Las clases comenzaron. Dos semanas pasaron de como agua que corre por el rio. Honestamente era algo que no quería. No estaba lista para volver a la universidad luego de la clara de amenaza de Lucian. El simple hecho de saber que estaremos en el mismo lugar… era horrible. Aun así, debía volver, hacerle frente a la situación vivir la vida de una estudiante universitaria y buscar respuestas a mi situación. Si, no la tenía fácil.Mi primera clase era Historia de la arquitectura tres. Al menos era algo teórico, digamos un período de descanso porque el resto de los cursos, vaya que si eran demasiado cargados.―Así que nos vemos de nuevo linda. ―La sonrisa de Cardan hizo que lo viera con los ojos entrecerrados.―Ay no puede ser. ―Tomó asiento a mi lado mientras mi amiga fangirleaba en silencio. Recibí un par de golpes en el brazo debido a su emoción.―Carda
Me dolía la cabeza. Dos semanas habían pasado desde el inicio de clases y ya estaba más que estresada. Desde el primer día me habían asignado un proyecto y en un par de días debía entregar unos planos. Aun me encontraba construyendo algunas habitaciones para un complejo departamental en la computadora. La cuestión era que en decidí ahorrarme el regreso a casa. Era luna llena, los chicos se transformarían en lobos esa noche y honestamente no quería que me sucediera lo mismo que en la isla. Así que por esa misma razón me había quedado en la biblioteca de la universidad.Thara se encontraba haciéndome compañía. Cuando cerraran me iría a su casa, claro que con permiso de Aldrec, lo más gracioso es que no puso ningún pero a mi propuesta. Alcé la mirada y me di cuenta que mis guardaespaldas no estaban. Supuse que cambiarían de tur
Estaba aterrada. Ese monstruo había acabado con la vida de mis guardaespaldas.―¡Esther, tu celular no deja de sonar! ―Mi amiga venía corriendo hacia a mí sosteniendo mi celular que mantenía en su mano. Al ver la pantalla me di cuenta que se trataba de Aldrec.―¿Sí?―Dios mío Esther. ¿Por qué diablos no respondías el celular? Llevo toda la mañana intentando comunicarme contigo. ―Casi me deja sorda debido al alto tono de su voz. Alejé un poco el celular y asentí. ―¿Por qué no avisaste que tus guardaespaldas no llegaron? ¿Estás bien? ―Así que fingía hacerse el loco respecto a sus dos bajas.―Si, estoy bien. Me encuentro en casa de Thara. ¿Sucedió algo? ―Hubo un silencio prematuro por parte de él y luego escuché un suspiro.―No, es solo que vi las noticias. Hubo un ataque cerca de tu universidad.―Oh sí. Eso estoy viendo. Qué miedo. ― Mi tono no fue fingido. Recordar a esa criatura que me asfixiaba me puso los pelos de punta. No podía creer lo que estaba sucediendo. Nada de esto tenía se
Un beso. Un beso diferente al que había tenido con Lucian. Era feroz, lleno de deseo y parecía sediento de ese beso. Mi corazón latía con fuerza mientras sus labios besaban los míos. Lucian colocó su mano sobre mi nuca para atraer más mi cuerpo a él. Yo tuve que apoyar mis manos sobre su pecho. Quería alejarme. Lucian estaba ebrio y esto solo sería humillante mañana.Mordí el labio de Lucian y de esa forma me alejó. Me senté sobre su regazo respirando con dificultad. Su labio sangraba y parecía sorprendido por lo que había hecho. Sin embargo, no podía evitar verlo. Se veía muy atractivo ahí, sobre mi cama, con la respiración agitada, algo sudoroso y la sangre cayendo de su labio. No sé qué pasó por mi cabeza, pero quería seguir besándolo. No quería admitirlo, pero los labios de Lucian eran adictiv
