«- Cumpleaños feliz... cumpleaños feliz... - la voz suave de su madre hizo un eco tranquilizante en su cuarto. Ella abrió los ojos encontrándose con la versión más linda de su madre - Feliz cumpleaños mi cielo - se acercó con una pequeña tarta casera«- Mamá...- dijo emocionada»«- Pide un deseo»«- Deseo siempre oír tu linda voz- dijo en voz alta y sopló las velas»«- No debiste decirlo en voz alta...»Ambas se rieron al darse cuenta.«- No se cumplirá - dijo con tristeza»«-Amor, siempre escucharás mi linda voz ¿ Sabes?- acarició su mejilla con amor, mucho amor - porque aunque ya no esté la sirena, sigues escuchando la música que un día la oíste cantar»«- Te amo, mamừ- Yo también, cielo» Dió un giro en la cama y abrió los ojos de golpe, miró sin entender en dónde se encontraba. Estaba solo en toallas por lo que al percatarse de eso se envolvió las sábanas a su cuerpo y quiso salir de ahí, cuando entró Héctor mirándola de manera neutral.- No te muevas tanto...- dijo algo
-¡ Ah...!!- gritó Regina al oír un disparo a unos metros de su cuarto.No sabía que pasaba pero Héctor había salido apresurado sacando un arma, la cual cargó en pocos segundos.- Quédate aquí...- demandó el mayor viendo cómo la pequeña se volvía bolita.Ésta ni le escuchó solo hundió su cabeza en sus piernas tratando de recuperar el control de su respiración pero le era casi imposible. Mientras la pequeña luchaba por no sufrir un ataque en aquel cuarto, Héctor había salido. Su planta casi siempre estaba vigilada pero esta vez no había nadie en todo el pasillo, lo que venía siendo extraño. Caminó cautelosamente sin perder de vista su cuarto, dió un paso en falso y volvió a oír otro disparo. Se preparó para atacar a quien disparaba y a punto de hacerlo, se fijó en quién era, bajando su arma de inmediato.- Selena...- dijo en un tono frío.La castaña teñida de un violeta oscuro sonrió cínicamente viendo al mayor con burla mientras todavía manternía su arma en posición, dispuesta a
— Ha crecido...— dijo Cedric acercándose a Héctor.— Sí...— habló Kim interrumpiendo la conversación — He crecido... — miró a su hermano con desconcierto — lo que deberías hacer tú...— Tú eres quién ha entrado a mi casa matando a todo aquel que te encontraste por el camino...— Y tú eres el que tiene a una pobre niña encerrada en esta maldita casa...— su tono de voz era molesto.— Es bueno verte Selena ...— dijo Cedric.— Kim, tío Cédric... — replicó tomando asiento en uno de los sofás del estudio.— Estás muy grande ¿ Cuántos años ya tienes?...— preguntó acomodándose su traje.— Dieciocho...— miró a Héctor con maldad — soy incluso mayor que la esposa de Héctor...— Te he dicho que dejes de llamarme así...— dijo golpeando la mesa.— Solo te digo tus verdades, después de lo que vivimos tú prometiste nunca acceder al juego y ahora resulta que sí entraste y peor, sometiendo a una pequeña de cuántos años¿16?...— Selena, sabes que pierdo la paciencia muy pronto. Sal de mi estudio y acomp
¿Y es así? ¿Una noticia y ya? Un dolor inmenso coloniza tu ser y con ese dolor llegan un sin fin de emociones que explotan en tu interior como bomba de relojería. Se pierde la noción del tiempo, a veces el apetito, las ganas de hacer cosas, las ganas de vivir y llega la depresión. Las noches llorando, los días pensando, atormentando cada espacio de tu mente que conserve algún recuerdo. La vida se vuelve solo eso, respirar y ya. Ya no hay sentido alguno. Encerrada en esa mansión, llorando sin consuelo, escuchando el silencio y en el silencio las voces de los momentos que marcaron su historia. Tanto que hicieron, tanto que lucharon para que acabaran de esta manera, una a tres metros de tierra y la otra a unos pasos del infierno, dos almas que iban juntas ahora se habían separado sin ningún remedio, sin otra opción.Y así las horas de dolor se volvieron días, los días y noches en velas se volvieron semanas, las semanas en ayunas se volvieron un mes y así llegó junio. Otro mes más en ese
