La cueva por dentro parecía más grande que desde fuera, parecía que llevaban entre nosotros más tiempo del que creíamos, incluso a tantos hombres lobo con fuerza sobrehumana debían haber tardado meses en excavar aquello y decorarlo con tan buen gusto, parecía un maldito palacio moderno sin ventanas.
—Aquí es donde te escondes.—dije con tono de mofa mirando directamente a los ojos de aquel niñato creído. Él solo apartó los ojos de la televisión un instante y me miró con una sonrisa además de un poco de incredulidad.
—¿Me has confundido con un niño?— al oír aquella voz grave saliendo de una esquina mal iluminada me di cuenta de que acababa de tirar por tierra mi primera impresión.
Tuve que mirar hacia arriba para verle la cara, me arrepentí al instante ya que no pude aguantarle la mira
—¿Qué pretendes con todo esto?— cada vez se acumulaba más tensión, todo lo que hacía Ezra era ofrecerme manjares y provocar a los demás. Yo sujetaba la mano de Duke, consciente de que estaba a punto de saltar contra él y comenzar una guerra que no podíamos ganar por motivos meramente matemáticos.—Tan solo disfrutar de un momento contigo, Reika.— se sentó cómodamente dando vueltas al vino de su copa, para después dar un trago.— Aunque hubiese preferido que fuese a solas.— admitió por lo bajo con la mirada clavada en el fondo del vaso.—¿Es esto tu idea de una cita?— Ayax se sentó también frente a él al otro lado de la mesa.—Bueno, podría poner un poco de música también.— chascó los dedos, haciendo que el niño apagase la televisión y se dirigies
—Creo que deberíais dejarnos a solas.—era increíble ver cómo Ezra contenía la rabia, claramente su estabilidad estaba pendiendo de un hilo.—¿Es eso lo que quieres, cielo?— alzó el cuello por encima de él para dirigirme una mirada cómplice.—En absoluto.— contesté alegremente, como si no fuera consciente de que era azuzar a la bestia un poco más.—Ya la has oído.—musitó Ayax con una sonrisa maliciosa.Ezra dió un paso hacia él, pero no continuó al ver que reaccionamos siguiéndole. Sin embargo mis reflejos no eran tan buenos como los demás y tardé en reaccionar unos segundos, cuando me di cuenta estaba terriblemente cerca de Ezra.Noté muchísima presión en las sienes, lo cual indicaba que Ayax, Duke y Max estaban preocupados en exceso.
—Os acompañaré hasta el coche.— propuso Ezra.Estaba demasiado sorprendida por los acontecimientos para negarme y antes de darme cuenta ya nos estaba llevando a la salida.Miraba a mi alrededor y allá donde alcanzaba la vista había miembros de la manada de Ezra, había montones de ellos, cientos. Desconfiaba de cada uno de sus movimientos, parecía una trampa, no podía ser tan fácil.Hades estaba enfrascado en recibí algo de cariño de María, les oí hablar sobre el miedo que ella había pasado pensando que nadie vendría a ayudarla y cómo su familia la había dado de lado al enterarse de todo lo ocurrido, al parecer ahora éramos sus héroes.Ayax no quitaba ojo a Ezra, mientras que Duke controlaba a todos sus acólitos y no dudaba en apartarlos cuando consideraba que se acercaban demasiado al parámetro de seguri
Subí la ventanilla y bloqueé las puertas con el seguro rápidamente. Duke intentó salir pero se lo impedí.Ezra seguía esperando una reacción volátil por mi parte, pero empezaba a escamarse.—Vámonos a casa.—dije seriamente.—Reika, tienen a tu madre.— me recordó María en voz baja con un tono preocupado. No hizo falta que respondiese, Ayax ya estaba gesticulando para que se callase.Estaba claro que no podía ser tan simple. Duke arrancó el coche y nos fuimos excediendo el límite de velocidad.Ezra parecía sorprendido de que nos fuésemos dejándola allí, habría sobrevalorado los sentimientos que procesaba hacia mi madre. No es solo que tuviese miedo, aunque también era el caso, y más ahora que tendría que entrar
