Mi cabeza dolía, parecía que un martillo me estuviera golpeando durante mucho tiempo. Sobé mis sienes y suspiré enterrando mi cara en la mesa. Eran las 9 a.m y estaba en clase de Finanzas, y aunque me gustaba, mi cabeza estaba en otro lado, muchas cosas más importantes tenían mi atención y no era sorpresa que me estaba bajando en mis calificaciones.
No podía estar concentrada en un mundo de magia, sangre y colmillos, y también en mi mundo normal de estudios y amigos. Simplemente no podía acostumbrarme a algo así, era tan irreal que incluso creía que en cualquier momento despertaría de esta pesadilla. Aún no podía comprender porqué yo tenía que pasar por eso, no entendía qué era lo que había hecho para que tuviera que lidiar con esta mierda. Mi mente no lo procesaba pero fingía que todo estaba bien, no me gustaba preocupar a los demás.
El profesor dió por finalizada las clases y rápidamente guardé todo en mi bolso, me puse de pie dejand
El agua tibia recorría cada centímetro de mi piel deshaciendose del jabón, tenía los ojos cerrados mientras me sentía cómoda; para mi, el baño era una de mis actividades favoritas, el sentirme limpia y fresca era una de las mejores sensaciones del mundo. Quite toda el agua restante de mi cabello y lo envolví en una toalla blanca, y enrede mi cuerpo en una toalla del mismo color. El vapor se sentía y veía en todo mi cuarto de baño, incluso el espejo estaba empañado.Había llegado de entrenar con Ryan, empecé a usar mi "magia" pero absolutamente nada había sucedido, el chico me dijo que debía concentrarme y centrar todo mi poder en mis manos y mente, pero simplemente me era imposible. Estuvimos en el intento durante dos horas, estaba cansada y esa situación me había estresado demasiado, me sentía inútil e incapaz de hacer bien mi trabajo. Era una chica perfeccionista y eso me irritaba porque en situaciones así me gustaba tener todo bajo control pero eso se es
RYAN MILLERLa carretera estaba completamente sola, y oscura, apenas podía visualizar a los árboles los cuales estaban empinados y los veía algo borrosos al pasar al lado de ellos dentro de mi camioneta. Tenía mis manos sobre el volante, nunca iba a una velocidad rápida, sabía que por ello sucedían muchos accidentes automovilísticos, así que quería evitarlos a pesar de que no haya nadie en este camino.Me estaba dirigiendo al pueblo después de haber estado en la ciudad por algunos asuntos de Nicolás, mi amigo, quién también era como yo, un monstruo. A él le gustaba beber sangre fresca del hospital y en el pequeño pueblo no había, entonces le hice el favor de buscar eso por él, por el retrovisor pude ver varios litros de sangre en bolsas médicas en el asiento trasero.
A veces, en la vida, siempre pasan cosas que uno menos se lo espera, desde recibir un mensaje de la persona más inesperada hasta receptar una noticia impresionante y feliz, pero a veces, esas cosas que uno menos se los espera, también pueden ser tristes y malas, pasar por situaciones increíbles es parte de la vida, y uno debe aprender a sobrellevarlo y a vivir con ello. Pero lo complicado es cuando estás situaciones son tan fuertes, siendo incapaces de manejarlas y saliéndose de nuestras manos, el hecho de no tener el control, es lo peor.Toda una mezcla de sentimientos se apoderó de mi al ver a mi hermano convertido en un hombre lobo enorme con unos colmillos y garras gigantes. No iba a mentir que no tenía miedo, por poco no caí y me desmayé en frente de todo este caos, y así era como todo se salió de control.Otro golpe más en la puerta y está se derrumbó, caí de trasero mientras escuchaba los llantos de Enrique y los gritos de Victoria, o eran míos, no lo sabía.
