Kerrison Vine desde temprano a la oficina a cumplir con mi jornada laboral como me corresponde, porque no pienso darle gusta a los que están detrás de todo esto. Tengo que aceptar que me he sentido como una mierd*, no tengo apetito y mucho menos puedo conciliar el sueño; por ello, decidí venir al único lugar donde puedo estar "tranquilo" y con la mente ocupada. Seguramente también debe ser un delito llegar un poco más temprano a trabajar, porque ahora todo lo que haga puede ser utilizado en mi contra según Alessandro No voy a renunciar, no le voy a dar el gusto ni a él, ni a nadie. Me mantengo en mi posición y si voy a estar encerrado en cuatro paredes, lo aceptaré, aceptaré mi destino. Creo que lo más grave que podía pasarme en la vida, ya pasó y aquí estoy de pie, no me morí aún cuando estuve apunto de hacerlo. Si aguanté situaciones mierd** en mi vida, puedo con esto, claro que puedo con esto y mucho más.— Kerrison — Aurora abre la puerta de mi oficina, viene pálida y agitada
Abbygail Ha pasado un mes desde que Kerrison está preso, un mes en el que no he descansado. He estado buscando pruebas y más pruebas que demuestren su inocencia, pero no ha sido fácil. No me voy a rendir, lo prometí y no voy a dejar que mi amigo se pudra en ese lugar porque yo sé de su inocencia, estoy segura de ello. Las cosas entre Alessandro y yo no han estado tan bien, no compartimos cuarto, ahora yo tengo mi propia habitación en su casa porque se ha hecho un poco difícil tener posiciones diferentes referentes al tema. Odia que cada fin de semana vaya a visitar a Kerrison y lo deje a un lado a él. Pero tendrá que seguir soportando, porque así va a ser hasta que logre sacarlo de ese hueco; porque es lo que me he propuesto, sacarlo de ahí a como dé lugar. He querido irme de la casa de Alessandro muchas veces, pero ha sido casi imposible. De alguna u otra manera estoy atada, porque Emi necesita este espacio, Emi lo necesita a él porque en este corto tiempo han creado un lazo fuer
*Abbygail* — Abbygail, no puedes decir eso y simplemente dejarme con las palabras en la boca. — Aless viene detrás de mí, furioso — ¿Por qué no me dijiste?— Porque no me corresponde. — Me limito a contestar — Claro que te corresponde. Eres tú quién me ha estado ayudando con todo esto — Me señala — Te recuerdo, que luego de que metieron preso a Kerrison me dejaste en claro que ya todo está cerrado. Según tú ya habías encontrado Al culpable — Le refresco la memoria — Pero no te importó, seguiste trabajando en ello por lo que veo ¿Por qué? — Su pregunta es absurda— ¿De verdad preguntas por qué? Claramente sé que Kerrison es inocente. Te lo he repetido millones de veces — Corta la distancia entre nosotros — ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil contigo, Abbygail? — Cuestiona, cerrando sus ojos — Tenemos exactamente el mismo pensamiento. Eres un hombre muy terco, que no eres capaz de ver más allá — ¿Qué encontraste? — Pregunta — Sabes, no debería decirte nada. Al fin y al cabo
*ALESSANDRO* Despertar al lado de Abbygail es lo mejor del mundo. Verla dormir me recarga, esta mujer puede llegar a volverme loco en cualquier momento. — Deberías dejar de mirarme tanto, puedes desgastarme — Habla aún con los ojos cerrados y yo sonrió.— No puede ser, lo siento. No es mi intención desgastarla, señora Abbygail — Le contesto, siguiendo su juego — No me digas señora — Abre sus ojos — Me haces sentir vieja. — Nunca te he preguntado tu edad. ¿Te gustaría decírmela? — Pregunto. — Soy tres años menor que tú — contesta — Un momento ¿Cómo sabes mi edad? — Cuestiono — Tengo mis formas de averiguar lo que quiero, doctor Alessandro — Pega su cuerpo al mío y deja un corto beso en mis labios. Quiero más, así que tomo su rostro y profundizo más ese beso por un largo rato. — Debemos levantarnos. Llegaremos tarde al trabajo. — Intenta soltarse de mí, pero no la dejo — Me desperté hace unas horas y pensé, porqué no quedarnos en casa el día de hoy. Al fin y al cabo soy el jef
