Días más tarde, ella no podía creer lo que ocurría con ella misma, literalmente hablando. La pobre regresó a la normalidad luego de perder el control de su cuerpo, a tal punto de que posiblemente Axel se estaría burlando de ella.Dos días de celo, dos días en los que su cuerpo reclamaba el cuerpo de su alfa a tal punto de que estuvo tentada a pedirle que la marcara nuevamente para cerrar el lazo.Mangos, sus preciados mangos estaban junto al nido, Axel los había puesto ahí antes de irse a resolver los problemas de la manada.— ¡Buenos días! —gritó Liliana, entrando a la habitación, con una enorme sonrisa—. Vaya, sí que eres una omega muy necesitada, porque hasta el nido has hecho.
Axel se aseguró de que toda la propiedad estuviera bien custodiada, que sus hombres estuvieran seguros y que las trampas estuvieran en su lugar. Tenía que salir en búsqueda de la chica que estaría con Hunter y el tiempo cada vez más se estaba agotando. Su hermana Astrid estaba que colapsaba al igual que su hermano. Aunque, no estaba realmente preocupado por eso, sino porque Hunter era escurridizo a tal punto de que podía meterse en su manda como si nada y era lo que menos quería.De un momento a otro, comenzó a llover y tuvo que regresar a la manada, ya que uno de sus hombres les dijo que su esposa había ido a ver a Gerald y que sus amigas ya no estaban.— Le voy a dar unas buenas nalgadas por ahí a ese sitio sin mí —dijo entre dientes, mientras apretaba los puñ
Alek ladeó la cabeza mirando el momento en el que su hijo Hunter entró a su fortaleza en la isla. Las cosas no estaban del todo bien en ese momento, sentía que algo no andaba bien y el que Hunter hiciera acto de presencia.— Padre —Hunter agachó la cabeza, en señal de burla hacia él—. Supe que Astrid sigue teniendo Bella con ella.— Lo que pase con tu madre me tiene sin cuidado…— Las mentiras son un pecado —se burló Hunter—. Axel se enamoró perdidamente de la chica que debía destruir en forma de venganza, ahora, la protege de mí.— Jack tiene a más Melek con él…— Lo sé
Hunter se dijo a sí mismo que no podía irse como si nada de la isla, tenía que ver como sus hermanos terminaban el trabajo por él. La Melek que le fue llevada era hermosa, una muñeca de porcelana que, en cuánto lo vio, quiso huir. Sin embargo, ya era suya y con ella podía vivir mucho tiempo mientras intentaba recuperar un poco de su fuerza que se había perdido con el paso del tiempo.Eso de que sus queridos hermanos hayan llevado a su madre era una vil mentira, lo vio su padre, fue un espejismo y nada más.— Siéntate —jaló el brazo de la Melek y ella se quejó—. Esto te lo has buscado tú, niña. Ahora, tienes que ver todo esto en primera fila.— Puedo matarte, ¿sabes
Sasha sintió una presión en el pecho que le hizo preguntarse por qué la vida seguía siendo tan cruel con ella, a tal punto de que no tenía nada por lo cual luchar en esos momentos. Cuando creyó que Axel y ella tendrían un buen final, este simplemente la dejaba abandonada a su suerte en el inframundo. En el instante que despertó de su maravilloso sueño, Ares le dijo que Axel se fue a una misión para asesinar a su padre adoptivo y que no tenían ningún lazo matrimonial que los uniera.Ya habían pasado varias semanas y Jack regresó, le dijo que podía estar tranquila y que las cosas estaban bien en ese sitio, que ya no tenía de qué preocuparse en lo más mínimo. — Buenos días, Sasha —la saludó Ares, con una pequeña sonrisa—. ¿Cómo estás?— Estoy bien —sonrió a medias—. ¿Cuándo podré salir de la casa?— Sí, tenemos que ir al hospital para saber el estado de tu bebé —Ares la vio con una pequeña sonrisa—. ¿No quieres salir?— ¿Tú has hablado con Axel? —eso pareció no agradarle mucho a su amig
Cinco años después.Sasha se quedó mirando a su pequeño retoño correr por los árboles de su nuevo hogar en Turquía. Después de pasar por tantas cosas esos días, al fin podía tener un poco de paz y tranquilidad, la que tanto quería y que nunca pudo tener en el pasado. Se alejó de todos, quería sanar y si se quedaba en Londres, se iba a pegar un disparo por querer buscar a Axel. Ella se encontraba bien, no estaba sufriendo lo mismo que antes, solo que sus periodos de celo eran demasiados fuertes y tenía que tratar de que no pasara a mayores. Astrid le dejó la empresa de Irlanda como un regalo, pero tuvo que rechazarla, debido a que solo estaba a media hora de Londres y no quería tener nada que Axel.— ¡Khan! —gritó, llamando a su hijo—. Ven aquí, amor. — ¡Voy, mamá!Escuchó cosas cayéndose en el pasillo, luego la figura de su hijo, completamente desnudo, llegó a su campo de visión. Ese pequeño demonio estaba mostrándose en su máximo esplendor como su nada. — En verdad estoy por creer
Axel se quedó unos segundos mirando a la mujer que dejó en libertad hace cinco años, se veía muy diferente a las fotos que sus hombres le enviaban, una mujer que no se andaba con rodeos y si tenía que ponerle precio a la cabeza de alguien por su hijo, lo haría. Sasha ya no era la chica de diecinueve años que dejó en libertad, ahora era una mujer que tenía una vida hecha y que estaba dispuesta a dejar todo de lado por el bienestar de su hijo.— Buenos días —dijo Sasha, luego de ver a todos en esa habitación—. Soy la dueña del local, y espero que el servicio que se les estén brindando sea de su agrado.— Muchas gracias —dijo el presidente, tomando la mano de la Melek, y esta sonrió, olvidándose de Axel—. Es un placer conocerla en persona —depositó un beso en la mano de su esposa, lo que hizo que apretara los puños—. Es usted una mujer muy hermosa.— Muchas gracias, señor presidente —quitó la mano lentamente—. Debo volver al trabajo, si necesitan algo más, no duden en decírselo a mis emp
Día uno del cortejo: El domingo empieza el juego de seducción.Sasha miró al hombre que juró vengarse de su familia en el pasado, todavía tenía esa pequeña espina en su corazón que le decía que Axel no era de fiar y el que le dijera que después de cinco años haría hasta lo imposible por tenerla, le daba mala espina. Aunque, verlo sufrir por la falta de feromonas era demasiado bueno, exquisito y ni hablar de que se estaba burlando de él en silencio. Khan estaba feliz de tener a su padre con él, sin embargo, su hijo podía ilusionarse rápido con las personas y eso era lo que menos ella quería.— Mamá —la llamó Khan—. Ven, por favor. Quiero tomarme una foto contigo y con mi papá.— No, ahora no es el momento —fingió estar mirando los documentos del restaurante—. Tengo que terminar algunas cosas, tal vez más tarde.Su hijo no volvió a decir nada al respecto, ella lo agradeció en silencio. Desde que él dijo que se iba a quedar en Estambul, su miedo crecía a tal punto de que no había forma de