Nina subió a su cuarto con un nudo en la garganta que le dolía tanto, que apenas podía digerir su propia salivaSe negaba a dudar de MauricioPero el impulso por saber de sí misma se había vuelto una necesidad.¿Quién era?¿Por qué Mauricio le mentiría de esa manera?Era cierto que él siempre se ponía de mal humor cuando hablaban sobre eso, y que se mantenía a la defensiva, pero, por otro lado, siempre la cuidó y respetó¿Quién era para que Mauricio actuara de esa manera?Algo no estaba bien, la información de Salvador estaba incompleta¿Qué era lo que él no le decía?Se tiró sobre la cama y se ovilló en un nudo, debajo de las colchasSe sentía incapaz de controlar su propia existencia, como si no fuera más que un barco de papel a la deriva, que alguien más controlaba a su antojoPerdida en sus pensamientos, se fue quedando dormida------------------------------------------ ----------------------------------------------------- ----------------Por otro lado, cada vez que Salvador cerr
Antes de ir a la galería, Nina pasó por su departamento para arreglarse- Hoy comienza todo – le dijo Daniela con entusiasmo - ¿Qué te pasó? ¿Por qué sigues con tu pijama? - Llevo dos semanas sin dormir Dani- Y vas a seguir así en lugar de tener la charla con el Doctor Perfección ¿No? Siempre eres así, haciéndote la cabeza por la noche para no discutir con nadie- Estuve pensando… que debería dejar las cosas así- Nina, no puedes evitar toda la vida esto, o huyes de tu pasado, o huyes de Mauricio, pero no puedes andarte con un pie a cada lado- Elijo a Mauricio- ¿Y si el General tiene razón? El matrimonio no es una broma Nina- ¿Tienes algo para la resaca?- ¿Tomaste de nuevo? Nunca te dije nada sobre la manera en que tomas porque no tomabas más de tres veces al año, pero esta es la segunda vez en la semana… - No tomé mucho anoche, creo que el problema fue la charla- Entonces prepárate para esta noche – palmeó su hombro – porque la primera reserva VIP es del General Domoniccie, a
Salvador miraba a la joven delante de él, completamente sin palabrasHabía dicho eso para despejar sus propios pensamientos, pero Nina se lo estaba haciendo difícilA esa distancia, podía percibir la temperatura de la joven y su dulce perfumeAdemás, el brillo en sus labios y la forma en que sus piernas se exponían, era encantador.- General, ¿Me dejaría retratarlo? – le preguntó con los ojos brillandoÉl parecía pensarlo, pero en realidad, estaba tratando de controlar las reacciones de su cuerpo, que quería tomarla entre sus brazos y pegarla a su cuerpoLogró asentirNo sería capaz de enumerar la cantidad de veces que soñó con volver a tenerla entre sus brazos… y debajo de su cuerpoY como un pensamiento lleva a otro… se reprodujeron dentro de él todos los sueños y deseos que había reprimido por cinco años, creyendo que jamás volvería a sentir su calorNina se estiró para desprender el primer botón de su camisaSalvador sintió una corriente eléctrica dispararse a través de su columna
- General ¿Qué sucedió? – Marcos le preguntó a Salvador, que subía apresurado a la camioneta aparcada detrás de la galería con la camisa desprendidaSalvador respiraba profundo intentando calmarse - Tenía un plan El General Domoniccie parecía repasar algo en voz alta- Tenía un plan… - repitió- ¿Qué plan, General? – él siempre tenía un plan- Ella- ¿Quién? – Marcos fruncía el entrecejo y lo miraba asustadoNunca había visto semejante desesperación en su General, que siempre mantenía una expresión impenetrable, como si nada pudiera afectarlo, porque nada valía su atención- ¡Ella! ¡Siempre es ella!- General… - por más que lo pensara cuanto lo pensara, no entendía qué pasaba ni lograba imaginar por qué estaba así Mirando su torso desnudo, Marcos reflexionó: - ¿Quiere ir al hospital o al cuartel?- A la mansión- ¿Seguro está bien? ¿Qué sucedió, General?- Eva… cometí un error Marcos… cometí un error con EvaVolviendo a repasar, la manera en que Salvador salió de la galería, semide