*ABBY* Mi niña no va a resistir, no creo que resista muchos tiempo.— Código azul — Grita una de las enfermeras — La perdemos Sus palabras hacen que me quiebre por completo y me tire al suelo a llorar. Lloro, grito y desgarro mi garganta hasta más no poder. Dolor, es lo único que puedo sentir en estos momentos, un dolor que quema por dentro, un dolor que no me deja oír, no me deja ver, todo se vuelve oscuro. Intento abrir mis ojos, pero me pensan los párpados. Siento unos brazos alrededor de mi cuerpo y sé que se trata de él, Alessandro. — Mi bebé — Sollozo aún con los ojos cerrados — Todo está bien, mi amor. Todo está bien — Me habla al oído, pero no le creo, no creo nada — No... ella... ella está... — No doy para decir las palabras — No, no lo está. Pudo superarlo, es muy fuerte. — Deja un suave beso en mi hombro y por fin abro los ojos — ¿De verdad? — Me muevo para mirarlo con mucha fijeza y empiezo nuevamente a llorar de felicidad — No tendría porqué mentirte. Está en cu
*Abby*Me arreglé desde muy temprano, no quiero llegar tarde al sitio de encuentro. Por ello, desayuno rápido y trato de ser lo más disimuladas posible. — Luego de que acabe las reuniones iré a verla — Me avisa Aless, llevando si vaso con jugo de naranja a su boca — Tranquilo, Aless. No debes descuidar el trabajo, ya tenemos bastante con que yo no esté laborando. — Sabes que eso es lo de menos — Levanta su mano, ofreciéndome salsa y niego con mi cabeza — Ya me imagino a todos en la oficina hablando, no es que me crea importante, pero conozco como son de chismosos y mal hablados — No deberías darle importancia, soy yo quien paga sus sueldos, así que si me entero de algo los pondré en su lugar. — Oh, Dios mío. Se me olvidaba que tiene el ego por las nubes. Doctor Finnerty. — Deberías sentirte afortunada de tener un hombre como yo a tu lado. Mírame — Se levanta y da una vuelta agarrando su chaqueta. — Soy todo un Dios griego, millonario, guapo, inteligente, que más le puedes pedir
Alessandro Han pasado más de tres días desde que Emily recayó. He tratado de ser lo menos sentimental posible y mantener mi compostura, sobre todo porque Abbygail lo necesita. Alguien tiene que ser su roca y su fortaleza y ese voy a ser yo.Tengo que aceptar que sí, me tomé atribuciones y títulos que no me corresponden porque me siento el padre de esa niña, la siento como mía. Todos deben decir que es absurdo el rol que estoy tomando pero la verdad me tiene sin cuidado lo que los demás piensen o crean De hecho, suelo verme muy poco con mis padres; sin embargo, el día de ayer necesitaba un abrazo de mi mamá. Mis hermanos como personas bastante comunicativas, la tenían al tanto de mi relación con mi secretaria. También le contaron que tiene una hija con una enfermedad y que yo estoy costeando todo. No sé esos cretinos como consiguen tanta información, me molesta que se tomen el atrevimiento de hablar sobre mi vida personal y privada. Era algo que me correspondía a mí como hijo conta
Abby Aless se encargó en menos de dos días de acondicionar de nuevo la habitación de Emily, ahora una parte de la casa parece un hospital. La atención es un poco más especializada, ahora no sólo tenemos una enfermera. En el momento Emily cuenta con cuatro médicos y cuatro enfermeras que se turnan en en transcurso del día; además de un equipo de especialistas que vienen cada que es necesario. No podemos estar entrando a la habitación, solo tenemos dos horas de visitas al día en donde Aless y yo aprovechamos para hacerla feliz por cortos raticos. También hay una gran ventana, por donde le mostramos dibujos y nos volvemos algo ingeniosos para hacerla reír. Aunque, no es muy recomendable que estemos tood el día pegados a ese vidrio, solemos hacerlo en ocasiones. — Abby — Alessandro entra al baño y me abraza por detrás — Ya sé que no tienes cabeza para el trabajo, pero Aurora no se ha sentido muy bien y necesito a alguien de confianza — Iré a trabajar — Me volteo, dejando un corto be