Llegué a la empresa Longaset, para mi entrevista con la encargada del área de recursos humanos, era buena en mi trabajo, así que si lo que necesitaban era una contadora, administradora o especialista en finanza, aquí tendrían una opción.La mujer se llamaba Susán, era bastante cariñosa, aunque podría jurar que sonreía de manera falsa, yo era la entrevista número cincuenta y siete, por lo que suponía que estaba cansada, entregué mi hoja de vida y ella me miró sorprendida.—Eres la esposa del magnate millonario Nicolás Maxdoll?Me quedé sorprendida por la su pregunta, pero luego recordé que en la hoja de vida, tenía esa información, no había cambiado nada todavía.—Sí, casi ex, nos estamos separando, no me dio tiempo de modificar la hoja de vida, disculpe, entenderé si no aplico para el cargo.—Lamento mucho su duelo, pero todo pasa por algo, hoy estas aquí con nosotros, no necesito leer tu hoja de vida, se todo sobre la empresa de su esposo y el funcionamiento, son la mejor, así que se
Sí mal no recuerdo, se llamaba síndrome de Alejandría, nunca los había visto tan de cerca y para ser sincera le daba un hermoso toque a su cara, haciéndolo lucir más perfecto, si es que se podía.—Buenos días señorita, tome asiento por favorSalgo de mi trance y hago lo que dice, pero sentía su mirada encima de mi todo el tiempo, la verdad estaba nerviosa.—Cuéntenme de usted, y todo lo que sabe hacer en el ámbito profesional—Bueno soy contadora, también me especialice en el área de empresarial, trabaje para varias empresas así que tengo experiencia.—Lo que en realidad quiero saber es: ¿porque la esposa del magnate Maxdoll está en mi oficina asumiendo un puesto mucho menos de lo que su esposo puede darle en su empresa?Su pregunta no me sorprende para nada, sabía que leería la hoja de vida así que eso era lo de menos.—Es mi ex esposo, todos tenemos derecho a empezar desde cero—digo moviéndome un poco incomoda.—Entiendo, bueno el trabajo es suyo, espero que trabaje tan bien, como l
Cuando lo vi entrar a la habitación, quise morir, sabía que venía a firmar el divorcio, y por ende tenía que verlo, aunque no estaba tan segura de eso, puesto que él tenía un abogado que lo representaba para todo, así que muy dentro de mí estaba la esperanza de que estaba aquí para verme.— ¿Y usted quién es? —preguntó Nicolás, mirando a Joss, lo habíamos visto muchas veces en fiestas.— Soy el representante legal de Mónica, así que por favor, permítame leer la demanda de divorcio y los otros documentos que mi cliente debe firmar, como comprenderá, estamos en todo nuestro derecho.Me mantenía al margen, ni siquiera opinaba nada, por muy loco que pareciera confiaba en Joss.Frederick le entrego los documentos a mi abogado, y él se dispuso a leerlos, no quería ni siquiera levantarme de la silla, tenía miedo de que pudiera notar mi embarazo, ese era mi mayor temor.Joss se sentó a mi lado y comenzó a leer el documento, Nicholas me cedía la casa donde vivimos juntos, el quince por ciento
Estaba por contestar cuando Joss entró a la sala de emergencia, llevaba uno que otro moretón, pero al verme me sonrió, eso alegro un poco mi día, así que sin darme cuenta ya le estaba devolviendo el gesto.—Nicholas, por favor déjame hablar con Joss a solas—digo sin dejar de mirar a mi jefeMi esposo se levanta a mala gana, pero por suerte hace lo que le pido y me deja a solas con mi jefe.—¿Te sientes mejor?—La verdad si, ya puedo respirar, aun me duele el pecho, pero supongo que es por el golpe, gracias por defenderme, pero creo que no debiste perder el control, además soy tu empleada.—Pero eso ellos no lo saben así que no hay ningún problema, tenía que defenderé, no permitiría que te faltara el respeto, créeme que si vuelve a suceder, no dudaré en arrancarle la cabeza—dice muy serio.—Pensé que estabas en la oficina—pregunto curiosa, no sabía porque se completaba conmigo de esta manera.—No me necesitan por un rato, además no pienso dejarte a solas con ese hombre, se nota que est
