*Abbygail* — Abbygail, no puedes decir eso y simplemente dejarme con las palabras en la boca. — Aless viene detrás de mí, furioso — ¿Por qué no me dijiste?— Porque no me corresponde. — Me limito a contestar — Claro que te corresponde. Eres tú quién me ha estado ayudando con todo esto — Me señala — Te recuerdo, que luego de que metieron preso a Kerrison me dejaste en claro que ya todo está cerrado. Según tú ya habías encontrado Al culpable — Le refresco la memoria — Pero no te importó, seguiste trabajando en ello por lo que veo ¿Por qué? — Su pregunta es absurda— ¿De verdad preguntas por qué? Claramente sé que Kerrison es inocente. Te lo he repetido millones de veces — Corta la distancia entre nosotros — ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil contigo, Abbygail? — Cuestiona, cerrando sus ojos — Tenemos exactamente el mismo pensamiento. Eres un hombre muy terco, que no eres capaz de ver más allá — ¿Qué encontraste? — Pregunta — Sabes, no debería decirte nada. Al fin y al cabo
*ALESSANDRO* Despertar al lado de Abbygail es lo mejor del mundo. Verla dormir me recarga, esta mujer puede llegar a volverme loco en cualquier momento. — Deberías dejar de mirarme tanto, puedes desgastarme — Habla aún con los ojos cerrados y yo sonrió.— No puede ser, lo siento. No es mi intención desgastarla, señora Abbygail — Le contesto, siguiendo su juego — No me digas señora — Abre sus ojos — Me haces sentir vieja. — Nunca te he preguntado tu edad. ¿Te gustaría decírmela? — Pregunto. — Soy tres años menor que tú — contesta — Un momento ¿Cómo sabes mi edad? — Cuestiono — Tengo mis formas de averiguar lo que quiero, doctor Alessandro — Pega su cuerpo al mío y deja un corto beso en mis labios. Quiero más, así que tomo su rostro y profundizo más ese beso por un largo rato. — Debemos levantarnos. Llegaremos tarde al trabajo. — Intenta soltarse de mí, pero no la dejo — Me desperté hace unas horas y pensé, porqué no quedarnos en casa el día de hoy. Al fin y al cabo soy el jef
*ABBY* Mi niña no va a resistir, no creo que resista muchos tiempo.— Código azul — Grita una de las enfermeras — La perdemos Sus palabras hacen que me quiebre por completo y me tire al suelo a llorar. Lloro, grito y desgarro mi garganta hasta más no poder. Dolor, es lo único que puedo sentir en estos momentos, un dolor que quema por dentro, un dolor que no me deja oír, no me deja ver, todo se vuelve oscuro. Intento abrir mis ojos, pero me pensan los párpados. Siento unos brazos alrededor de mi cuerpo y sé que se trata de él, Alessandro. — Mi bebé — Sollozo aún con los ojos cerrados — Todo está bien, mi amor. Todo está bien — Me habla al oído, pero no le creo, no creo nada — No... ella... ella está... — No doy para decir las palabras — No, no lo está. Pudo superarlo, es muy fuerte. — Deja un suave beso en mi hombro y por fin abro los ojos — ¿De verdad? — Me muevo para mirarlo con mucha fijeza y empiezo nuevamente a llorar de felicidad — No tendría porqué mentirte. Está en cu
*Abby*Me arreglé desde muy temprano, no quiero llegar tarde al sitio de encuentro. Por ello, desayuno rápido y trato de ser lo más disimuladas posible. — Luego de que acabe las reuniones iré a verla — Me avisa Aless, llevando si vaso con jugo de naranja a su boca — Tranquilo, Aless. No debes descuidar el trabajo, ya tenemos bastante con que yo no esté laborando. — Sabes que eso es lo de menos — Levanta su mano, ofreciéndome salsa y niego con mi cabeza — Ya me imagino a todos en la oficina hablando, no es que me crea importante, pero conozco como son de chismosos y mal hablados — No deberías darle importancia, soy yo quien paga sus sueldos, así que si me entero de algo los pondré en su lugar. — Oh, Dios mío. Se me olvidaba que tiene el ego por las nubes. Doctor Finnerty. — Deberías sentirte afortunada de tener un hombre como yo a tu lado. Mírame — Se levanta y da una vuelta agarrando su chaqueta. — Soy todo un Dios griego, millonario, guapo, inteligente, que más le puedes pedir
