Por la mañana Rosalin despertó desprotegida del calor de Edwan, abrió los ojos y lo buscó con la mirada, pero la habitación estaba completamente sola.

—¿Dónde estás? —preguntó a través de la conexión mental…

—Abajo, preparando un rico desayuno, ponte una de mis camisas y baja que quiero alimentar a mi Luna —Rosalin no lo pensó dos veces, se levantó tomo la camisa azul que había dejado en la silla y se la puso, al salir de la habitación pudo distinguir a la perfección el aroma de los huevos, del jugo de naranja, del tocino y la fruta, melón, fresa, toronja, cada aroma que inundaba la casa, pero sobre todos esos olores sobre pasaba el perfume de él, se su sexy compañero, que la emocionaba, quería estar en sus brazos y sentir sus labios sobre su piel.

Al llegar a la cocina lo vio detrás de la isla, no pudo evitar no morderse el labio inferior, se veía tan sexy con los vaqueros que llevaba puestos y el delantal que cubría su hermoso pecho, el aroma de su excitación llegó a su nariz, como