Llegué a mi oficina y comencé a redactar, mi carta de renuncia, explicando todos y cada uno de mis motivos, además agradeciendo los años que me dieron la oportunidad.Pasaron dos largas horas donde me dispuse a recoger mis cosas, camine a mi biblioteca y comencé a recoger mis libros, pero todo se tornó difícil cuando tomé el porta retratos que tenía guardado, en él estaba una foto del día de nuestra boda, ambos son reíamos felices, y lo más importante nos veíamos enamorados.Tenía la foto en mi mano cuando la puerta se abrió, dejando ver a un Nicolás bastante alterado, se notaba que había llorado, pero no iría a consolarlo, estaba cansada de ser su alfombra.Entró a mi oficina, bajo mi mirada, colocándole seguro a la puerta, no le tenía miedo, sabía que no era un hombre agresivo, al menos con el Nicolás que me había casado no.—Quiero que hablemos—respira agitadoReí con ironía—No quiero, ya no me interesaEl hizo caso omiso de mis palabras y se acercó a mí, para poder ver la fotograf
Termine de arreglar mi ropa y recogí mis cosas, imprimí mi carta, primero la entregué en el departamento de recursos humanos, luego llegué al piso de mi esposo, el que sería mi ex dentro de unos meses más.Entre a su oficina, sin siquiera tocar, el levantó la mirada de los documentos, pero no dijo nada, junto a él estaban dos personas más, las cuales me miraron de manera extraña, pensaran que soy una mal educada, pero me importaba muy poco..Sin decir una sola palabra, me acerco a él y coloco la carta en su escritorio, este me mira confundida, pero luego hago algo que me duele muchísimo, me quito los anillos, con sumo cuidado.—¿Que estás haciendo?—Señor Maxdoll, fue un placer trabajar para usted, y la gran familia que es su empresa, gracias por la oportunidad, pero no estoy en condiciones de seguir en mis labores, gracias nuevamente, ya envié copia de mi renuncia y le traje la suya, también le dejo mis alianzas, puesto que no las necesitaré, desde ahora considérese un hombre libre.
Estaba más que vuelta nada, llegué a nuestra casa y recogí todo, dejando algunas prendas caras, joyas y esas cosas que nunca me habían gustado, pero que el insistía en comprarme, más sin embargo solo me las colocaba para complacerlo, Nicolás era un hombre serio, encantador, respetado y con un porte inigualable, no había conocido un hombre sobre la faz de la tierra a, que caminara a y saludar a como el.Después del accidente todo cambió, era más relajado, bohemio, alocado y extrovertido, me gustaba también, pero no estaba comprometido con nuestro matrimonio, quería vivir una vida loca, de la cual yo no estaba dispuesta a soportar, nos respetamos muchísimo todos estos años, como para venir después de diez años, a engañarnos o dar de que hablar a la prensa.Me despedí de todos los empleados, el primero fue el chófer quien se había portado de maravilla conmigo, dejándome bastante impresionada, me abrazo tan fuerte, que por un segundo pensé que era mi padre quien lo hacía, eso me hizo sent
Cuando abrí, lo primero que pude sentir fue el olor a mugre, polvo y cosas podridas, sin pensarlo mucho entre y cerré la puerta, busque el interruptor de la luz, esperaba que aún funcionará, gracias al cielo la casa se iluminó, mostrándome el gran salón donde muchas veces jugué con mis padres.Coloque la mano en mi pecho y comencé a llorar, extrañaba demasiado mi familia y más en estos momentos, donde mi vida estaba empezando desde cero, sin Nicolás, sin nada.Subí a lo que fue mi habitación, por suerte seguía intacta, con mucho polvo pero eso lo resolvería rápidamente.Busque en mi maleta una ropa más cómoda y comencé a limpiar toda la casa, haciendo cambios, tenía un dinero ahorrado, compraría todo lo que necesitara. Así que comencé con mi trabajo.Limpie el salón, sacando los muebles, la mesa del comedor, todo lo que ya no servía, cargándolo hacia el depósito, mama siempre insistió en tener un lugar de estos, para guardar todo lo que no utilizarán os y poder donarlo a la iglesia, e
