Rosalin sintió miedo y desesperación, Maya estaba igual de inquieta por dentro.

“LLAMA A EDWAN”

Rosalin se recrimino al no pensar en esa opción, se apartó de la puerta hasta detrás de la cama y se conectó con Edwan, podía sentir su furia.

“Edwan ven, alguien entró a la casa” le dijo alarmada, su cuerpo comenzó a temblar, por dentro se sentía angustiada cuando vio una luz resplandecer debajo de la puerta.

“¿Quién entro a la casa?” le preguntó, ya no sentía la furia, ahora había miedo en su corazón.

“No sé, cuando me asome al pasillo tres hombres venían hacia la puerta de nuestra habitación, ven rápido, no tardan en vencer la puerta, Edwan por favor no tardes…”

Le suplicó llena de miedo, Maya estaba inquieta, como si quisiera salir para defenderlas, pero ella no quería que la lastimaran.

“Enciérrate, no salgas, en dos minutos estoy allí…”

No tenía que hacerlo, ya lo había hecho, miró la habitación, buscando con que defenderse, cuando recordó la daga que Diana le había dado en la tarde