REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 93. Una nueva vida familiarLos días comienzan a tomar un ritmo diferente. La presencia de Alma en nuestras vidas es un cambio enorme, pero no en el sentido caótico que habría imaginado. Todo se siente... correcto, como si siempre hubiera sido así.Mildred y yo establecemos una rutina. Me manda mensajes para recordarme horarios de la escuela, los partidos y las entregas de proyectos importantes. Al principio, la idea de involucrarme tanto me aterraba, siempre parecía que había mil cosas que podían salir mal, y supongo que el miedo a no ser suficiente seguía acechándome en la sombra. Pero como contrapeso tengo a Mildred que no se cansa de repetirme que la vida de los padres siempre es un caos y casi todo sale un poco torcido, pro al final sale.Y no puedo negar que cuando Alma me llama un martes cualquiera para pedirme ayuda con un proyecto, algo dentro de mí se afloja.“Vero, ¿puedes ayudarme con algo de la escuela?” Su voz resuena por el altavoz mientras obse
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 94. Reina del odioHa pasado un año.Doce meses de aprender a vivir sin odio, sin rencor, sin ese deseo de venganza que alguna vez fue mi motor. Doce meses de ver a Christian cada mañana y sentirme segura, amada, completa.Pero hoy tiene esa mirada particular, esa que significa que está tramando algo.—¿Qué pasa? —le pregunto mientras nos acomodamos en la terraza del departamento, y lo veo sonreír porque somos un par de libros abiertos para el otro.Christian deja su taza de café sobre la mesa y me mira con seriedad. Alcanza mi mano, acaricia mis dedos y tira de mi cuerpo hasta que quedo sentada sobre él.—Quiero casarme contigo ya —murmura mientras su nariz roza mi cuello despacio.No me sorprende. No del todo. Pero igual siento cómo mi corazón da un brinco dentro de mi pecho.—¿Así de pronto?—No es pronto, llevamos un año comprometidos y no me estoy haciendo más joven, mujer.—¿Disculpa? —replico tratando de aguantar la risa y él hace un puchero de esos que
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 95. El mejor regalo del mundoChristian me observa en silencio y siento la forma dulce y protectora con que acaricia mis dedos. Sé que quiere que todo esto quede atrás tanto como yo.—Me parece excelente —dice por fin—. Porque nos merecemos una vida nueva juntos. Una vida diferente.—Una vida sin odio murmuro.—Quizás con un poquito —agrega él, con una sonrisa ladeada. Pero dosificado.Reímos en la oscuridad del callejón y enciendo el auto antes de pisar el acelerador y largarme de aquí sin mirar atrás.Tengo otra familia. Una que me aceptó, me amó y me protegió sin que siquiera tuviera que pedirlo. Y a esa es a la que tengo que dedicarle el resto de mis pensamientos.Un par de días pasan mientras organizo un poco mis ideas, y cuando por fin tengo bastante claro lo que quiero para mi boda, me reúno con Ruby y Regina.Nos encontramos en mi barco de siempre, el que ha sido testigo de tantas conversaciones intensas a lo largo de los años.—No puedo creer que vaya
Capítulo 1. La esposa perfectaAcaricio mi vientre con una sonrisa, sé que mi embarazo todavía no se me nota mucho porque apenas tengo cuatro meses, pero estoy tan feliz que solo puedo pensar en eso. No es el primero, y cuando recuerdo que Devon y yo hemos perdido dos embarazos anteriores el miedo me asfixia, pero tengo todas mis esperanzas puestas en que todo saldrá bien con este bebé.Bajo a la cocina y la inundo con el olor del café recién hecho. Dejo el desayuno listo, la mesa impecable, el portafolio ejecutivo de mi esposo está preparado y Bonnie, mi suegra, ya está sentada frente a su taza de té con leche, hojeando la sección financiera del periódico como si entendiera algo.Mi esposo entra al comedor con su traje perfectamente ajustado y ese aire de seguridad del que me enamoré. Me envuelve en un abrazo y acaricia mi vientre saludando al bebé, y luego parece recordar algo del trabajo.—Amor, ¿el informe de TradeLink? ¿Crees que deberíamos movernos rápido? —pregunta mientras aju