Alessandro Han pasado más de tres días desde que Emily recayó. He tratado de ser lo menos sentimental posible y mantener mi compostura, sobre todo porque Abbygail lo necesita. Alguien tiene que ser su roca y su fortaleza y ese voy a ser yo.Tengo que aceptar que sí, me tomé atribuciones y títulos que no me corresponden porque me siento el padre de esa niña, la siento como mía. Todos deben decir que es absurdo el rol que estoy tomando pero la verdad me tiene sin cuidado lo que los demás piensen o crean De hecho, suelo verme muy poco con mis padres; sin embargo, el día de ayer necesitaba un abrazo de mi mamá. Mis hermanos como personas bastante comunicativas, la tenían al tanto de mi relación con mi secretaria. También le contaron que tiene una hija con una enfermedad y que yo estoy costeando todo. No sé esos cretinos como consiguen tanta información, me molesta que se tomen el atrevimiento de hablar sobre mi vida personal y privada. Era algo que me correspondía a mí como hijo conta
Abby Aless se encargó en menos de dos días de acondicionar de nuevo la habitación de Emily, ahora una parte de la casa parece un hospital. La atención es un poco más especializada, ahora no sólo tenemos una enfermera. En el momento Emily cuenta con cuatro médicos y cuatro enfermeras que se turnan en en transcurso del día; además de un equipo de especialistas que vienen cada que es necesario. No podemos estar entrando a la habitación, solo tenemos dos horas de visitas al día en donde Aless y yo aprovechamos para hacerla feliz por cortos raticos. También hay una gran ventana, por donde le mostramos dibujos y nos volvemos algo ingeniosos para hacerla reír. Aunque, no es muy recomendable que estemos tood el día pegados a ese vidrio, solemos hacerlo en ocasiones. — Abby — Alessandro entra al baño y me abraza por detrás — Ya sé que no tienes cabeza para el trabajo, pero Aurora no se ha sentido muy bien y necesito a alguien de confianza — Iré a trabajar — Me volteo, dejando un corto be
Alessandro Mi cabeza no deja de dar vueltas y más vueltas. Me duele un poco y ningún analgésico funciona, tengo mucho estrés y muchos pensamientos de más Abbygail se encuentra en la habitación en la que se está quedando Aurora, anoche durmió con ella porque estaba muy asustada y preocupada, cosa que no le sienta bien a la criatura que tiene en el vientre. Me preocupa esta situación, es muy grave que estén amenazando de muerte a Kerrison y no sé muy bien cómo actuar. Una parte de mí quiere dar aviso a las autoridades para que inicie una investigación y otra quiere mantener todo por lo bajo; ya que, como bien dijeron no sabemos con qué tipo de gente hablamos. — Papi, quiero a mi papi — Los gritos de Emily me hacen reaccionar y correr hasta su habitación. En la puerta se encuentra uno de los enfermeros y me informa que la niña no quiere dejar de llorar. Van a aplicarle un calmante para dormirla pero me niego, entrando sin previo aviso — No — Hablo, cuando están a punto de colocar el
Abbygail No estoy muy segura de lo que estoy a punto de hacer, pero no tengo opciones. El día de ayer Emily tuvo otra crisis muy grave, nadie en la casa pegó el ojo en toda la noche y fue horrible. Estamos viviendo en una incertidumbre y nos aterra despertar en algún momento con la noticia de que Emi no pueda soportar más.Se supone que deberíamos estar preparados para que esto suceda en cualquier momento. Pero no, siento que por más que se sepa nunca nos alcanzamos a preparar, por lo menos yo no puedo hacerlo. Tomé la decisión de contactar a esas personas y reunirme con ellos o bueno, con la chica que me contactó el otro día. Salir de la casa no fue tan complicado, simplemente le expresé a Aless que quería un espacio para mí, tomar aire y estar tranquila; Palabras que son totalmente ciertas porque he caminado una larga distancia hasta llegar a este sitio. Pero yo necesito buscar opciones, necesito por la vida de mi hija hacer algo. Llego al lugar y la veo, tiene puestos unos lent