—¡Bien, chicos! Empecemos cuanto antes para que podamos irnos a comer lo más pronto posible —anuncia con cierto tono de humor en la voz.
Todos comenzamos a reírnos antes de que a Cole y a mí nos dirijan hacia el centro de la pared blanca. Comienzo a ponerme nerviosa cuando me quitan mi batín y Cole hace lo mismo que yo, provocando que por un segundo me sienta intimidada e insegura por la perfecta visión de su cuerpo, armonioso, bronceado, definido a la perfección, de tersa piel y con los tatuajes, que le confieren cierto misterio, pero su rostro dulce y masculino hacen que sea irresistible.
No me extraña que Stacey beba los vientos por él, porque, joder, hay que estar ciega para no ver que Lawrence ha sido creado como sinónimo de pecado.
Nunca he tenido problemas con mostrar mi anatomía, pero a su lado siento que no puedo compararme, incluso hasta cuando escucho ciertos suspi
No sé cuánto tiempo transcurre, pero cuando me escuecen los ojos y la piel bajo estos me arde, comprendo que ha pasado demasiado tiempo como para darme cuenta de que nos han dejado completamente solos en el estudio, la música ha desaparecido y la ansiedad comienza a disminuir lentamente.Cole no me ha soltado ni un segundo a pesar de sus intentos por ir a buscar mi móvil para que pueda hablar con Aiden, pero no me sentía preparada para quedarme sola con mi conciencia de mierda, recordándome una y otra vez que sólo sé hacer estupideces.Carraspeo para aclararme la garganta y me aparto de su pecho para poder mirarlo.—Lo siento mucho... yo... yo...—No pasa nada, Becca —me interrumpe al mismo tiempo que me sonríe con tristeza y se levanta del suelo con ayuda de las manos—. Iré a buscar tu móvil y hablarás con Aiden —arguye antes de pasar por mi
Por un par de segundos no sé cómo reaccionar, sólo puedo mirarlo, desconcertada y asustada, hasta que las conexiones en mi cerebro parecen reaccionar de nuevo. Y lo único que se me ocurre es cerrarle la puerta en las narices, pero mi intento es en vano cuando la punta de su bota se queda en medio y la coge con la mano, haciendo que me aleje rápidamente.Trago saliva con dificultad cuando su mirada intimidante se clava en mis ojos. Su cabello parece más desordenado que de costumbre, aún lleva la ropa de anoche y su rostro parece cansando, con sendas ojeras bajo los ojos. Y a pesar de ello, tan guapo que da miedo.Ninguno abre la boca, aunque yo no dejo de maldecir a Cole por bocazas. Es un hecho que Sam acaba de llegar y a ese chivato no le ha faltado tiempo para contarle donde estoy.Los movimientos de Sam son tranquilos: el modo en el que cierra la puerta a su espalda, o como si estuviera en su casa, va a hasta l
Me muerdo el labio inferior con suavidad, absortaen mis propios pensamientos. Aunque no evita que sienta como su mirada se posa en mis labios, lo que provoca que me lo muerda más fuerte.Trago saliva y me obligo a mirarlo en el reducido espacio que nos queda. Sus ojos mieles y avellana tienen ese tono oscuro que me hacen navegar por los recuerdos, provocando que me estremezca.Se acerca a mí un poco más, unos centímetros que me dejan sin aliento. Las manos me cosquillean por tocarlo, por sentirlo, y a pesar de su petición de hacerme el amor, no creo que sea lo más correcto. No debemos seguir solucionándolo todo con sexo, porque sólo nos proporcionará una solución temporal. Lo último que quiero es caer de nuevo en la tentación, a pesar de que es un hecho que lo deseo con todas mis fuerzas.Me agarro los brazos con fuerza para evitar posar las manos en su pecho.&mdash