Aún las palabras de Ryan no salían de mi mente y no porque no eran ciertas, si no, porque él tenía razón. Nadie tiene un hijo hombre lobo por nada, debe haber una explicación ante todo esto.Para ser sincera; me aterraba el hecho de pensar que mamá tuviera algo que ver en esto, porque si era así, significaría que me ha estado escondiendo muchas cosas y eso no era justo.Por otro lado, Isaac aún estaba en el centro de mi mente. ¿Qué le pasó? ¿cómo se habrá sentido? ¿le dolería? Eso me asustaba aún más, mi querido hermano no iba a tener idea de lo que había sucedido y el porqué estaba sujetado con unas cuerdas en mi habitación, aún era de noche así que Isaac seguía en su transformación, no quería dejarlo sólo pero si me veía de seguro iba a querer atacarme y estaba confirmado que es muy rápido y fuerte para ser su primera metamorfosis.Otra cosa que también estaba rondando mi cabeza era el hecho de que al fin pude usar mi magia
Las sorpresas siempre suelen ser buenas o malas, agradables o desagradables, inesperadas o esperadas, pero siempre son sorpresas y cuando llegan, te golpean demasiado fuerte, como me estaba pasando a mi ahora, el ver la cara de mi mamá al notar que Ryan estaba a mi lado me dejó sin palabras, sus ojos estaban demasiado abiertos al igual que sus labios, tenía una expresión de desconcierto, confusión, y todas las emociones posibles, y al ver todo eso supe que mamá conocía a Ryan Miller. Por otro lado, el ojiverde tenía mi misma expresión: confusión. Sus cejas estaban levemente unidas mientras que con sus ojos escaneaba el rostro de mamá. —¿Lo conoces, mamá?— cuestioné lentamente esperando la respuesta. Mi madre no respondió y noté que sus ojos se cristalizaban un poco mientras daba algunos pasos hacia atrás. Empezó a mover su cabeza mirando hacia a todos lados. Me acerqué a paso rápido al ver que empezó a tambalear y l
A veces el sentirse destrozada y herida es normal y parte de esta puta vida, pero el sentirse así siempre es una jodida m****a. Yo ya no podía más y me dolía el corazón, ¿qué había hecho de mal para pagar tanto? ¿Qué había hecho en mi otra vida para pagar de esta forma en la actual? Me sentía estúpida. En el fondo sabía que no había querido ayudar a las brujas a vengarse del clan de hombres lobos de Ron, simplemente había fingido que quería hacerlo solo para saber de papá pero no me había servido de nada, no era justo, y en lugar de lograr mi objetivo, descubrí mentira tras mentira. El nombre de Isaac rondaba mi mente, sentía pena y me dolía el imaginar su rostro y expresión al saber que no teníamos el mismo padre, me lastimaba el saber como se iba a sentir al enterarse que era un ser sobrenatural. Las lágrimas no paraban de salir de mis ojos y rodar por mis mejillas, además estaba lloviendo y no podía identificar si temblaba del frío o por lo que
—¿... Entonces eres un cazador de hombres lobos?—preguntó el moreno llamado Nicolás con un tono seco y despectivo. —Si. Así es.—respondió Aleix con una sonrisa deslumbrante. El chico, al llegar aquí había recibido miradas tensas de parte de todos pero pareció no importarle ya que ahora estaba sumamente integrado. Después de la plática en medio del bosque y del disparo, que en realidad había sido para un hombre lobo que estaba detrás de nosotros, habíamos regresado a la mansión donde vivía Ryan y este chico, Aleix, había venido con nosotros. Y ahora les explicaba que las brujas lo habían seleccionado para que nos ayude o algo así, y los demas no se fiaron de él hasta que les mostró pruebas, la verdad no le estaba poniendo mucha atención. Mi mente aún estaba en casa de mi madre recordando sus engaños y mentiras. —¿Estás bien?—me preguntó Ryan acercándose a mí oído y erizando mi piel. Lo miré y solté una mueca.
Tropezón.Segundo tropezón.Maldición, ¿acaso no podía hacer nada bien?Me quejé por lo bajo intentando acomodar mis patines pero me era casi imposible.—Vamos, yo te ayudo— Ryan apareció por milésima vez para ayudarme, o yo era el problema o estos patines no eran de mi talla.Ryan había decidido invitarme a un campo de hielo a patinar cuando le comenté que era muy mala en esto, aunque sabía que lo hacía para distraerme de todo el caos afuera. Además, había invitado a Vicky y a su hermano. Ambos lo hacían de maravilla, incluso el ojiverde.—Vaya— sonreí sujetándome de sus hombros mientras él terminaba el trabajo—creo que esto no es para mí, soy muy torpe.El chico rió por lo bajo mientras se incorporaba y yo me sujetaba de sus brazos.—No lo eres, solo necesitas práctica, nada más.— Si, solo eso. Nada díficil—respondí sarcásticame