Nuestras caras estaban muy cercas, pensé que me desmayaría, nuestros cuerpos eran como dos imanes, jamás me había sucedido nada así, sería porque nunca tuve más novio que Nicholas, el me apretó un poco más a su cuerpo, podía sentir que iba a besarme, pero el timbre hizo que nos separaremos.Lo vi alejarse de mí, de manera rápida, esta era la segunda vez que lo hacía, siempre que lograba mantener una cercanía se asustaba y salía corriendo, no es que quisiera que me besara, o tal vez si, es solo que me gustaba estar cerca de él, no sabía si era por las hormonas, o porque simplemente me gustaba.Caminé hacia el salón, pero ya no había rastros de él, nuevamente había huido, la próxima vez que hablara con él, tenía que preguntarle ¿porque salía corriendo? ¿A qué le temía?Me acerque a la puerta y justo cuando iba apagar las luces el timbre sonó, brinque por el susto, ya era bastante tarde ¿Quién podía ser a estas horas?Abrí para encontrarme nuevamente con Joss, este llevaba unas bolsas en
Salí de mi casa bastante enojada, vi a Joss hacerle señales a su chófer, así que este insistió en llevarme, no me negué, estaba cansada de usar el bus, las personas cada vez me apretaban más la panza, no podía darme el lujo de maltratar a mi pequeña.Resulta que el chófer de Joss, se llamaba Javier, me lo dijo en cuanto subí al auto, era un hombre bastante parlanchín, me sentí cómoda con él, pude distraer la mente por un buen rato, hasta que por fin llegamos a la empresa.—Señorita, ¿me permitiría decirle una cosa más? —Pregunto Javier un poco apenado.—Claro Javier, ándale hombre no te de vergüenza.—Gracias por llegar a la vida del señor Joss, no tendré nunca como agradecerle, conozco al señor desde que era un niño alegre y feliz, pero todo cambió cuando su esposa e hija murieron, estaba solo y afligido, nunca lo había visto sonreír de esa manera, se interesa por usted y la pequeña que viene en camino.—Entiendo Javier, pero nosotros no somos más que empleado y jefe.—Lo sé, pero se
Aquí me encontraba yo, sentada en un restaurante, comiendo un suculento plata, cuando todo se daña, la presencia de esa mujer me erizaba la piel, era peligrosa, se lo había advertido a Nicholas, pero este no me hacía caso, la quería a kilómetros de mi hija, intente disimular, pero él me miró, sus ojos reflejaban nerviosismo y culpabilidad, era de esperarse, me juraba amor eterno y luego se veía con ella, típico de un rufián. Ella me miró, y su odio me traspasó con tan solo verme, necesitaba alejarme de ella lo antes posible, cometí el error más grande y fue levantarme de la mesa, esta vez no llevaba ropa holgada, me miró de pies a cabezas y se fijó en mi enorme tripa. Por instinto intenté ocultar mi tripa, con las manos, cosas que era imposible, Nicholas se dio cuenta de mi reacción y la arrastro hacia una mesa, esa era mi señal para escapar, recogí todo y cancele mi comida, para salir huyendo, no por cobarde, sino por precaución. Cuando salí del restaurante una brisa fría me arropó
El me miraba con aquellos hermosos ojos que tanto me encantaban, estaba nervioso, lo sentía temblar, pero estaba segura de lo que quería, así que decidí continuar.— ¿Estas segura? —Pregunto nervioso.—Lo estoy—dije afirmando con mi cabeza, sabía perfectamente lo que quería, este hombre me hacía sentir como nadie, ni siquiera con Nicholas me sentía tan excitada y vulnerable.El comenzó a quitar mi ropa, empezando por mi camisa y luego lo demas, beso mis labios para luego recorrer mi cuello y bajar hasta mis pechos, que ya estaban bastantes sensibles por el embarazo, así que cuando sentí que los humedecido con su lengua, perdí el juicio.Se entretuvo un buen rato, haciendo sentir más deseo y loca por el, luego fue bajando, dejando una regueras de besos por mi incipiente panza, para llegar a mi flor, quito lo que me quedaba de ropa y me hizo llegar al cielo.Abrió mis piernas, y los besos desdés los dedos de mis pies, hasta la parte interna de mis muslo, para allí detenerse y mirarme, l