Me paso las manos por la cara y exhalo un sonoro suspiro mientras enredo los dedos en mi cabello alborotado y lo retiro hacia atrás tirando de las raíces; gesto sacado directamente de Sam.Giro la cabeza en dirección al baño cuando escucho el agua correr.«Oh, no.»Eso no puede ser bueno, no debería estar solo. Debería haber intentado que se quedara, aunque sólo me soltara un par de gritos y me dijera cosas hirientes. Creo que tendría resultados más beneficiosos que permitirle pensar.Por extraño que me resulte, Sam no puede pensar. Los pensamientos junto a los recuerdos se han convertido en su flagelación personal. He visto en demasiadas ocasiones como se sume en los recuerdos que atormentan su mente: lo aturden, lo ensombrecen, incluso me atrevería a decir que le quitan años de vida.Sam esconde mucho más allá que simples secretos,
Me despierta un sonido que no tardo en reconocer como un gemido, mis ojos tardan en adaptarse a la oscuridad de la habitación y me quedo mirando el techo, desorientada, hasta que es un grito ahogado lo que capta mi atención.«Oh, mierda.»—¡No! ¡Yo... yo!... ¡Fue un accidente! —grita más alto.Asustada, me incorporo en la cama para encontrarme con un Sam tembloroso revolviéndose contra las sabanas. Su expresión denota dolor y angustia. No tengo ni idea de que se supone que debo hacer, pero el pecho se me encoge cuando exclama:—¡No quería!—¡Sam! ¡Sam, despierta! —Casi en un acto inconsciente lo tomo por los hombros.Sus ojos se abren de golpe, llenos de pánico y horror. Se incorpora en la cama, empapado en sudor, la respiración agitada y el cuerpo tembloroso. Permanezco sentada sobre las rodillas, con los ojo
Han pasado cuatro días desde la última vez que tuve oportunidad de ver a Sam. Al menos hemos dejado las cosas en buenos términos. Aunque al principio aceptó a regañadientes que me quedara en el apartamento de Cynthia y tras argumentarle cinco maneras diferentes lo incómodo que es para mí compartir el mismo espacio que Olivia.Es realmente cabezota.Por otro lado, vivir con Cynthia es divertido y cómodo. Mis vacaciones con una universitaria cabra loca que es la histeria en persona es lo mejor que podía haberme pasado. Es puro nervio, anda todo el día de un lado para otro. Además, es una obsesa de la limpieza y tiene un carácter bastante peculiar, pero en el buen sentido.Respecto al tema de Garret, ni siquiera me he atrevido a comenzar. Cada vez que hacía el amago de introducir su nombre en el buscador mis dedos se quedaban suspendidos en el teclado y las palabras de Sam se
Estoy nerviosa y ni siquiera el agua tibia que resbala por mi cuerpo es capaz de calmarme, mis músculos siguen atenazados desde que salí del apartamento de Sam como si fuera una ladrona, y ciertamente, lo soy.La carpeta con información de Garret es la prueba del delito.Hasta el momento no he tenido las agallas de hojear su contenido a pesar de las exigentes peticiones de Stacey de que debía mirar lo que hubiera y devolverla lo más antes posible. Cuando llegué a su encuentro, con el sudor corriendo por la frente y los dedos tan apretados alrededor de los laterales que incluso me dolían, me di cuenta de que estaba asustada.Estaba hecha un manojo de nervios y en cuanto Stacey me miró a los ojos, escrutadores e intimidantes, sólo pude decir: «Lo tengo».» ¿El qué? Me estás asustando.» Garret. Sam también lo ha estado investigando...&ra
Las curvas de Twins Peaks siempre me han puesto el estómago del revés y esta vez no es diferente. Comprendo porque eligen este sitio para correr, ya que las curvas tanto suaves como escarpadas y todos los ángulos muertos, que te permiten apretar el acelerador como si no hubiera un mañana, disfrutando de la velocidad que puedes tomar, son el auténtico encanto.A medida que nos vamos acercando al mirador donde por primera vez vi San Francisco en compañía de Sam, me doy cuenta de que está completamente diferente a como lo conocí. Mis labios se entreabren con impresión cuando miro en lo que se convierte a altas horas de la noche.La música suena con fuerza, incluso por encima de la que hay en el coche. Hay una aglomeración de personas que bailan como si sus cuerpos estuvieran poseídos por la música, con vasos rojos en alto, casi sin ropa, disfrutando del momento, pero no evita