AlessandroHa sido especial. Tengo que confesar que no ha sido como lo esperaba, fue mucho mejor. Si algo tengo o tenía claro es que el sex* es solo eso, sex*; pero, ahora creo que ese pensamiento está cambiando porque compartir intimidad con Abbygail ha sido demasiado profundo. Me he sumergido tanto en el momento que olvidé por completo la realidad, los problemas y las cargas que tengo encima. Me di la oportunidad de ir mucho más allá y permitime tener sensaciones que hace mucho tiempo no tenía. Es raro decirlo, pero puedo garantizar que por primera vez no fue sex*, por primera vez hice el amor y puedo asegurar que fue una de las mejores experiencias del mundo. Como hombre, me encanta el sex* y me fascina satisfacer mis necedades sexual** cada que puedo. Pero juro que ahora la sensación fue diferente, no sé ni como explicarlo, no sé cómo sentirme y esto radica en que puedo salir muy beneficiado o muy jodido en caso tal las cosas no funcionen del todo con Abbygail. Tenerla durmie
Abbygail Desde el día de ayer las cosas no marchan bien en ningún lado. Alessandro está insoportable y yo no estoy para aguantar ese tipo de actitudes, él quiere que yo tome una posición pero no lo voy a hacer, no pienso abandonar a mi amigo y tampoco pienso en darle la espalda a Alessandro. Estoy siendo objetiva, no es justo que yo tenga que elegir un bando cuando no quiero hacerlo. Anoche dormimos en cuartos separados, las palabras que cruzamos fueron gracias a Emily quien estuvo algo inquieta el día de ayer Es tedioso convivir con una persona y no tolerarse por el momento. También es raro dormir sola, luego de estar acompañada todas estas semanas. Él médico recomendó no compartir habitación con Emi, de esa manera le brindo un poco más de independencia. Por ello, Alessandro colocó detector de movimiento, cámaras y una serie de dispositivos que avisan cuando algo no está bien con Emily. Anoche su aparato se activó, manifestando que algo no anda muy bien dentro de ella; Por ello,
Kerrison Vine desde temprano a la oficina a cumplir con mi jornada laboral como me corresponde, porque no pienso darle gusta a los que están detrás de todo esto. Tengo que aceptar que me he sentido como una mierd*, no tengo apetito y mucho menos puedo conciliar el sueño; por ello, decidí venir al único lugar donde puedo estar "tranquilo" y con la mente ocupada. Seguramente también debe ser un delito llegar un poco más temprano a trabajar, porque ahora todo lo que haga puede ser utilizado en mi contra según Alessandro No voy a renunciar, no le voy a dar el gusto ni a él, ni a nadie. Me mantengo en mi posición y si voy a estar encerrado en cuatro paredes, lo aceptaré, aceptaré mi destino. Creo que lo más grave que podía pasarme en la vida, ya pasó y aquí estoy de pie, no me morí aún cuando estuve apunto de hacerlo. Si aguanté situaciones mierd** en mi vida, puedo con esto, claro que puedo con esto y mucho más.— Kerrison — Aurora abre la puerta de mi oficina, viene pálida y agitada
Abbygail Ha pasado un mes desde que Kerrison está preso, un mes en el que no he descansado. He estado buscando pruebas y más pruebas que demuestren su inocencia, pero no ha sido fácil. No me voy a rendir, lo prometí y no voy a dejar que mi amigo se pudra en ese lugar porque yo sé de su inocencia, estoy segura de ello. Las cosas entre Alessandro y yo no han estado tan bien, no compartimos cuarto, ahora yo tengo mi propia habitación en su casa porque se ha hecho un poco difícil tener posiciones diferentes referentes al tema. Odia que cada fin de semana vaya a visitar a Kerrison y lo deje a un lado a él. Pero tendrá que seguir soportando, porque así va a ser hasta que logre sacarlo de ese hueco; porque es lo que me he propuesto, sacarlo de ahí a como dé lugar. He querido irme de la casa de Alessandro muchas veces, pero ha sido casi imposible. De alguna u otra manera estoy atada, porque Emi necesita este espacio, Emi lo necesita a él porque en este corto tiempo han creado un lazo fuer
