueden decir lo mismo.A mi lado marcha mi madre. Konstantin ha decidido ir con la suya hasta su casa; la pobre Olesya está desconsolada, no entiendo por qué, pero bueno... Esos son asuntos de mujeres enamoradas de maridos idiotas. Taras ha acompañado a sus padres hasta su hogar y luego regresará
Levanto una ceja ante el hombre que me mira con una sonrisa que pretende ser amable. Lo examino de arriba abajo, no tiene apariencia de ser un hombre mayor, pero tampoco es joven.—No —contesto con sequedad—. No tengo el placer. ¿Quién eres y qué quieres?Boris pone una mano en su arma, aunque se muestra sereno. El hombre, Dominic, ve de reojo el movimiento y traga saliva. Así que aquí tenemos a un pequeño cobarde.—Verás, tu padre...Lo interrumpo alzando una mano.—Vamos a mi oficina. Te advierto: tienes todas las de perder si intentas hacer algo estúpido —le espeto antes de darle la espalda y caminar en dirección al estudio.—¿No piensas vestirte? —Niego con la cabeza, divertida.—¿Eso a ti qué te importa? Tú insistes en verme y yo estaba en la piscina.Me encojo de ho
No me amedrentan los rostros frente a mí que me miran con seriedad. Al menos el de Ruslan Lavrov, los demás son más cercanos y los cuales considero inferiores a mí, como el de Vadim Popov. Konstantin y Taras también están.Obviamente es una reunión formal de la Organización para dejar claros los cambios efectuados de una vez por todas y así poder trabajar cada quien en lo que le corresponde. Junto a nosotros no se encuentra Grigoriy Popov, con él hablaré más tarde para que pueda ir a ejercer su mando en el asentamiento inglés. Una llamada y mi hombre encargado allá pasará a ser su mano derecha o más bien su “vigilante”; ya he acordado algunas cosas con él y está dispuesto a fingir para que el hijo mayor de Vladimir crea que es en realidad un jefe allá. Todo para mantenerlo en una fantasía y, por ende, leal a m&ia