Nina no pudo con su genio y entró en la habitación con el ímpetu de un huracán- No sé si admirar tu capacidad para mentirme o tu paciencia para soportar cinco años con dolor de cabezaMauricio se sobresaltó- ¿Hay algo más que deba saber? Ya que estamos aclarando quien es cada quienCuando Nina miró a la mujer en la esquina de la habitación, todo su cuerpo se paralizó- Wow… sí que eres igual a Eva Más que alarmada por las palabras de Mauricio, el corazón le latía a mil desde que escuchó a esa mujerNo estaba segura de dónde la conocía, pero estaba segura de haberla escuchado antesY al verla, lo confirmóCon el cabello rubio atado en una coleta alta, Julieta caminó hasta ella con paso firme y el mentón levantado- Pero te ves… más vulgar - la escaneó con la mirada de arriba a abajo- Julieta, necesito hablar con mi esposa - Mauricio tenía una expresión aguda- ¿Quién es tu esposa? – soltó Nina tratando de ignorar a JulietaEs que todo el cuerpo comenzó a temblarle cuando esa mujer
A una hora del centro de la ciudad, se ubicaba el predio militar más grande la nación.Rodeada de una centena de casas para las familias de los soldados y con seguridad extra, estaba la casona en la que Salvador tenía su oficina.Generalmente, no pasaba más de un par de días al año allí, ya que siempre tenía la excusa de alguna misión que supervisar o alguna investigación que realizar, pero desde que volvió de la frontera, prácticamente, no había vuelto a salir Y eso incomodaba a todos, pero era aún peor para los jóvenes que hacían sus pruebas para poder unirse al servicio militar, porque a pesar de sostener que tenía trabajo para hacer en la oficina cuando le preguntaban, Salvador parecía más concentrado en pasear por los predios de entrenamiento encontrando fallas en todo y en todosJoaquín era uno de los diez hombres que acompañaban día y noche a Salvador junto a MarcosDurante esos días, su entretenimiento era observar como todos asomaban despacio al predio detrás de la casona cu
-¿Ya estás de vuelta? Te dije que yo podía acomodar todo esto y cerrar la galería hoy – le preguntó Daniela, concentrada en los papeles en su escritorio - ¿Qué novedades tienes del Doctor Perfección?- Dani… - Nina, que desde el hospital había caminado en una especie de trance hasta la galería, era un desastre de la cabeza a los piesCon los ojos rojos y la nariz goteando, se veía como un gato mojado dentro de la remera ancha y el jogging que usaba- No sé quién tiró todos los papeles que te dejé aquí anoche, pero cuando lo sepa… - cerró una carpeta y la acomodó a un costadoCuando la vio, se levantó de golpe- ¿Cómo está Mauricio? – preguntó preocupada- Dani, él… era todo mentira – lloró – todo este tiempo, todo era una mentiraEl llanto de Nina tomó a Dani desprevenidaCorrió a abrazarla- No llores… que no sé qué hacer si lloras, tú nunca lloras- ¡Todo este tiempo todo era mentira!- Ya… ya… está bien, llora todo y luego me cuentas- Quiero ir a casa Dani- Vamos al departamento,
Salvador las miró sorprendido- ¡¿Ge… General?! – gritaron al mismo tiempo- Oh, lo siento… Escuché ruido y me preocupé, pensé que era un... intruso- ¡Tú eres el intruso! – soltaron las dos, de nuevo coordinadasHablando de intrusos, el único fuera de lugar era él, pero parecía el más sorprendido- Te llamé – se explicó, mirando a Nina – pero no contestabas y me preocupéNina estaba incluso aturdida... aún procesaba la imagen del General Domoniccie en su departamento- Lo siento – se disculpó ella, que de estar en sus cabales, jamás se habría disculpado por algo así – Es que no suelo estar al pendiente de mi teléfono y no me di cuenta de que me quedé sin batería- Quería verteLa mandíbula de Nina colgó... igual que la de Daniela- Debí buscar la manera de avisarte que vendría – reflexionó Salvador – pero no quería molestarte en tu trabajo y pensé que esperarte aquí era más apropiado- ¿Por qué? - Nina se cruzó de brazos- ¿Por qué, qué? - Salvador enderezó los hombros por reflejoMi