Orson condujo el auto hasta la casa de Luigi, en el camino Edwan le hablaba a Rosalin para que volviera en sí, pero no lo hacía y eso le estaba preocupando, nunca le había pasado.En cuanto llegaron a casa la subió a la habitación y la recostó en la cama, detrás de ellos llegó Logan junto con una mujer.—Me tome el atrevimiento de traer a la curandera de la manada para que revise a la princesa —dijo haciendo entrar a la anciana.—Muchas gracias —dijo Edwan, le hizo una señal a la mujer mayor, para que se acercará, pero él no se apartó, se subió a la cama junto a ella, entrelazo su mano con la de ella y acarició su mejilla, mientras le susurraba palabras dulces, tratando que ella abriera sus ojos.La mujer mayor se acercó al cuerpo inconsciente de Rosalin, la reviso, pero no encontró nada malo.—¿Qué paso antes de que se desmayara? —preguntó mirando a Edwan. Él le explicó todo lo que habían sufrido toda la noche.—…Se escuchó un grito de rabia al voltear vi venir a la perra de Nathalie
Rosalin se quedó sin palabras, mirando las paredes que eran desconocidas para ella, soltó las manos de Edwan, aunque el volvió a intentar tomarlas, ella negó con la cabeza, en ese momento no quería que la tocara, se sentía molesta, traicionada por él, sabiendo que no quería ir a Quebec, la llevó cuando era incapaz de tomar una decisión.—Mi Luna deja que te explique porque lo hice —pero no quería escuchar ninguna explicación, en lo único que podía pensar en ese momento era volver a su casa, junto a su papá, lejos de Jakob.—No quiero escucharte —se puso de pie, quería salir de esa casa, y tomar el auto para regresar al Valle —tú sabias perfectamente que no quería venir a Quebec, mucho menos estar en casa de Jakob.—¿A dónde vas? —le preguntó Edwan al tiempo que la tomaba del brazo y evitaba que pudiera acercarse más a la puerta de la habitación.Rosalin gruño molesta, no había entendido que no quería que la tocará, Edwan la soltó lentamente.—A donde más, a mi casa, al Valle, de donde
Jakob estaba detrás de la puerta escuchando la conversación de King con Leila, sonriendo satisfecho al tener a su hija ya en su casa, lejos de Harry, como debió ser desde que ella era una niña pequeña, si tan solo hubiera llegado antes, Leila lo vería a él como su papá.Respiró, él haría que el presagio se cumpliera, nunca aceptaría que King fuera la pareja de su hija, él tenía la solución para destruir ese vínculo sin tener que perder a su hija, y sus nietos, el primer paso era tenerla ahí en su casa.Su plan de traerlo a Quebec había resultado magnifico, cuando supo que no estarían en casa por ir a la ceremonia de luna de un amigo de King, ordenó a dos de sus hombres que fueran a quemar la casa, y dejar una nota amenazadora, con la que King no tuviera más remedio que doblegar su orgullo e ir a pedirle ayuda, había sido tan fácil, Edwan era una marioneta en sus manos, pues lo conocía bien.Él haría lo que fuera por mantener a salvo a Leila, aunque eso significara ir a vivir junto a é
Rosalin terminó aceptando las razones que tuvo Edwan para tomar la decisión de ir a Quebec, hasta se había puesto en su lugar, y también ella hubiera hecho lo mismo, las amenazas de los ancianos, que había destruido su hogar, saber que Nathalie estaba reuniendo un ejército para ir detrás de ella, él solo se sintió incapaz de protegerlos, que no vio más opciones que ir a donde estaba seguro que la mantendrían a salvó, a ella y sus cachorros. Sin embargo, ella no podía estar tranquila, había vuelto esa angustia que le carcomía por dentro, que no la dejaba en paz, podía sentir un peligro que se cernía sobre Edwan, el cual prometía alejarlo de ella. Abrió los ojos de golpe, después de la plática y discusión con Edwan, se había quedado dormida en sus brazos, pero ahora estaba desprotegida de su calor. Se sentó en la cama, la habitación estaba totalmente a oscuras, solo iluminada por unos cuantos rayos de luna que se colaban por las cortinas. —¡Edwan! —exclamó llamándolo, esperaba escuch
