Nathalie volteó a ver a Rosalin que la miraba con profundo rencor, sus ojos eran dos dagas afiladas, dispuestas a provocarle la muerte si hubieran podido salir de sus orbitas, nunca antes había tenido un sentimiento así por nadie, pero ella se lo había ganado al poner en peligro a su compañero y a su hijo que cargaba en su vientre. —La princesa esta enojada —dijo con voz burlona, tomo su rostro con una sola mano y apretó con fuerza sus mejillas —el sentimiento es mutuo, yo también te odió, y te quiero ver muerta, sabes los ancianos sabios me ofrecieron mucho dinero si le llevaba tu cabeza en una charola de plata, ¿quieres saber si acepte su maldito dinero o no?Rosalin guardo silenció, era claro que lo había hecho, si no estaría ahí.—No princesa, no cobraría por hacer algo que me llena de placer —apretó con mayor fuerza —este trabajo lo voy a disfrutar tanto, que viviré feliz al saber que termine contigo, y me quede con el premio que será Edwan, lo mejor va ser que él vera todo, no
—¿Cómo estas mi Luna? —le preguntó Edwan mirando su rostro que estaban entre sus manos.—Bien, ¿tú cómo estás? —le preguntó revisando el cuello que solo había dejado las marcas de la sangre que había resbalado de la pequeña herida que le había hecho la perra de Nathalie.—Yo estoy bien, no te preocupes, ya la herida sanó, fuiste muy valiente…—Lo fui por ti —se puso de puntillas para dejar un beso en sus labios, al terminar escucharon el gruñir de un lobo, Edwan se movió dejando detrás de él a Rosalin, su intención era clara quería transformarse en lobo e ir a luchar —Edwan por favor no vayas, no me dejes… —se abrazó a él, para ella no tenía caso, los Rogues se estaban retirando, gracias a que los lobos de la manada de Logan los sobrepasaban en número.—Nuestro hijo como está…—puso su mano sobre su vientre.—Gracias a la Diosa está bien, tenía tanto miedo que Nathalie se diera cuenta e intentara hacerle algún daño —soltó Rosalin, aunque se mostró valiente, de solo imaginar lo que Nath
Orson condujo el auto hasta la casa de Luigi, en el camino Edwan le hablaba a Rosalin para que volviera en sí, pero no lo hacía y eso le estaba preocupando, nunca le había pasado.En cuanto llegaron a casa la subió a la habitación y la recostó en la cama, detrás de ellos llegó Logan junto con una mujer.—Me tome el atrevimiento de traer a la curandera de la manada para que revise a la princesa —dijo haciendo entrar a la anciana.—Muchas gracias —dijo Edwan, le hizo una señal a la mujer mayor, para que se acercará, pero él no se apartó, se subió a la cama junto a ella, entrelazo su mano con la de ella y acarició su mejilla, mientras le susurraba palabras dulces, tratando que ella abriera sus ojos.La mujer mayor se acercó al cuerpo inconsciente de Rosalin, la reviso, pero no encontró nada malo.—¿Qué paso antes de que se desmayara? —preguntó mirando a Edwan. Él le explicó todo lo que habían sufrido toda la noche.—…Se escuchó un grito de rabia al voltear vi venir a la perra de Nathalie
Rosalin se quedó sin palabras, mirando las paredes que eran desconocidas para ella, soltó las manos de Edwan, aunque el volvió a intentar tomarlas, ella negó con la cabeza, en ese momento no quería que la tocara, se sentía molesta, traicionada por él, sabiendo que no quería ir a Quebec, la llevó cuando era incapaz de tomar una decisión.—Mi Luna deja que te explique porque lo hice —pero no quería escuchar ninguna explicación, en lo único que podía pensar en ese momento era volver a su casa, junto a su papá, lejos de Jakob.—No quiero escucharte —se puso de pie, quería salir de esa casa, y tomar el auto para regresar al Valle —tú sabias perfectamente que no quería venir a Quebec, mucho menos estar en casa de Jakob.—¿A dónde vas? —le preguntó Edwan al tiempo que la tomaba del brazo y evitaba que pudiera acercarse más a la puerta de la habitación.Rosalin gruño molesta, no había entendido que no quería que la tocará, Edwan la soltó lentamente.—A donde más, a mi casa, al Valle, de donde
