Capítulo 34

Ella tenía la mirada fija en mí, había algo en su expresión analítica que me estremeció por completo, como si estuviera preparada para atacarme. Iba a dar un paso atrás intentando no moverme, pero de súbito ella me agarró del cuello y me pegó de la pared, solté un gemido de la impresión, era tal vez de mi tamaño y contextura, pero su fuerza era impresionante.

Se acercó un poco, su nariz pareciendo olfatear el miedo en mí, sus ojos observándome con detenimiento.

—Eres tú —acusó ella, su voz extrañamente dulce pero escalofriante.

¿Qué?

—Señora Brete por favor

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