Hunter se dijo a sí mismo que no podía irse como si nada de la isla, tenía que ver como sus hermanos terminaban el trabajo por él. La Melek que le fue llevada era hermosa, una muñeca de porcelana que, en cuánto lo vio, quiso huir. Sin embargo, ya era suya y con ella podía vivir mucho tiempo mientras intentaba recuperar un poco de su fuerza que se había perdido con el paso del tiempo.
Eso de que sus queridos hermanos hayan llevado a su madre era una vil mentira, lo vio su padre, fue un espejismo y nada más.
— Siéntate —jaló el brazo de la Melek y ella se quejó—. Esto te lo has buscado tú, niña. Ahora, tienes que ver todo esto en primera fila.
— Puedo matarte, ¿sabes
Sasha sintió una presión en el pecho que le hizo preguntarse por qué la vida seguía siendo tan cruel con ella, a tal punto de que no tenía nada por lo cual luchar en esos momentos. Cuando creyó que Axel y ella tendrían un buen final, este simplemente la dejaba abandonada a su suerte en el inframundo. En el instante que despertó de su maravilloso sueño, Ares le dijo que Axel se fue a una misión para asesinar a su padre adoptivo y que no tenían ningún lazo matrimonial que los uniera.Ya habían pasado varias semanas y Jack regresó, le dijo que podía estar tranquila y que las cosas estaban bien en ese sitio, que ya no tenía de qué preocuparse en lo más mínimo. — Buenos días, Sasha —la saludó Ares, con una pequeña sonrisa—. ¿Cómo estás?— Estoy bien —sonrió a medias—. ¿Cuándo podré salir de la casa?— Sí, tenemos que ir al hospital para saber el estado de tu bebé —Ares la vio con una pequeña sonrisa—. ¿No quieres salir?— ¿Tú has hablado con Axel? —eso pareció no agradarle mucho a su amig
Cinco años después.Sasha se quedó mirando a su pequeño retoño correr por los árboles de su nuevo hogar en Turquía. Después de pasar por tantas cosas esos días, al fin podía tener un poco de paz y tranquilidad, la que tanto quería y que nunca pudo tener en el pasado. Se alejó de todos, quería sanar y si se quedaba en Londres, se iba a pegar un disparo por querer buscar a Axel. Ella se encontraba bien, no estaba sufriendo lo mismo que antes, solo que sus periodos de celo eran demasiados fuertes y tenía que tratar de que no pasara a mayores. Astrid le dejó la empresa de Irlanda como un regalo, pero tuvo que rechazarla, debido a que solo estaba a media hora de Londres y no quería tener nada que Axel.— ¡Khan! —gritó, llamando a su hijo—. Ven aquí, amor. — ¡Voy, mamá!Escuchó cosas cayéndose en el pasillo, luego la figura de su hijo, completamente desnudo, llegó a su campo de visión. Ese pequeño demonio estaba mostrándose en su máximo esplendor como su nada. — En verdad estoy por creer
Axel se quedó unos segundos mirando a la mujer que dejó en libertad hace cinco años, se veía muy diferente a las fotos que sus hombres le enviaban, una mujer que no se andaba con rodeos y si tenía que ponerle precio a la cabeza de alguien por su hijo, lo haría. Sasha ya no era la chica de diecinueve años que dejó en libertad, ahora era una mujer que tenía una vida hecha y que estaba dispuesta a dejar todo de lado por el bienestar de su hijo.— Buenos días —dijo Sasha, luego de ver a todos en esa habitación—. Soy la dueña del local, y espero que el servicio que se les estén brindando sea de su agrado.— Muchas gracias —dijo el presidente, tomando la mano de la Melek, y esta sonrió, olvidándose de Axel—. Es un placer conocerla en persona —depositó un beso en la mano de su esposa, lo que hizo que apretara los puños—. Es usted una mujer muy hermosa.— Muchas gracias, señor presidente —quitó la mano lentamente—. Debo volver al trabajo, si necesitan algo más, no duden en decírselo a mis emp
Día uno del cortejo: El domingo empieza el juego de seducción.Sasha miró al hombre que juró vengarse de su familia en el pasado, todavía tenía esa pequeña espina en su corazón que le decía que Axel no era de fiar y el que le dijera que después de cinco años haría hasta lo imposible por tenerla, le daba mala espina. Aunque, verlo sufrir por la falta de feromonas era demasiado bueno, exquisito y ni hablar de que se estaba burlando de él en silencio. Khan estaba feliz de tener a su padre con él, sin embargo, su hijo podía ilusionarse rápido con las personas y eso era lo que menos ella quería.— Mamá —la llamó Khan—. Ven, por favor. Quiero tomarme una foto contigo y con mi papá.— No, ahora no es el momento —fingió estar mirando los documentos del restaurante—. Tengo que terminar algunas cosas, tal vez más tarde.Su hijo no volvió a decir nada al respecto, ella lo agradeció en silencio. Desde que él dijo que se iba a quedar en Estambul, su miedo crecía a tal punto de que no había forma de
