Continuamos con REINA DEL MAR, la novela de Ruby, en el siguiente capítulo. Espero que la disfruten también. Saludos y besos a todas
REINA DEL MAR. Ruby nunca había sido una princesa esperando ser rescatada. En un mundo de crímenes y traidores, le había tocado ser la más feroz, la más capaz. Para ella, los hombres no son más que obstáculos o enemigos, piezas en un tablero donde solo hay una regla: jamás dejar que te dominen.Y esa es precisamente la regla que está dispuesta a aplicar con Toshiro Ren. Frío, calculador y letal, el “maestro de espadas” tampoco está precisamente acostumbrado a que lo desafíen. ¿El encuentro?: Un choque de trenes, una batalla de voluntades… y una atracción que amenaza con consumirlos a ambos.¿El problema? Viejos pactos, nuevas peleas, inesperados obstáculos que surgirán para levantar un muro entre ellos.Ren puede ser el rey de Wall Street, pero Ruby tiene el mar como su reino y está lista para hundir a cualquiera que intente encadenarla. En una guerra donde la traición es la moneda de cambio y el amor puede ser la debilidad más peligrosa, Ruby y Ren descubrirán que, a veces, la única
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 2. Un peldaño para escalarNelson está tembloroso, azorado, se levanta como puede y yo me siento sobre su escritorio mientras lo veo teclear asustado en su computadora y finalmente transfiere la cuota. Lo miro con esa expresión que podría derretir el acero, y le sonrío.—Una cosa más. Voy a llevarme Babe como garantía de que no te vas a equivocar otra vez ¿entendido? ¿Quieres que venga el mes que viene o haces la transferencia tú solito? —le pregunto y aprieta los labios apenas porque el dolor no lo deja hacer más.—Yo… yo solo…Lo miro fijo, y aunque me parece que está a punto de protestar, el tipo no dice nada. Se limita a darme un gesto de aceptación, como si supiera que soy solo el principio de una cadena de problemas.Alargo la mano para tomar el recibo impreso de la transferencia y salgo con mi nuevo bat3 al hombro. Me gusta, es como un recordatorio constante: el poder está bajo mi control, y nada va a cambiar eso.Salgo de la oficina y ahí está Brad, esp
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 3. Un cambio drásticoEl golpe de la bofetada de mi padre todavía arde en mi cara, pero eso no es lo que más duele. Lo peor es darme cuenta de que no soy nada para nadie. Nada. Y esa verdad me golpea más fuerte que cualquier bofetada.Me doy la vuelta y me dirijo a mi habitación, sin decir una palabra más. Cierro la puerta y empiezo a echar ropa en una maleta. No sé a dónde voy, ni qué voy a hacer, pero lo que sé es que tengo que irme de aquí. Estoy lista para salir de este maldito nido de ratas cuando la puerta se abre de golpe y Brad aparece, con su sonrisa tonta y ese aire suave que de repente me pone los pelos de punta.—Ruby, nena, no hay que hacer una tormenta de esto —dice, acercándose como si no hubiera pasado nada. No tiene ni idea de lo que siento, de lo que me está haciendo. Su mirada es de esas que intentan decirte todo sin palabras, pero a mí ya no me engaña—. Ven, déjame hablar.—¿Qué vas a decirme ahora? —digo sin levantar la vista de mi maleta.
