Fui moviéndome entre los arbustos, ahora con bastante más cuidado hasta llegar a la cueva. Desde la entrada ya se podía oír alboroto.
—Me da igual cuántos sean.— reconocí la voz de Ezra.—¡Dejad de ser tan cobardes!— aquello sonó exactamente como una bofetada, aunque es cierto que solo puedo sospechar lo que fue ya que me mantuve escondida tras las piedras.—¡Todos a luchar! ¡Luchad por mí!
Entonces oí pasos viniendo hacia donde yo estaba, de inmediato me escondí completamente tras las piedras y la maleza pero creo que moví unas hojas al agacharme e hice ruido.
Vi como tres de ellos se alejaban, pero uno se quedó rezagado, parecía sospechar algo.
Preparé el cuchillo apretando bien el puño aún sin saber si iba a ser capaz de matar a un desconocido solo con tal de no delatar mi posición—Reika, ¿dónde estás?— preguntó Ezra.Yo me quedé petrificada donde estaba, manteniendo aquella posición incómoda aplastada contra las rocas.—Sabes que puedo olerte perfectamente ¿verdad?— así se desvaneció mi esperanza de que estuviese hablando solo.— Mira la que está a punto de liarse ahí fuera y tú quieres seguir jugando al gato y al ratón.Por un instante hasta me sentí culpable, como si fuese yo quien había ido por ahí secuestrando a personas con tal de conseguir un par de citas con alguien que claramente no estaba interesada en tenerlas.—Reika, Reika, Reika...— canturreó mientras salía de la cueva. Me quedé especialmente impactada al fijarme en su cuello, llevaba mi nombre tatuado todo en mayúsculas en una tipografía muy parecida a la comic sans.&md
Iba a apartar las hojas que aún se interponían entre nosotros, parecía preparado para abalanzarse sobre mí y morderme, pero yo también estaba preparada para arremeter contra su cuello. Los dos teníamos mucho que perder.Entonces una flecha pasó a centímetros por nuestra izquierda, yo vi cómo se clavó en un árbol más allá y aproveché para clavar el cuchillo en su cuello cuando Ezra se giró para ver donde había acabado su trayectoria.No estaba segura de que hubiese sido una puñalada efectiva al ser mi primer asesinato, así que procedí a asestar varias más para asegurarme de que estaba muerto y así de paso liberé algo de rabia acumulada.Ya estaba tendido en el suelo y yo estaba bañada en sangre, pero no podía parar. Quizá no quería dejar de matar a Ezra porque una vez terminase te
Eché a correr sintiéndome invencible, sin importarme en que estado se encontrasen los jirones que en algún momento fueron el vestido, sin que me preocupase la sangre reseca que estaba por todo mi cuerpo, y sin haberme parado a pensar en lo que había hecho ni en las responsabilidades que acababa de adquirir y con las que tendría que cargar hasta morir.—¡Reika es la nueva alfa!— gritaba el niño correteando a mi lado, lo cual era una advertencia a todos los antiguos esbirros de Ezra que ahora se habían convertido en los míos.No parecían muy molestos por el hecho de que hubiese asesinado a puñaladas a su líder, aunque no dejaba de vigilar con el rabillo del ojo a todos mis nuevos seguidores, quizás alguno de ellos quisiese promocionar a alfa aprovechando el caos que había desatado la lobismuller.Cada vez eran más los que me seguían entre murm
—Como ya sabréis todos, soy vuestra nueva alfa.— me esforcé en alzar mi voz todo lo posible pese a estar agotada, conseguí sacar fuerzas ahora que me sentía apoyada.—Hoy no vamos a luchar.—anuncié.Los murmullos parecían aprobatorios en general, al fin y al cabo acababa de evitar una masacre.—¿Qué debemos hacer?— preguntó uno de los chicos.—Bueno, lo que queráis. — admito que esa orden era bastante floja, de hecho solo consiguió dejarme ante una masa confusa y expectante.—Ezra siempre nos mandaba hacer algo.—confesó el niño.—Sois libres.— dije tomando su manita entre las mías.— Solo tenéis que permanecer aquí si queréis hacerlo.Al ver sus rostros sorprendidos me di cuenta de que iba a tener que hacer una cantidad ingente de educaci&oacut