Edwan nunca le habían gustado asistir a las fiestas de compromiso de ninguna persona, le parecían aburridas e hipócritas, pues al final eran muy pocas las parejas humanas que se permanecían unidas cumpliendo sus promesas, no como ellos, a los que la diosa de la luna les otorgaba a sus parejas eternas.Algo que él había perdido el derecho por la maldición que cargaba sobre sus hombros, la Diosa nunca volvería a darle una pareja, por el crimen que cometió en el pasado, su castigo fue dicho hace años. INICIO FLASHBACK“La sangre baña sus manos y sobre el suelo solo puede ver la escena más terrible de su vida. —¿Qué has hecho Edwan? —escucha que pregunta alguien, pero él no sabe que decir, ni que contestar —tienes que irte antes que Jakob te encuentre aquí…Aturdido y con su corazón partido y su lobo hecho pedazos salió corriendo de Quebec, se alejo de su Manada de Fuego con un dolor punzante en su pecho, era un monstruo que merecía el peor castigo. Días después sumergido en su miseria
Rosalin se sintió molesta, por la pregunta del señor King. Era un asunto que no pensaba discutir con él, más cuando apenas habían intercambiado unas palabras por primera vez. —Por supuesto que quiero casarme con él —contestó con firmeza —Jasón es el hombre más bondadoso, sincero que he conocido, y tiene un enorme corazón.—¿Desde cuándo lo conoce Rosalin? —su pregunta la hizo recordar aquel día que había chocado con Jasón cuando iba saliendo de una librería. —Dos años y medio, ¿Por qué quiere saber señor King? —cuestiono mirándolo.—Para saber si es suficiente para que conozcas a un hombre y quieras compartir tu vida para siempre con él —se acercó a su rostro a unos centímetros —por favor te vuelvo a pedir que no me llames señor King, dime Edwan, quiero escuchar mi nombre en tus labios. —No creo que sea apropiado señor King, usted es un hombre que acabo de conocer…—Ya somos conocidos, Rosalin eres la mujer más hermosa de esta noche —los ojos de Edwan brillaron ante el sonrojo del
Rosalin se despertó temprano el sábado por la mañana, con una sonrisa en los labios. Era el día más esperado de su vida, el día en que se casaría con Jason, el amor de su vida. Se levantó de la cama y se preparó para el día tan ocupado que le esperaba. Tenía que desayunar, ducharse y esperar a la estilista que la arreglaría para la ocasión. Quería estar radiante y hermosa para su futuro esposo, que la estaría esperando en la iglesia.No había visto a Jasón desde la fiesta de compromiso, pues había tenido que viajar por negocios, pero le había jurado que volvería a tiempo para la boda. Además, le había dicho que la llamaría para recordarle lo mucho que la amaba y que la estaría aguardando en el altar.Se acercó al maniquí donde colgaba el vestido blanco, el mismo que había soñado desde niña. Era un vestido de corte princesa, ideal para resaltar su figura y su belleza. Estaba segura de que Jasón quedaría impresionado al verla.—Buenos días, mi niña —escuchó la voz de su nana, que entrab
La boda que había planeado con ilusión se había convertido en una pesadilla, Rosalin observaba con rencor a Edwan que avanzaba por el pasillo de la iglesia con una sonrisa burlona.El andar de Edwan era con un aire de superioridad, como si lo que había hecho fuera una gran hazaña. Edwan no entendía que lo único que hizo para obtenerla como esposa, fue manipularla para que ella se doblegara, pero eso no significaba que algún día tendría su corazón, porque solo le pertenecía a Jasón. Edwan la agarraba con fuerza del brazo, como si temiera que se le fuera. La miraba con una combinación de posesión y triunfo, como si hubiera obtenido un premio. —No te opongas, Rosalin—le murmuró al oído —ahora sonríe, es tu boda.—No me digas lo que tengo que hacer. Tú no eres nadie…—le respondió Rosalin con desprecio. —Te equivocas, soy tú compañero, la Diosa me ha hecho ver que tú eres mía —Edwan había dejado caer esa verdad, que helaba por completo el cuerpo de Rosalin, se negaba a creer que ella p