CAPÍTULO 2. Una verdad desgarradoraEl dolor es lo primero que siento cuando abro los ojos. No es físico, aunque mi cuerpo esté cansado y entumecido. Es un dolor profundo en mi pecho, como si algo hubiera sido arrancado de mí. Y lo fue. Lo sé incluso antes de escuchar una palabra.—Regina... —La voz de Verónica llega suave, como si estuviera tratando de no romperme más de lo que ya estoy. Cuando mis ojos se enfocan la veo ahí, sentada junto a mi cama, con Ruby a su lado.—No... —murmuro con un susurro ahogado, pero no hace falta que diga más. Ellas lo saben, y yo lo sé. Ruby aprieta mi mano, y Verónica me acaricia el cabello con los ojos llenos de lágrimas—. No puede ser… esto no puede estar pasando…—Estamos aquí contigo, cariño —dice Ruby.—El bebé... —susurro y la palabra se queda flotando en el aire como un eco vacío hasta que Vero niega con la cabeza.—Lo siento tanto, Regina…Las lágrimas vienen sin previo aviso, un torrente que no puedo detener. No me importa quién me ve o cómo
CAPÍTULO 3. Una máscara de traiciónLas luces del edificio parpadean cuando llego a casa, tambaleándome. Cada paso que doy es una tortura, como si mi cuerpo estuviera cargando el peso de todo lo que me han arrebatado. Verónica y Ruby tratan de seguirme, insisten en quedarse conmigo, pero las detengo en seco.—No. —Y mi voz es firme aunque estoy al borde del colapso—. Esto lo tengo que hacer sola.—Regina por Dios… ¡Solo déjame entrar y te juro que voy a sacar a esa mujer a rastras por los malditos pelos del puto edificio! —gruñe Ruby, pero Verónica la detiene porque entiende que esto ya no puede dolerme más y necesito enfrentarlo por mí misma.—Déjala, es más fuerte de lo que crees —le dice a Ruby y luego me mira con una mezcla de preocupación y respeto—. Llámame si necesitas algo, Regina. Lo que sea.Asiento, aunque la verdad es que no planeo llamar a nadie. Esto es entre Bonnie, Devon y yo.Las veo marcharse y solo entonces entro al departamento, pero la calidez habitual del lugar n
CAPÍTULO 4. La noticia más dolorosaEl departamento está en silencio, uno pesado, que me aplasta el pecho cada vez que intento respirar. He perdido la cuenta de cuántos días han pasado desde que me atreví a salir de esta cama. Sé que Ruby y Verónica han venido más veces de las que puedo recordar, pero siempre me niego a verlas. Solo puedo quedarme aquí, bajo las sábanas, con los ojos fijos en el techo mientras mi mente se hunde más y más.Devon intentó consolarme al principio. Lo hizo, o eso quiero creer. La primera noche me abrazó, me prometió que estaría conmigo, que no dejaría que nada malo volviera a pasar. Me dijo que se tomaría unos días libres para cuidarme, para ayudarnos a superar esto juntos.Pero ahora, más de una semana después, lo único que escucho son excusas. Emergencias en el trabajo. Reuniones que no puede cancelar. Cenas con clientes importantes. Al final, siempre me quedo sola con este dolor punzante que me está destrozando. Tengo tres ángeles en el cielo y solo qui
CAPÍTULO 5. El hombre de mis sueñosMis piernas se sienten como gelatina, pero me obligo a mantenerme de pie. Cada palabra que escucho es como un golpe en el estómago.Devon sabía…Sabía lo que su madre estaba haciendo, y no hizo nada para detenerla…Él sabía que estaba matando a mis hijos…Él sabía…Mi cerebro es un tornado de lógica, conexiones y dolor, piezas que encajan de una vez, destrozándome porque no hay nada peor que saber que el hombre a quien más amas en el mundo es responsable de la muerte de tus hijos.Lágrimas silenciosas ruedan por mis mejillas mientras trato de respirar pero sé que no lo lograré. Duele tanto que quiero morirme. Duele tanto que solo quiero odiarlos a los dos. ¡Quiero que paguen! ¡Quiero que paguen por la muerte de mis hijos!En un momento de absoluto odio lo recuerdo: “a veces las palabras son poderosas, señora Finnigan”. Con manos temblorosas saco mi teléfono, se me cae un par de veces pero consigo… de alguna forma consigo ponerlo a grabar audio…Lueg