Aunque estaba sin energía a muchos otros niveles, el consejo de Max resultó ser bastante acertado. Despertar acurrucada entre los amores de mi vida siempre resulta un consuelo, pero teniendo en cuenta la situación que tenía encima, quería quedarme así para siempre.—Buenos días.— susurró Duke. Comprobé que los otros dos aún seguían dormidos, Ayax a mi derecha y Max entre mis piernas.—¿Quieres levantarte de la cama?—negué con la cabeza suavemente, ya que aún estaba medio dormida, de modo que no mostré toda la efusividad que se merecía la pregunta.—Ya lo suponía.Sonreí y estiré el brazo hasta su cara para acariciarle.—Te está saliendo barba.— anuncié al sentir pequeñas punzaditas en la yema de mis dedos.—Para ser un hombre lobo, creo que no te puedes quejar de mi vello.— aquello me hizo sonreir aún más, lo cual parecía del todo imposible en el contexto.—¿Y si me dejo crecer la barba?—No, por favor.— susurré poniendo ojitos de cordero degollado y con las palmas de las manos juntas co
—Eso es una gilipollez.— arranqué la muñeca de su agarre repentinamente. Duke y Max me miraban pálidos.— En realidad los lobos no tienen esas jerarquías, el tipo que expandió esa teoría lleva años intentando corregirse.—¿De qué hablas, Reika?— Max estaba preocupado y sus ojos viajaban de mí a Ayax como en un partido de tenis, temía que cualquiera de los dos hiciese algo estúpido. —Las manadas de lobos no tienen "alfa" en libertad.— me aseguré de marcar bien las comillas para que resultase especialmente ofensivo. Tenía la suficiente información sobre investigación en el área de los lobos como para respaldar todo lo que decía.—Nosotros sí.— interrumpió Ayax, mientras se ponía en pie lleno de furia.—Te olvidas de que no somos simples cánidos, este sistema nos funciona.—Claramente no funciona conmigo. — me negaba rotundamente a ceder poder de decisión sobre mí a un hombre. Solamente lo había hecho por mi abuela, y ahora que me había dejado, nadie iba a ocupar ese lugar.—Por supuesto
No tenía ni la menor intención de molestar a mis amigas con aquellas estúpidas riñas maritales, sabía perfectamente que estaban estudiando muchísimo para las pruebas de acceso a la universidad y esto solo las entretendría. Me quedé mirando mi propia casa desde fuera, habría sido una idiota al marcharme yo cuando podía haber echado a los demás. Me extrañaba muchísimo que no sospechasen de mi mentira, es cierto que hice una actuación bastante convincente y me esforcé por herirlos hasta el punto de que ninguno necesitase acompañarme para asegurarse de que estaba bien. Vi a Max asomado entre las cortinas de la ventana de la cocina, estaba intentando hacerlo sin que nadie se diese cuenta pero hicimos contacto visual. Me rompió el corazón hacer esto pero sabía que si no le apartaba de mí drásticamente me seguiría, así que alcé el puño levantado el dedo medio hacia él. El pobre se apartó de la ventana cabizbajo sin decir nada. Duke y Max tenían demasiado ego para ser tan transparentes per
Antes de adentrarme en el bosque pasé por el cobertizo de las plantas de mi abuela y me aseguré de coger las pocas armas que puede usar una lobismuller cuyo poder es hacer pociones y ungüentos a base de plantas.Coloqué algunos frutos verdes de cicuta en la manga de mi camiseta con la intención de dejarlos caer sobre algo que él fuese a ingerir sin ser vista, claro que esto solo serviría en caso de que Ezra fuese igual de agradable que la última vez y tuviese preparada otra cena para dos a la luz de las velas.La Conium maculatum era el veneno perfecto, a no ser que no afectase a Ezra ya que al ser un hombre lobo era un poco distinto a los humanos, aunque en teoría sienta mal a todos los carnívoros.En los humanos, su ingestión provoca durante la hora siguiente trastornos digestivos; vértigos y cefaleas, parestesias, descenso de la temperatura corporal, reducción de la fuerza mu