CONTINUACIÓN.
Me quedé un momento anonadada, era extraño que mi padre reconociera que no era mi teléfono, él siempre era distraído en esas cosas que me involucraban, pero ahora estaba atrapada.
Solté un suspiro y me senté en la cama, comencé a decirles que creía que Dayana había desaparecido y que había encontrado el teléfono de ella en la casa de Tolmer, evité ir más afondo de mis investigaciones, después de todo Denis era socio de ellos y no podía acusarlo de buenas a primeras.
—¿El teléfono de la psicóloga Pace? —Mi madre soltó una ligera carcajada un poco fuera de lugar—, Dayana se lo vendió a Tolmer antes de irse del país, su madre falleció, está de viaje; no desaparecida…
—Dayana había comprado otro teléfono &mdas
CONTINUACIÓNPasé por comida rápida antes de ir a mi apartamento, sin embargo no tenía hambre, intenté dormir, pero cuando comencé a sentir el sueño Tolmer me llamó, solo cosas generales, si había comido, cuando iría a Trino, si había visto el teléfono de Dayana... le había dicho que el teléfono de Dayana lo había dejado en casa de mis padres, aunque era mentira, yo todavía lo tenía, quería seguir investigando pero sentía un profundo vacío en mi pecho, como si tuviera ganas comprimidas de llorar.Escuché mi teléfono otra vez, quería ignorarlo y dejé que sonara, pero cuando por fin acabó el fastidioso sonido; volvió a llamar insistentemente, me senté sintiéndome enojada y miré la pantalla era Uria, todo lo que sentía se f
Esposa.Tenía esposa.Pero me había besado, había estado todo el maldito día conmigo haciéndome sentir que de alguna forma estábamos juntos, de hecho lo que había recordado, las peleas y todo eso solo parecían guerras comunes de novios... o una guerra un poco toxica.Mis mejillas cosquillearon un poco y una fea sensación me cubrió el pecho, puede que celos, muy feos celos. En cambio forcé una sonrisa en mis labios y fruncí el ceño.—Tu… esposa —susurré sintiendo la voz estrangulada.—Es mi vida —dijo dejando relucir una enorme sonrisa, incluso sus ojos brillaban, los celos comenzaron a carcomerme cuando aclaró su garganta y gritó: — ¡Mariana ya llegué!Escuché unos pasos insistentes y rápidos, luego unos ladridos agudos, hasta que una bola de pelos blanca termin&
HACE TRES MESES.Uria y yo estábamos siguiendo a Tolmer y Denis en mi auto a una distancia prudente, parecían dirigirse a un sitio que quedaba a las afueras a la ciudad. Uria los había seguido hacía unos días pero se dieron cuenta y ella tuvo que irse tomando una vía alterna, el día anterior lo había vuelto a seguir de manera más discreta y los vio estacionarse en este mismo sitio, una granja cerca de las afueras de la ciudad.Nos estacionamos a un costado de la carretera, cuando vimos el auto que seguíamos, desviarse al terreno abandonado donde solo había tierra y arboles alrededor, si los seguíamos en el auto se podían dar cuenta.—Mira allá —dijo Uria seguí la dirección de su dedo y vi que a la altura que nos encontrábamos se podía ver oculto entre los arboles un pequeño edi
CONTINUACIÓN.MESES ATRÁS.Uria corrió hacia donde yo me encontraba y observó el cadáver en descomposición.—No está sola —murmuró Uria alzando la vista, observé lo que sus ojos veían y sentí como los vellos de mis brazos se erizaron de la impresión y todo mi cuerpo se estremeció, habían muchos cuerpos tirados en el suelo, todos parecían ser de mujeres.¿Aquí estaba el cuerpo de Dayana?Pesarlo me hizo acelerar el corazón más de lo que ya estaba, no quería ver que estuviera muerta.—Uri...Escuchamos, Uria volteó hacia mí, pero yo la miré a ella confundida.—¿Qué? —dijo Uria.—Yo no hablé —dije mirando alrededor.Mis ojos se enfocaro
Sus manos bajaron de mi cintura hasta mi trasero apretujándome contra él antes de alzarme, envolví mis piernas a sus caderas por inercia, como si estuviera acostumbrada a hacerlo, y él me sentó sobre la encimera al lado del lavamanos, sus manos fueron al borde de mi camisa y comenzó a alzármela, yo me separé por un momento para terminar de sacármela y la eché a un lado, él sin perder tiempo desabrochó mi sostén y volvió a besarme antes de bajar a mis pechos y comenzar a besarlos, aferré mis dedos de su cabello echando mi cabeza hacia atrás, todo mi cuerpo se sentía caliente.Lo necesitaba ahora.Mis manos fueron al borde de su suéter y comencé a alzárselo, él se separó un poco terminando de sacárselo, me di un momento para observar su torso y pasé una mano por su pecho sin
—Cariño, ¿recordaste algo? —Murmuró mi madre—; ¿por qué te fuiste así?, July dijo que rompiste todo el techo de tu habitación.Ya llevábamos un momento en carretera, pero yo solo intentaba controlar mi ansiedad por saltar del auto y alejarme de ellos, eran demasiadas cosas.—Yo… —dije— creí que debía averiguar más de lo que fui, así que fui a la universidad, me encontré con la rectora y resultó que mi especialidad era en psiquiatría, solo me falta entregar la tesis…—Pero nos hubieras dicho, te hubiéramos acompañado –interrumpió mi madre y le siguió un sermón de que no podía irme así por mi cuenta, que no debía confiar en nadie y otras cosas que preferí ignorar.Que mi madre dijera que no podía confiar en nadie cuand
Apreté el gatillo. La bala atravesó su cuello a la corta distancia en la que nos encontrábamos. Lo miré cuando cubrió con ambas manos su cuello intentando detener la hemorragia, sus ojos fijos en mí cuando cayó de rodillas, antes de caer al suelo completamente muerto. Di un paso atrás quedándome sin aliento y solté el arma.Estaba muerto.-Abrí los ojos cuando vi a Tolmer sobre mí estremeciéndome por los hombros, fruncí el ceño y lo empujé alejándome de él chocando mi espalda contra la puerta del auto. —Lo siento —dijo Tolmer—, ¿Está bien? Te desmayaste.Afirmé con la cabeza, Tolmer se había volteado desde el asiento del copiloto mientras mi mamá me veía por el retrovisor.&mdash
Su cabello dorado y greñudo, piel tan pálida que llegaba a tocar el gris, bolsas negras tan grandes que casi absorbían sus ojos azules, labios resecos y rotos manchados con toques purpuras, su aspecto demacrado me hicieron preguntarme si los fantasmas existían. Me extendió una mano pero yo la rechacé arrastrándome hacia atrás, hasta que mi espalda chocó contra el tronco de un pino.Mierda.Cerré los ojos sintiendo que el corazón se saldría por mi boca, no podía ser real, todas mis investigaciones según lo que había logrado recordar era para saber por qué Abril había muerto, todas las dosis de medicina que ella consumió, incluso toda mi vida era por esa investigación.—Estas muerta —dije volviendo a verla—, todos saben que estas muerta.Ella sonrió, más que tranq