El elevador se detuvo en su piso, salí corriendo, hacia la oficina de Joss, pero esta vez su secretaria si estaba.—Hola Mónica ¿cómo estás?—Hola Jessica ¿crees que podría hablar con Joss? Es algo urgente.— ¿No lo sabes?— ¿Que se supone que debo saber?—La madre del señor Longaset ha muerto.— ¡Oh Dios mío! —digo tapando mi boca con las manos, necesitaba apoyar a Joss, sabía que esto era algo duro, ya había pasado tres veces por la pérdida de un familiar, pero perder una madre no tenía explicación alguna.—Es una noticia muy dura para todos, gracias a esto el señor Joss se ha dado de baja, su vuelo sale en una hora, debe ir al aeropuerto, me gustaba como jefe, es una pena que no quiera volver, su hermano no es tan competente para asumir la empresa, por lo que el puesto de todos está en peligro.—¿Que has dicho? ¿Se ha ido?—Sí, me dijo que no pensaba volver, su huelo sale dentro de unos cincuenta minutos, volará en un vuelo privado—¿Dime donde es debo ir por él?Jessica me mira so
Grite y llore como nunca, pero ni siquiera porque estaba embarazada me permitieron la entrada, mis ojos, el hombre que se estaba robando mi corazón, estaba partiendo de mi lado y todo por un malentendido, tal vez si supiera la verdad, sería yo quien estuviera abordando para irme con él, pero las cosas nunca funcionan así.El guardia de seguridad me guio a su oficina, para darme un gran sermón, ni siquiera le respondí nada, sabía perfectamente que me lo merecía, por más que quisiera explicar, no entenderían mi situación, era hombre así que los sentimientos no eran su prioridad, la seguridad estaba primero.Salí de la oficina, bastante afligida, no sabía que decir o pensar, mi vida está en decadencia, mi esposo había perdido la memoria, luego vino el divorcio, no mentira, primero vino él bebe, luego el divorcio, en el medio estaba joss, no se en que momento empecé a sentir algo por él, pero estas putas mariposa, no dejaban de revolotear cada vez que pensaba en él.Caminé por la sala de
Estaba sentada en el avión, llevaba diez horas y cuarenta minutos aquí, había hecho de todo durante el camino, por suerte era un viaje privado, me enteré por las chicas del avión, que el Jet, le pertenecía a la familia Longaset.No encontraba de qué manera ponerme, la barriga me tenía incomoda me levante varias veces de asiento y camine, me quite los zapatos, los volví a poner en su sitio, me coloque el suéter, me lo quite, jamás había comido tanto, vi una película y después unas tres más, ya estaba desesperada, cuando el piloto anunció que aterrizaríamos.Una de las azafata me recomendó buscar algo de ropa más caliente, puesto que afuera estaba empezando una tormenta, gracias al cielo estábamos aterrizando, así que todo estaba bien, corrí a la habitación y busque algo en mi maleta, pero no tenía ropa tan calentita, lo único que llevaba era un mono y un suéter bastante común, así que no me quedó de otra que quedarme en Jean y colocarme un abrigo, dejé mi cabello suelto para darme un p
Había dormido muchísimo, mi cuerpo estaba descansado pero tenía un apetito terrible, si me daban un dinosaurio, me lo comería completo, e incluso pediría los huesos para llevar.Cuando me desperté fui directo al baño, necesitaba darme una ducha y poder espabilarme un poco, el agua caliente ayudo mis músculos los cuales se relajaron muchísimo, a mi pequeña le encantaba el agua, o por lo menos la sensación, porque justo cada vez que me daba una ducha, ella se movía muchísimo.Salí del cuarto de baño envuelta en una toalla y mi cabello recogido en otra, estaba mirando hacia el ventanal cuando sentí unas manos tomarme de la cintura, era jhos.—Cariño, tengo un hermoso regalo para ti—dice dándome un beso en el cuello.—Me encantan los regalos—digo dando saltitos como una niñaEl me lleva a la cama y en ella hay una enorme caja blanca con un lazo dorado, me emociono y comienzo q soltar el arreglo, cuando quito la tapa, veo un hermoso vestido, dorado con pedrería, además de eso había un jueg