Luego de dos horas más en observación, el médico me dio de alta, pero primero me hizo una observación, no podía estar sometida a ningún estrés, esto causaba que la bebe se estresada, por lo que podría provocar un aborto espontáneo.Nicholas al escuchar la palabra aborto, se preocupó muchísimo, se ofreció llevarme a su casa, según él debía estar bajo vigilancia médica, pero me negué rotundamente, estaba acostumbrada a vivir sola, nuestras vidas estaban separadas y así debían de quedarse al menos hasta ahora.No fue necesario que le diera la dirección al chófer, este ya se la sabía, así que en cuestiones de minutos estábamos en mi casa, el primero en bajar fue Nicholas, para después darme la mano, y ayudarme a salir.— ¿Es aquí donde vives? Insisto, en nuestra casa tendrás más comodidades, puedo contratar personal nuevo para ti, sabes perfectamente que te daría todo.—No estoy interesada, pero gracias, aquí vivo mejor, no quiero verle la cara a tu nueva esposa—él me mira sorprendido— ¿p
Nuestras caras estaban muy cercas, pensé que me desmayaría, nuestros cuerpos eran como dos imanes, jamás me había sucedido nada así, sería porque nunca tuve más novio que Nicholas, el me apretó un poco más a su cuerpo, podía sentir que iba a besarme, pero el timbre hizo que nos separaremos.Lo vi alejarse de mí, de manera rápida, esta era la segunda vez que lo hacía, siempre que lograba mantener una cercanía se asustaba y salía corriendo, no es que quisiera que me besara, o tal vez si, es solo que me gustaba estar cerca de él, no sabía si era por las hormonas, o porque simplemente me gustaba.Caminé hacia el salón, pero ya no había rastros de él, nuevamente había huido, la próxima vez que hablara con él, tenía que preguntarle ¿porque salía corriendo? ¿A qué le temía?Me acerque a la puerta y justo cuando iba apagar las luces el timbre sonó, brinque por el susto, ya era bastante tarde ¿Quién podía ser a estas horas?Abrí para encontrarme nuevamente con Joss, este llevaba unas bolsas en
Salí de mi casa bastante enojada, vi a Joss hacerle señales a su chófer, así que este insistió en llevarme, no me negué, estaba cansada de usar el bus, las personas cada vez me apretaban más la panza, no podía darme el lujo de maltratar a mi pequeña.Resulta que el chófer de Joss, se llamaba Javier, me lo dijo en cuanto subí al auto, era un hombre bastante parlanchín, me sentí cómoda con él, pude distraer la mente por un buen rato, hasta que por fin llegamos a la empresa.—Señorita, ¿me permitiría decirle una cosa más? —Pregunto Javier un poco apenado.—Claro Javier, ándale hombre no te de vergüenza.—Gracias por llegar a la vida del señor Joss, no tendré nunca como agradecerle, conozco al señor desde que era un niño alegre y feliz, pero todo cambió cuando su esposa e hija murieron, estaba solo y afligido, nunca lo había visto sonreír de esa manera, se interesa por usted y la pequeña que viene en camino.—Entiendo Javier, pero nosotros no somos más que empleado y jefe.—Lo sé, pero se
Aquí me encontraba yo, sentada en un restaurante, comiendo un suculento plata, cuando todo se daña, la presencia de esa mujer me erizaba la piel, era peligrosa, se lo había advertido a Nicholas, pero este no me hacía caso, la quería a kilómetros de mi hija, intente disimular, pero él me miró, sus ojos reflejaban nerviosismo y culpabilidad, era de esperarse, me juraba amor eterno y luego se veía con ella, típico de un rufián. Ella me miró, y su odio me traspasó con tan solo verme, necesitaba alejarme de ella lo antes posible, cometí el error más grande y fue levantarme de la mesa, esta vez no llevaba ropa holgada, me miró de pies a cabezas y se fijó en mi enorme tripa. Por instinto intenté ocultar mi tripa, con las manos, cosas que era imposible, Nicholas se dio cuenta de mi reacción y la arrastro hacia una mesa, esa era mi señal para escapar, recogí todo y cancele mi comida, para salir huyendo, no por cobarde, sino por precaución. Cuando salí del restaurante una brisa fría me arropó