Llegué a la empresa Longaset, para mi entrevista con la encargada del área de recursos humanos, era buena en mi trabajo, así que si lo que necesitaban era una contadora, administradora o especialista en finanza, aquí tendrían una opción.La mujer se llamaba Susán, era bastante cariñosa, aunque podría jurar que sonreía de manera falsa, yo era la entrevista número cincuenta y siete, por lo que suponía que estaba cansada, entregué mi hoja de vida y ella me miró sorprendida.—Eres la esposa del magnate millonario Nicolás Maxdoll?Me quedé sorprendida por la su pregunta, pero luego recordé que en la hoja de vida, tenía esa información, no había cambiado nada todavía.—Sí, casi ex, nos estamos separando, no me dio tiempo de modificar la hoja de vida, disculpe, entenderé si no aplico para el cargo.—Lamento mucho su duelo, pero todo pasa por algo, hoy estas aquí con nosotros, no necesito leer tu hoja de vida, se todo sobre la empresa de su esposo y el funcionamiento, son la mejor, así que se
Sí mal no recuerdo, se llamaba síndrome de Alejandría, nunca los había visto tan de cerca y para ser sincera le daba un hermoso toque a su cara, haciéndolo lucir más perfecto, si es que se podía.—Buenos días señorita, tome asiento por favorSalgo de mi trance y hago lo que dice, pero sentía su mirada encima de mi todo el tiempo, la verdad estaba nerviosa.—Cuéntenme de usted, y todo lo que sabe hacer en el ámbito profesional—Bueno soy contadora, también me especialice en el área de empresarial, trabaje para varias empresas así que tengo experiencia.—Lo que en realidad quiero saber es: ¿porque la esposa del magnate Maxdoll está en mi oficina asumiendo un puesto mucho menos de lo que su esposo puede darle en su empresa?Su pregunta no me sorprende para nada, sabía que leería la hoja de vida así que eso era lo de menos.—Es mi ex esposo, todos tenemos derecho a empezar desde cero—digo moviéndome un poco incomoda.—Entiendo, bueno el trabajo es suyo, espero que trabaje tan bien, como l
Cuando lo vi entrar a la habitación, quise morir, sabía que venía a firmar el divorcio, y por ende tenía que verlo, aunque no estaba tan segura de eso, puesto que él tenía un abogado que lo representaba para todo, así que muy dentro de mí estaba la esperanza de que estaba aquí para verme.— ¿Y usted quién es? —preguntó Nicolás, mirando a Joss, lo habíamos visto muchas veces en fiestas.— Soy el representante legal de Mónica, así que por favor, permítame leer la demanda de divorcio y los otros documentos que mi cliente debe firmar, como comprenderá, estamos en todo nuestro derecho.Me mantenía al margen, ni siquiera opinaba nada, por muy loco que pareciera confiaba en Joss.Frederick le entrego los documentos a mi abogado, y él se dispuso a leerlos, no quería ni siquiera levantarme de la silla, tenía miedo de que pudiera notar mi embarazo, ese era mi mayor temor.Joss se sentó a mi lado y comenzó a leer el documento, Nicholas me cedía la casa donde vivimos juntos, el quince por ciento
Estaba por contestar cuando Joss entró a la sala de emergencia, llevaba uno que otro moretón, pero al verme me sonrió, eso alegro un poco mi día, así que sin darme cuenta ya le estaba devolviendo el gesto.—Nicholas, por favor déjame hablar con Joss a solas—digo sin dejar de mirar a mi jefeMi esposo se levanta a mala gana, pero por suerte hace lo que le pido y me deja a solas con mi jefe.—¿Te sientes mejor?—La verdad si, ya puedo respirar, aun me duele el pecho, pero supongo que es por el golpe, gracias por defenderme, pero creo que no debiste perder el control, además soy tu empleada.—Pero eso ellos no lo saben así que no hay ningún problema, tenía que defenderé, no permitiría que te faltara el respeto, créeme que si vuelve a suceder, no dudaré en arrancarle la cabeza—dice muy serio.—Pensé que estabas en la oficina—pregunto curiosa, no sabía porque se completaba conmigo de esta manera.—No me necesitan por un rato, además no pienso dejarte a solas con ese hombre, se nota que est