―¿Qué tu qué? ―Thara casi se muere del susto cuando le comenté que dejé entrar a Lucian a mi habitación. Necesitaba contárselo a alguien.―Si, lo sé. Fui una idiota.―¿Y qué hiciste? ¿Qué pasó entre ustedes? ―La imagen de Lucian entre mis piernas hizo que me sonrojara y casi me ahogó con la bebida que estaba tomando. ―¿Hiciste algo, no? Qué pasó. ―Comenzó a hacer preguntas y yo me sentía avergonzada de responderlas. Especialmente porque había sucedido algo íntimo, algo demasiado íntimo para lo que esperaba.―Desgraciada. No me digas qué… ―Se cubrió la boca mientras me veía con sorpresa llamando la atención de la gente. No podía sentirme más avergonzada.―No es lo que piensas.―Tu sucia y pícara.―Ya por favor, no llames más la atención. ―Thara soltó una carcajada de bruja malvada mientras yo me avergonzaba más de la situación. Esto era preocupante para mí. ¿Cómo había dejado que Lucian llegara tan lejos? Estaba ebrio y probablemente yo me aproveché de eso por mis deseos egoístas. ¿Qué
Fue como si la incomodidad reinara en el restaurante. Kael y Jimmy miraron a Lucian como si se tratara de un lastre, incluso creí que sus colmillos saldrían para atacar al chico. Pero obviamente se contuvieron. Incluso pude ver la mirada despectiva que Lucian les lanzó y a mí, me ignoró. ¿Por qué lo haría? ¿Acaso recordaba lo que había sucedido con anterioridad? Probablemente por eso me miraba de esa forma. No debí dejarlo hacer lo que hizo. Dios yo era una completa idiota.―Esther. ―Miré a Kael y este me veía con el ceño fruncido. Fui demasiado obvia así que fingí demencia.―Saben qué, es viernes. Deberíamos tomar cerveza. ¡Sí! ―Llamé a la mesera y pedí una jarra de cerveza. En cuanto llegó comencé a beber. Charlamos un poco y jugamos y honestamente no me di cuenta en qué momento pedimos otra jarra y otra. Sentí que el alcohol inundó mi sangre y para cuando mis queridos guardaespaldas quisieron detenerme yo ya estaba ebria.La cabeza me daba vuelta y veía doble. O a lo mejor siempre h
Era una completa idiota. Lo había besado. Por eso no me gustaba beber. Besaba a quien sea que estuviera frente a mí. Dios era una estúpida y lo peor es que nos vomité justo después de eso. Yo estaba mal, necesitaba ser ingresada a un psiquiátrico enseguida. Cómo pude cometer un pecado de tal calaña. Lo peor es que Lucian no se veía afectado.―Dios mío Lucian, en verdad lo lamento. No quise vomitarte yo… no sé qué decir.―No digas nada. ―Lo miré con sorpresa. Lucian parecía molesto, como siempre desde lo que le había hecho. Tomé aire y luego decidí preguntar por mi ropa.―Iré por ella. La mandé a la lavandería. Si quieres date una ducha, dejé algo de ropa interior para ti en el baño.―¿De alguna tu chica?―Muy graciosa. ―Se quitó la sábana de encima y salió de la cama usando únicamente su bóxer. Era increíble el buen físico que Lucian tenía. Desvíe la mirada para no seguir pensando en él y cuando salió del cuarto me di una ducha.Unos minutos después me encontraba usando la ropa que me
¿Acaso hice mal? Lucian no me mostró ningún tipo de expresión cuando le sugerí aquello. Creí que sería buena idea, pero al parecer había metido la pata de nuevo.―¿Amigos? ¿Crees que en nuestra situación eso es posible?―¿A qué te refieres con “nuestra situación”? ―Lucian suspiró.―Esther, eres o te haces. ― Se dejó caer en el respaldo del sofá. Yo fruncí los labios. No podía estar hablando sobre nuestras pequeñas aventuras. Un momento, claro que era eso. Pero solo habían sido deslices, de ambos. Si Lucian quería que arregláramos las cosas era por ese alguien que ambos conocíamos.―Oh ya… bueno, como te dije podemos comenzar desde cero. Olvidando todo. Olvidar rencores y malentendidos. ¿Qué opinas? ― Por favor Lucian, solamente esta vez. Déjame iniciar de cero. Lo miré intentando ser lo más convincente con mis gestos. Lucian se quedó mirándome con mucha atención y luego lo escuché suspirar.―Bien. Hagamos lo que dices. ―Sentí en ese momento como si me quitaran un gran peso de encima. ―