HOLLY Cuando Adam y yo volvimos a entrar a la habitación, vimos como Cherise estaba completa y perdidamente enamorada de los niños que hablaban hasta por los codos, Eros, por otra parte, se mantenía despierto escuchando, ya tenía el peluche entre su cuello y la almohada. —Bueno bebés, es hora de irnos. —¿Ya? ¿tan pronto? —preguntó Cherise con un puchero triste. —Sí, tenemos que ir a nuestras clases. —Pero ¿Qué no la escuela ya terminó? —Es mi clase de Taekwondo. —Y yo tomo Kung fu. —Inteligentes y guerreros, cada vez me gustan más—los abrazó—, ¿podemos pasar las fiestas juntos? Los niños solamente se rieron. —Es una linda idea, pero no estaremos aquí en las fiestas—admití. —¿Qué dices? —masculló Adam a mi lado. —¿Por qué dices eso? —Es que viajamos todos los años a México, pasamos las fiestas con mi familia, nunca hemos dejado de ir—intenté ser condescendiente. —Oh, si es una tradición, no puedo hacer nada contra ello—les dijo Cherise a los niños, luego se volvió hacia m
NICHOLAS Dejé mi departamento hecho un desastre. Después de que Dakota se fue, me volví loco, no medí mis impulsos, rompí todo lo que había en mi camino. Lo sabía, en el fondo sabía que yo a ella ya no interesaba, no después del altercado con Xander en la oficina. Me había estado evitando por mucho tiempo, se la pasaba con Deo, lo sé, yo la orillé a él. En el fondo se que Deo es mejor que yo, no tiene ningún registro de que hubiese hecho algo ilícito, ninguna infracción, ninguna materia reprobada, fue a servicio militar y al regresar se concentró en dar clases en la universidad, no hay nada malo con este tipo, salvo el hecho de que me ha quitado a la única persona que me mantiene cuerdo. Bebí tanto que me desmayé y solo desperté hasta que escuché a la señora de limpieza mover los muebles rotos. No me dijo nada, simplemente se concentró en el trabajo que para eso le pagaba. Seguí hundiéndome en la miseria todo el día, solo bebía y dormía, no quería pensar, no quería enfrentarme a
ADAMNo me atrevía a bajar, no si James quería seguir conservando su vida.Me perdí tanto en mis pensamientos que dormité un poco. Para cuando reaccioné, me asomé por la ventana, su auto ya no estaba, vi mi reloj, eran ya la una de la madrugada. Me asusté un poco por que no vi a Holly en la cama.Eso quería decir que estaba aún enojada conmigo.¿Por qué no me había dicho nada? ¿aún no confiaba en mí?Ella también estuvo recia a hablar.La busqué en la habitación de los niños, no estaba allí, me alarmé, bajé rápidamente. La encontré dormida en la sala, con su laptop a un costado, papeles sobre ella y los lentes sobre su cabeza.Dejé las cosas sobre la mesita, retiré la manta, la tomé en brazos hasta la habitación, estaba profundamente dormida, me quité mi ropa y me metí a la cama con ella, rápidamente se acurrucó en mi pecho.No puedo estar enojado con ella, tal vez tenga sus razonas por las cuales no me dijo nada, quizá me lo diría después, así con ese pensamiento, me dormí con ella c
EROSEstoy enojado, no puedo moverme, no hay ni una sola parte de mi cuerpo que no duela.Finjo estar dormido todo el tiempo para no ver a mi madre llorar cada vez que estoy despierto. Adam suele turnarse con ella para cuidarme, he querido decirle todo, pero cuando comienzo a hablar él me interrumpe y hace que me quede quieto. No puedo decirle nada a mi madre, voy a destrozarla, ya tiene suficiente conmigo así.Parece que está tranquila, la escucho ojear algo, no estoy seguro si es un libro o una revista, abrí los ojos solo un poco para verla, está inmersa en su lectura, pero no es nada de lo que me imaginé; está leyendo en una tableta que hace el sonido de hojear, es un documento.—Ya sé que despertaste—dijo sin mirarme, no tuve más que abrir los ojos.—¿Qué haces?—Reviso los balances el viñedo—tenía esa mirada mordaz cuando la clavó en mí.—¿Traes el trabajo aquí? ¿mientras convalezco?—Vi que ya estás mejor, dejé de llorar y ahora trabajo.Respiré profundo.—Hum, viejos hábitos—re