Lunes en la noche; una velada entre tú y yo.Axel apoyó la mejilla en la palma de su mano, viendo cómo Sasha se movía por toda la cocina como si fuera la cosa más sencilla de todas. Le quedaban seis días completos en los que tenía que buscar la manera en la que ella confiara en él nuevamente, que sus cambios eran buenos, porque en esos cinco años que estuvieron alejados, él se mantuvo a raya con todo lo relacionado con ella a tal punto de que la dejó tener una vida más o menos normal.— Papá, arriba —el pequeño llama su atención y él lo sube en la encimera, y ambos se quedan como bobos mirando a Sasha—. Mamá, te amo.— También te amo, mi amor —Sasha le sonrió al pequeño alfa.— Mi Melek —Sasha enarcó una ceja en su dirección cuando la llamó por ese nombre—. Te amo.— Y yo te odio, Axel.— Al menos me conformo con que me quedaré contigo durante siete días y…— No son siete días, si no seis y el tiempo corre —puso la cena delante de él y luego enfrente de su hijo—. Vamos a cenar aquí, m
El martes te hago mi novia en París.Axel despertó al día siguiente, sintiéndose un poco más renovado que antes, estiró la mano para ver si podía abrazar a Sasha, y lo único que lo recibieron fueron dos pequeñas alas y el quejido de algo en medio de ambos. Abrió uno de sus ojos luego de eso, dándose cuenta de que su pequeño ser de luz estaba ahí en medio de ambos, su hijo se notaba algo cansado, como si no pudo dormir la noche anterior y se filtró en la habitación de su madre.La lluvia no había parado todavía, por lo que los tres tenían una hermosa vista del paisaje que le estaba dando el día. — No le gustan los rayos —informó Sasha, pasando los pulgares por las mejillas del pequeño—. Se metió a la habitación después de que te quedaste dormido.— ¿Algún trauma que deba saber?— Una vez, cuando fuimos al parque; unos hombros comenzaron a seguirnos, yo no vine directamente a casa, sino que llamé a Bruno para que nos ayude, sin embargo, no podía detener el auto hasta que él llegara a n
Para el miércoles, me amarás como debe ser. Sasha dejó a Khan en la escuela, y fue a trabajar. Axel en verdad se instaló en su casa y ella no tuvo más remedio que dejarle la habitación que estaba vacía y que la iba a tomar para trabajar en casa. El alfa salió ese día para cerrar unos negocios en otro lado, dejando de lado su restaurante que cada día la hacía sentir más orgullosa por todo lo que ocurría. Le hubiese gustado que su hijo continuara con él, pero los negocios de la mafia no pueden esperar. Levantó una ceja cuando recibió una llamada grupal por parte de sus amigos y supo que ya se enteraron de que le dio una oportunidad a Axel de arreglar todos sus líos. — Eso que acabas de hacer va muy por fuera de lo que nos dijiste —dijo Kira, apoyando la mejilla en la palma de su mano—. Ya hoy es el cuarto día, me imagino que las cosas entre ambos deben estar bien… — No estaría tan segura de eso, pero sí —asintió, moviendo el lapicero de un dedo a otro—. Axel se comporta mejor que en
El jueves el anillo de rodillas, te propongo matrimonio y dices que sí.Axel vio el anillo que compró para Sasha, era uno hermoso, y que iba a juego con ella a tal punto de que cualquier persona pensaría que fue hecho a su medida. Estaba decidido a todo por esa mujer, a tal punto de que vendería su alma al diablo, de ser necesario para hacerla feliz, ella le dio esa oportunidad que tanto buscaba y no iba a dejarla pasar tan fácilmente.— Mi mamá me dijo que tú le ibas a dar un anillo hoy —dijo Khan, pasándole su cuaderno para que lo ayudara con la tarea—. Sé también que no se casarán otra vez y que la esposa del tío Bruno me cuidará…— Estás siendo un mocoso impertinente en estos momentos, Khan —Axel chasqueó la lengua, poniéndose de pie—. Me temo que tienes que buscar la manera de que tu madre no tire el anillo.— Helado de mango —propuso su hijo—. A mamá le gusta el mango y las bananas como a mí —Axel enarcó una ceja al escucharlo—. Decía que tú le dabas mucho mango y bananas cuando