Duke había conseguido recuperar mi móvil, cuando lo volví a encender me encontré bastantes llamadas perdidas de Asena. —¿Hola?— pregunté preocupada cuando ella descolgó, no estaba preparada para recibir más problemas. —Hola, llamaba para ver qué tal te iba.—ella sonaba muy tranquila, probablemente solo me hubiese llamado tantas veces seguidas con la intención de que contestase lo antes posible.—¿Qué tal vas con el libro? —Bueno... experimenté con acacias y algunas cosas más.— dirigí la mirada al sendero que llevaba a la cueva.— El caso es que no he tenido mucho tiempo y me parece que voy a tener aún menos. —¿Estás bien?— de pronto se alarmó y noté angustia en su voz. —Ahora sí. — Ayax me hizo un gesto para indicar que me diese prisa.— Resumiendo, me secuestraron y maté a un hombre lobo y ahora soy la alfa. —¡¿Qué?!— a juzgar por su reacción había resumido demasiado, supongo que daba para unos cuantos capítulos después de todo. —El caso es que ahora no es un buen motivo, porque t
—Ya está todo preparado, Reika.— Tyson me recibió y me indicó el camino hacia la parte más alta, que iba a servir como escenario.—Gracias...—comencé a subir seguida por Max, Duke y Ayax en ese orden, supongo que a los demás no les hizo demasiada gracia aquel favoritismo.Una vez estando allí me di cuenta de que habían iluminado donde yo iba a estar con focos directos, de modo que no veía las caras que tenía a mis pies.—Bueno, antes que nada quiero agradecer a todos la confianza que habéis depositado en mí al quedaros a mi lado.— empezaron los aplausos y tuve que callarme unos segundos porque eran demasiado ensordecedores como para hablar por encima, busqué las miradas cómplices de quiénes cubrían mis espaldas pero ellos estaban cabizbajos.— Ahora que este vínculo que nos une ha dejado de ser una imposi
Alguien aporreó la puerta haciendo que diese un brinco desde el sillón para levantarme.—Es un hombre lobo... viejo.— anunció Max olisqueando el aire.No me entusiasmaba la idea de hombres lobo presentándose en casa de mi abuela sin previo aviso ni respeto, pero no quería faltar a mi deber como nueva alfa.Desde la mirilla pude ver a un hombre de unos cincuenta y muchos años, mediría algo más de un ciento ochenta centímetros y tenía una capa de pelo canoso que le cubría allá dónde se podía ver.Abrí la puerta confiando en que fuese un antiguo miembro de la manada de Ezra pero que no guardase rencor.—¿La nueva alfa?— preguntó incrédulo, en su tono se notaba la indignación y hasta un poco de asco.—Sí, soy Reika.— forcé mis labios a sonreír y creo que eso fue
—Vas a tener que darme unas cuantas explicaciones.— puede que tuviese que alzar el cuello para verle, pero no iba a dejar que me amedrentase, aunque debo admitir que era mucho más fácil sabiendo que estaba respaldada.—Bueno, esto no son maneras.— parecía ofendido al no poder intimidarme con su mala cara y su tono desagradable a volúmenes exagerados.— Tienes que conocer a mis socios.—¿Para qué iba a querer conocer a tus socios?— si lo hubiera sabido me hubiese ahorrado conocerle a él también sin dudarlo.—Porque hemos venido para quedarnos.—sonrió de forma tétrica alzando demasiado el labio superior, en realidad, dudo que aquello fuese una sonrisa y no un intento de gesto amenazante.—¿Qué quieres decir?— gruñó Ayax caminando hacia la puerta en tres zancadas. No dije nada con palabras pe