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 4. Sin trono fijo.Dos años después. Mismo puerto, misma rutina. Pero nada es igual.Llego al muelle como cada noche, con el viento lleno de sal despeinándome y ese olor a aceite de barco mezclado con la humedad. Camino rápido, con el corazón golpeándome el pecho, y cuando llego a la dársena cinco, ahí están: Vero apoyada en un poste, como si fuera parte del paisaje, y Regina sentada sobre una maleta, concentrada en su tablet como si estuviera hackeando el Pentágono.—¿Todo listo? —pregunto, ajustándome la chaqueta de cuero porque el frío de esta noche es pegajoso.—Todo listo, capitana —responde Regina mientras me enseña sus pequeñas maletas: tres en total. Una suya, una de Vero y la otra mía. Por suerte recogieron mis cosas a tiempo.—¿Ya revisaste las bitácoras del puerto? —le pregunto y me mira con esa sonrisa de suficiencia tan suya.—Por supuesto. El Magnolia estará sin tripulación por los próximos tres meses. Confirmado por bitácora y monitoreo satelital
REINA DE REYES. CAPÍTULO 5. El heredero.Doce años después.Me acomodo frente al monitor y trazo con el dedo el recorrido sobre el mapa digital. El nuevo carguero tiene que salir en exactamente un mes, y la ruta que quiero usar se ve clara, directa, sin rodeos. Pero también es una zona roja. Me vibra el teléfono y ni tengo que ver el nombre para saber quién es.“La nueva licencia para los cargueros está lista” me dice Vero con su voz tan calma que hace que cualquiera respire en paz. “Pero, Ruby… ¿de verdad quieres meterte en esto?”—¿Por qué no? —pregunto y ya imagino lo que me va a decir.“Porque el carguero pasará por zona de piratas. Podrías elegir cualquier otra ruta…” Sé que intenta convencerme de que no haga nada peligroso, pero el peligro es parte de mi naturaleza y cuando no estoy sintiendo el choque de adrenalina todo se siente un poco más… irreal. —La ruta alternativa demoraría una semana más, y el tiempo es dinero, cariño. Además, a estas alturas ya deberías saber que yo
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 6. Un negocio especialDebo ser la mujer más prosaica del mundo, pero me sorprende la gente que dice que el poder no es sexy. Claramente no han visto a Toshiro Ren caminando como si la gravedad lo respetara más a él que a los demás.No es de los que habla mucho, solo observa y eso me gusta. Es el tipo de persona que no se molesta en llenar el silencio con tonterías. Y no sé qué, pero hay algo en el condenado que me atrae, quizás porque crecí rodeada de hombres que hablaban más de lo que hacían. Tiene una manera de mirar que parece que ya sabe todo lo que vas a decir antes de que abras la boca. El alto, guapo como él solo, el condenado, y esos ojos rasgados solo hacen que parezca aun más peligroso de lo que ya estoy segura de que es. Pero aunque parece que podrá atravesarte con una katana con un solo movimiento y sin esfuerzo, lo que realmente me deja pensando en él es… el silencio. La calma. Ren parece una tormenta que no necesita truenos para asustar.Pero en
REINA DEL MAR. CAPITULO 7. HayabusaRENEstoy corriendo. No sé hacia dónde ni desde cuándo, pero corro. El suelo cambia debajo de mis pies, se vuelve blando, casi como fango, pero no me detengo. No puedo. Hay algo siguiéndome. No, alguien. Lo siento más que verlo: una presencia afilada en el aire, como electricidad antes de una tormenta.Un chillido. No humano. Un halcón.Miro hacia arriba, donde solo hay un cielo gris y nubes rotas. Y ahí está: un halcón peregrino, enorme, de ojos feroces. Baja en picada. Mi mente recuerda que así alcanza más de trescientos kilómetros por hora. Hayabusa, el animal más rápido del mundo…. Y no tiene intenciones de dejarme vivir. Es veloz, es preciso, es letal… y demasiado grande.Me ataca con tanta fuerza que me tira al suelo. Siento sus garras sobre mi pecho como si quisiera sacarme el corazón. El dolor no es físico, pero pesa, como un largo y terrible presentimiento de lo que está por venir: la cacería, la adrenalina. Me revuelvo, me arranco del sue
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 8. Plan BHay noches en las que me siento más animal de presa que persona, y esta es una de ellas. Siempre ha sido así, entonces supongo que es una buena noche para conseguir lo que quiero.Me detengo frente a la mansión de los Toshiro, las luces de la entrada me ciegan por un segundo y, aún así, no apago el motor. No va a ser fácil entrar, lo sé; pero nunca lo es, y eso no me ha detenido antes.Observo con atención: cámaras en los ángulos altos, sensores de movimiento bien escondidos, y un par de guardias haciendo recorridos cada pocos metros en intervalos demasiado irregulares. Me toma tres minutos ver que, por ahora, no hay punto ciego sin activar una alarma. Bien, pasamos al Plan B, entonces.Me bajo del coche, ajusto mi chaqueta y tomo la caja cuidadosamente envuelta que tengo en asiento del conductor. Camino directamente a la puerta principal como si me invitaran a cenar todos los viernes. Toco el timbre una sola vez y espero. Un hombre mayor, vestido con