*Abbygail* — Abbygail, no puedes decir eso y simplemente dejarme con las palabras en la boca. — Aless viene detrás de mí, furioso — ¿Por qué no me dijiste?— Porque no me corresponde. — Me limito a contestar — Claro que te corresponde. Eres tú quién me ha estado ayudando con todo esto — Me señala — Te recuerdo, que luego de que metieron preso a Kerrison me dejaste en claro que ya todo está cerrado. Según tú ya habías encontrado Al culpable — Le refresco la memoria — Pero no te importó, seguiste trabajando en ello por lo que veo ¿Por qué? — Su pregunta es absurda— ¿De verdad preguntas por qué? Claramente sé que Kerrison es inocente. Te lo he repetido millones de veces — Corta la distancia entre nosotros — ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil contigo, Abbygail? — Cuestiona, cerrando sus ojos — Tenemos exactamente el mismo pensamiento. Eres un hombre muy terco, que no eres capaz de ver más allá — ¿Qué encontraste? — Pregunta — Sabes, no debería decirte nada. Al fin y al cabo
*ALESSANDRO* Despertar al lado de Abbygail es lo mejor del mundo. Verla dormir me recarga, esta mujer puede llegar a volverme loco en cualquier momento. — Deberías dejar de mirarme tanto, puedes desgastarme — Habla aún con los ojos cerrados y yo sonrió.— No puede ser, lo siento. No es mi intención desgastarla, señora Abbygail — Le contesto, siguiendo su juego — No me digas señora — Abre sus ojos — Me haces sentir vieja. — Nunca te he preguntado tu edad. ¿Te gustaría decírmela? — Pregunto. — Soy tres años menor que tú — contesta — Un momento ¿Cómo sabes mi edad? — Cuestiono — Tengo mis formas de averiguar lo que quiero, doctor Alessandro — Pega su cuerpo al mío y deja un corto beso en mis labios. Quiero más, así que tomo su rostro y profundizo más ese beso por un largo rato. — Debemos levantarnos. Llegaremos tarde al trabajo. — Intenta soltarse de mí, pero no la dejo — Me desperté hace unas horas y pensé, porqué no quedarnos en casa el día de hoy. Al fin y al cabo soy el jef
*ABBY* Mi niña no va a resistir, no creo que resista muchos tiempo.— Código azul — Grita una de las enfermeras — La perdemos Sus palabras hacen que me quiebre por completo y me tire al suelo a llorar. Lloro, grito y desgarro mi garganta hasta más no poder. Dolor, es lo único que puedo sentir en estos momentos, un dolor que quema por dentro, un dolor que no me deja oír, no me deja ver, todo se vuelve oscuro. Intento abrir mis ojos, pero me pensan los párpados. Siento unos brazos alrededor de mi cuerpo y sé que se trata de él, Alessandro. — Mi bebé — Sollozo aún con los ojos cerrados — Todo está bien, mi amor. Todo está bien — Me habla al oído, pero no le creo, no creo nada — No... ella... ella está... — No doy para decir las palabras — No, no lo está. Pudo superarlo, es muy fuerte. — Deja un suave beso en mi hombro y por fin abro los ojos — ¿De verdad? — Me muevo para mirarlo con mucha fijeza y empiezo nuevamente a llorar de felicidad — No tendría porqué mentirte. Está en cu
*Abby*Me arreglé desde muy temprano, no quiero llegar tarde al sitio de encuentro. Por ello, desayuno rápido y trato de ser lo más disimuladas posible. — Luego de que acabe las reuniones iré a verla — Me avisa Aless, llevando si vaso con jugo de naranja a su boca — Tranquilo, Aless. No debes descuidar el trabajo, ya tenemos bastante con que yo no esté laborando. — Sabes que eso es lo de menos — Levanta su mano, ofreciéndome salsa y niego con mi cabeza — Ya me imagino a todos en la oficina hablando, no es que me crea importante, pero conozco como son de chismosos y mal hablados — No deberías darle importancia, soy yo quien paga sus sueldos, así que si me entero de algo los pondré en su lugar. — Oh, Dios mío. Se me olvidaba que tiene el ego por las nubes. Doctor Finnerty. — Deberías sentirte afortunada de tener un hombre como yo a tu lado. Mírame — Se levanta y da una vuelta agarrando su chaqueta. — Soy todo un Dios griego, millonario, guapo, inteligente, que más le puedes pedir