HOLLYDakota me habló, despertándome.—Querida bella durmiente ¿estás enferma o te destrozaron la espalda anoche? —lo dijo en tono burlesco.—¿Dormida?Miré a mi alrededor, asustada, salté de la cama, yo no dormí aquí anoche, había una nota:No te asustes, estabas cansada, llevé a los niños a la escuela, descansa.—Dime que Adam no secuestró a tus hijos.—¿Qué? —me alarmé.Ella soltó una carcajada del otro lado.—Estoy bromeando, están en su clase—solté el aire aliviada—. Parecen contentos, aunque, temo decirte que hubo cierto altercado en la entrada cuando Adam dejó a los niños.—Por favor, dime que no tendremos que devolver ninguna matricula.—No es eso—sopesó—, Adam le dijo al grupo de la señora Roberts que estás con él, aunque esas no fueron las palabras que usó; la señora Roberts se alteró, ya sabes cómo se pone.De todas las madres y padres del instituto, la señora Denis Roberts era la que hacía un huracán por una simple gota. Su hijo ya está en último grado, pero para mí desgra
HOLLYMe quedé plantada, Sadie se volvió hacia mí, como si ya me hubiese visto al instante; me barrió con la mirada y sonrió cínicamente, se irguió y caminó meneándose de más hasta el elevador.Adam, por increíble que parezca no me vio, se dirigió hacia su atónito asistente.Impactada y confundida me acerqué despacio, él hablaba con el chico quien lo miraba con los ojos tan abiertos.—¿Qué tienes? ¿te está dando una embolia? —gruñó.El chico ya no sabía si mirarme a mi o a Adam, me aclaré la garganta.—No deberías hablarle así.Los papeles que Adam sostenía en las manos se le cayeron y se desperdigaron por el suelo. Brusco se giró hacia mí.Me sentí temblorosa y no sabía por qué. Él solo me veía, no decía nada, una parte de mi cerebro me dijo que algo había sucedido con ellos, algo de lo que no estoy dispuesta a lidiar, es mejor que me vaya, quizá también tenga mucho trabajo.—Yo… te… te…traje esto—sentí que mi corazón palpitaba con fuerza.Él no se inmutó, estaba petrificado, incluso
HOLLYPasé el resto de la mañana con Adam.Un rápido en su sofá definitivamente me hizo sentir muy cansada, fue extraño, por lo regular siempre me da energía.Almorzamos la comida ya fría, bueno, la sopa de arroz aún estaba un poco tibia.Le ayudé a hacer un par de documentos mientras él estaba al pendiente del equipo de búsqueda y hablar con la policía en un vago intento de no alterarse.Cuando dieron las dos de la tarde dijo que debíamos salir.Fui de copiloto mientras ponía un poco de música, él estaba algo tenso, pero intentaba disimularlo, lo único que hice fue cantarle.Nos detuvimos en una cafetería.—¿Aun tienes hambre?Se rio quedito.—No es para mí—pidió dos chocolates calientes.—Yo no quiero, estoy muy llena.—Tampoco es para ti.Ladee la cabeza.—¿Vamos a ver a tu madre?Negó y pagó.—Son para los niños—confesó—. Tony quiso un chocolate caliente esperándolo a la salida.—¿Él te lo pidió?—Algo así…—Te lo exigió—aventuré, no contestó—. Ah, pero si ese niño me las va a pag
ADAMPude haber regresado a trabajar, pude haber reemplazado a mi madre en el hospital, incluso estar al pendiente de que el equipo de búsqueda encontrara a Nicholas.Pero nada de eso iba a impedirme ver la presentación de Holly, ni siquiera muerto me lo perdería.Fue divertido ver todo este tiempo a Holly ocultarlo, las ventajas de tener guarda espaldas para Holly. Incluso ella tuvo el cuidado de esconderse en el baño para cambiarse.Me deleité con la imagen mental de ella, pero, la realidad iba a superar la ficción con creses.Dejé a los niños en sus respectivas clases, luego busqué la clase de Holly, esperé fuera a que la rubia insufrible llegase.Ni pensar que mi vida antes de Holly había girado en torno a las rubias, ahora me horrorizaba el pasado, pues había fijado mis ojos en esa rubia, me estremecí de nauseas.A pesar del grano en el culo que es Dakota, me parecía que ella también lo estaba pasando mal, ahora estaba embarazada y cabía la posibilidad de que ese bebé fuese de mi