Regina bajó captando la mirada de todos pero sobretodo la mirada más incrédula de Héctor, quien le hizo una señal para que se acercara. Ella educadamente se acercó y le miró sin ninguna expresión.—¿ Por qué te has cortado el cabello?...— preguntó algo enojado.— Mi madre era la única que me lo impedía, ella ya se fue no tengo porque conservarlo...— respondió desafiando con la mirada.—¿ Con qué te lo cortaste?— preguntó.—¿ Es un interrogatorio?— preguntó con una pequeña y casi invisible sonrisa en su rostro.— Respóndeme...— demandó.— Con unas tijeras que encontré, creo que eran las del jardinero...— respondió con un tono de duda.—Regina...— la miró apretando los puños.— Héctor...— dijo sin pensar a pesar de saber que no le gusta ese nombre.Todos a su alrededor retrocedieron ante lo que dijo, le había llamado por su nombre, ese nombre que tanto odiaba porque le recordaba momentos en los que cada esquina de su cuerpo sabía que era un Jones, el nombre con el que la gente del círcu
[...]La puerta del cuarto se abrió mostrando a un Héctor trajeado y con el cabello desordenado. La pequeña no le dió importancia al estar en su limbo y así permaneció hasta sentir como sus muñecas se relajaban. Quiso alejarse pero Héctor la cogió en brazos llevándola al cuarto de baño. Ella peleaba pero en completo silencio, algo que no sirvió de nada porque él la llevó hasta la ducha, abrió el grifo de agua fría y tomó una esponja dispuesto a bañar a la pequeña.— No...— dijo con los labios temblorosos al sentir la mano de Héctor rozando su piel.Él la ignoró y prosiguió con su cometido. Pasaba la esponja por zonas triviales hasta acabar entre sus pechos. Entonces volvió esa mirada llena de deseo, mordió su labio inferior mientras dejaba la esponja a un lado para continuar con sus manos. Acarició esa zona por un rato bajo la mirada perdida de la pequeña que continuaba en shock por lo anterior. Bajó lentamente por su abdomen y se acercó a su zona íntima rozándola con sus dedos. Regin
«—¿Cres que algún día tenga el valor de confesarme a la chica de la que estoy enamorado?— preguntó Ronal a una Regina de quince años»«— Claro— respondió ella con una sonrisa»«— ¿Y si me rechaza?— preguntó con cierta angustia»«— Si te rechaza, yo estaré aquí. Yo te amaré— dijo con un tono rojo en sus mejillas»«—¿ De verdad?— preguntó ilusionado»«— Claro, aunque seas un año mayor que yo...»«— Bueno, yo...— él empezó a jugar con sus dedos mientras buscaba las palabras adecuadas para su declaración — Regina, tú me... »«— Ahí está— gritó al ver pasar una línea blanca en el cielo. Miró a Ronal y le cogió de la mano — Rápido, pide un deseo»« Ronal miró a Regina como si ante él estuviera la rosa más hermosa del mundo, no pudo evitar sonreír ante tal imagen. El cielo, las estrellas, todo le parecía insignificante ante ella, ante su inocente mirada— Deseo que algún día me ames como te amo yo — dijo para sí mismo»«— Qué has deseado— preguntó con una hermosa sonrisa»«— Si te lo digo, no
— El día es hermoso...— dijo Regina moviendo su brazo asegurando que la calidez de Sol la abrace — Me recuerda a esas tarde de picnic familiar, lástima que ya no podré ir de picnic — dijo y miró a Brayan — ¿Crees que el señor me deje salir algún día?...Con esa pregunta el castaño miró a la pequeña a su lado, la cual parecía estar en su mundo mientras huía de la realidad.— No lo sé , señora...— respondió con la mirada en el piso.— Tal vez...— cogió una taza de té y se dispuso a leer — Regalemos rosas para dañar con sus espinas, un gesto hermoso hecho con malicia para provocar heridas. Regalemos rosas con sonrisas, para tener una excusa, para poder decir que no fue intensional lastimar a otras personas...Regina disfrutaba de uno de los libros que se había llevado al jardín o por lo menos eso aparentaba. Sus ojos se centraban en el libro hasta que Brayan se daba la vuelta y ella observaba el jardín y la salida, esa salida a su libertad, tan cerca pero al mismo tiempo tan lejos.— Yo