Jakob estaba detrás de la puerta escuchando la conversación de King con Leila, sonriendo satisfecho al tener a su hija ya en su casa, lejos de Harry, como debió ser desde que ella era una niña pequeña, si tan solo hubiera llegado antes, Leila lo vería a él como su papá.Respiró, él haría que el presagio se cumpliera, nunca aceptaría que King fuera la pareja de su hija, él tenía la solución para destruir ese vínculo sin tener que perder a su hija, y sus nietos, el primer paso era tenerla ahí en su casa.Su plan de traerlo a Quebec había resultado magnifico, cuando supo que no estarían en casa por ir a la ceremonia de luna de un amigo de King, ordenó a dos de sus hombres que fueran a quemar la casa, y dejar una nota amenazadora, con la que King no tuviera más remedio que doblegar su orgullo e ir a pedirle ayuda, había sido tan fácil, Edwan era una marioneta en sus manos, pues lo conocía bien.Él haría lo que fuera por mantener a salvo a Leila, aunque eso significara ir a vivir junto a é
Rosalin terminó aceptando las razones que tuvo Edwan para tomar la decisión de ir a Quebec, hasta se había puesto en su lugar, y también ella hubiera hecho lo mismo, las amenazas de los ancianos, que había destruido su hogar, saber que Nathalie estaba reuniendo un ejército para ir detrás de ella, él solo se sintió incapaz de protegerlos, que no vio más opciones que ir a donde estaba seguro que la mantendrían a salvó, a ella y sus cachorros. Sin embargo, ella no podía estar tranquila, había vuelto esa angustia que le carcomía por dentro, que no la dejaba en paz, podía sentir un peligro que se cernía sobre Edwan, el cual prometía alejarlo de ella. Abrió los ojos de golpe, después de la plática y discusión con Edwan, se había quedado dormida en sus brazos, pero ahora estaba desprotegida de su calor. Se sentó en la cama, la habitación estaba totalmente a oscuras, solo iluminada por unos cuantos rayos de luna que se colaban por las cortinas. —¡Edwan! —exclamó llamándolo, esperaba escuch
Solo él tenía la capacidad de calmarla, con sus besos, su mano haciendo círculos en su espalda, sus palabras cariñosas, serenaron un poco su corazón, pero no del todo, aun en su cabeza persistían los destellos de las imágenes de Edwan sufriendo, aun la perseguía ver sus ojos que se apagaban poco a poco, y ella caía en un hoyo negro. Quería distraerse, pensar en otra cosa, para ver si era posible que se olvidara por unos minutos de la pesadilla que había tenido. —¿Cuándo será esa reunión? —los brazos de Rosalin aun lo rodeaban la cintura con fuerza. —Dentro de tres días —respondió Edwan—Yo quiero ir contigo, no pienso quedarme aquí con la angustia sin saber de ti…—No, eso no podrá ser —respondió intempestivamente Jakob —no creo que sea conveniente que te pongamos a su alcance, es mejor que te quedes, por lo menos aquí los lobos de la manada te protegerán…—Pero no quiero alejarme de Edwan —replicó Rosalin sin mirar a Jakob.—Edwan por favor, tú mejor que nadie debe comprender que
Jakob quería apretar el cuello de Edwan, pero no podía, así que apretó un cubierto, pensó que iba poder tenerlos bajo control en su casa, pero ya había visto que no, y no le quedaba más remedio que aceptar.—Bueno si ya tomaron la decisión, no tengo más que hacer —tomo un sorbo de la copa de vino calmando su molestia —mañana mismo dispondré que vayan a trabaja a casa de Killari.—Muchas gracias Jakob —dijo Edwan que pensaba en la sorpresa que le tenía a Rosalin, alguien que Jakob tal vez no quisiera en su casa, pero ella o quería y necesitaba. La cena fue en silenció, el ambiente estaba tensó, aunque trató de disimular Jakob, no pudo, su plan no estaba saliendo como él había pensado. Rosalin no dejaba de estar en alerta con Jakob, podía sentir su molestia, y además no había podido olvidar la pesadilla. En cuanto terminaron de cenar se disculparon y volvieron juntos a la habitación. —Te sentí tensa y miedosa durante la cena, ¿aun sigues pensando en la pesadilla? —preguntó Edwan al t