Un año después
Matteo se asomaba por el ventanal de su oficina, con la mirada perdida, y un cigarrillo en su mano, ese era su nuevo vicio, producido por el estrés de encontrarse solo y sin su familia.
La soledad y la ausencia de quienes amaba era una pesada carga sobre sus hombros, muchas veces quería dejar todo a un lado y renunciar incluso a la misma vida, pero luego pensaba en sus tres amores y la fuerza regresaba como un soplo de viento, dándole un nuevo aliento.
Ese día estaba más melancólico, su tristeza era mayor, hacía apenas unos minutos, recibió la sentencia del divorcio, su Gala ya no era su esposa y eso le producía un intenso dolor, oprimiéndole el pecho y desgarrando su alma como si está fuese atacada con filosos cuchillos.
Maldecía la hora en la cual fue tan confiado, ese día nefasto, cuando empezó su desgracia, desde en ese mismo momento cuando lo obligaron a representar esa pantomima, ella lo creyó infiel y cuand
Gálata lo observó y su cuerpo se tensó, quiso retroceder, pero él se puso en la puerta del balcón para impedir su huida.—Sí ¡Soy yo! El mismo por el cual has tenido tantas noches de insomnio. ¿Me extrañaste? Sé sincera contigo misma y no te lo niegues o ¿Vas a tener el valor desmentirme? —preguntó con un tono de suficiencia—Tienes bastante elevado tu ego y una excesiva fe en ti mismo… quieres saber la verdad, así sufras una decepción… ni siquiera me acordaba de tu existencia —respondió mirándolo de forma despectiva.El hombre se acercó a ella, inclinó su cabeza, se quedó mirándolo con intensidad y su rostro estaba tan cerca que podía percibir su aliento en su rozo, además sus labios estaba separados por mínimo centímetros.—Estás mintiendo
Gálata se dejó llevar por esos besos capaces de encenderla en pocos segundos, Dorek la apretaba a su cuerpo haciéndola sentir la dureza de su excitación, poco a poco fue retrocediendo con ella hasta recostarla en el mullido sofá, dónde inmediatamente empezó a devorar su boca descendiendo por su cuello, hasta llegar a sus senos, los cuales comenzó a acariciar por encima de la tela.Una de sus manos se posó en su húmeda vagina de la mujer y empezó a tocarla con delicadeza, inconscientemente, Gálata movió sus caderas saliendo al encuentro de la mano del hombre, que traviesa se abría paso entre su tanga para introducirla entre sus estrechos pliegues.Dorek exploró su interior, primero con un dedo, al cual segundos después le fue agregando otro, apretó su estrecho botoncito mientras un chorro de su esencia emanaba de su interior, la sentía prieta, ac
Dorek se sonrió y se fue a hacer planes para la cena de esa noche, quería hacerla sentir especial, deseaba tanto que se enamorara de él, enamorarla, llenarla de regalos y atenciones como debió hacerlo Matteo cuando la estaba cortejando cuando apenas era una chiquilla de dieciocho años, ese día de su cumpleaños cuando la vio bajando del brazo de su padre.—Te haré feliz mi pequeña, nadie nos volverá a separar, me ganaré tu perdón y si no quieres perdonarme no me importará ser Dorek Diamantis por siempre, así tenga que desaparecer a Matteo Sebastini.Organizó una comida en un islote del archipiélago balear, luego de varias llamadas, se dirigió a encargarse de la sorpresa, estaba empeñado en deslumbrarla. Aproximadamente cercano a las diez de la noche pasó recogiendo a Gálata, por instrucciones de ella no bajó del auto, s
Luego de bailar, ambos se quitaron los calzados, se tomaron de las manos, caminaron y corrieron por la arena, como locos enamorados, a la orilla de la playa, mientras las pequeñas olas rompían en sus pies y ellos saltaban emocionados, parecían dos pequeños descubriendo las emociones de la vida.Él la giró, la colocó de frente, con la punta de los dedos, comenzó a moldear sus facciones, mientras ella cerraba los ojos, disfrutando no solo del tacto del hombre, sino también de la suave brisa marina golpeando su rostro, se sentía eufórica, más viva que nunca.—¡Eres hermosa! No me canso de admirarte, he sido el hombre más afortunado del mundo al tenerte a mi lado, y aunque he cometido muchos errores, me alegro de que la vida me esté dando una oportunidad de poder reconquistarte.Cuando vio el ceño fruncido de Gálata, supo que había
Cuando ella escuchó esa noticia, sintió que sus piernas perdieron fuerza, todo le dio vueltas, el miedo la arropó como si se tratara de una manta gigante de la cual no pudiera despojarse, antes de poder caer al suelo desplomada el hombre la sostuvo con fuerza.—¡Mi hijo! ¡Oh por Dios! Si le pasa algo no voy a soportarlo, y ¡Todo por venirme contigo! —explotó levantando sus brazos y golpeando el pecho del hombre con toda la rabia contenida.» ¿Por qué volviste? No debiste aparecer en mi vida de nuevo, porque siempre estar cerca de ti solo provoca desgracias en mi vida. Si a mi hijo le pasa algo, ¡Jamás voy a perdonártelo! —gritó histérica.Dorek intentó tomarla de la mano, para abrazarla y de cierta manera consolarla, pero ella apartó la mano mirándolo con absoluto odio.—¡No me toques! Llé
Matteo se quedó viendo a Felipe con incredulidad, buscó un indicio de burla en su rostro, sin embargo, no había nada de eso, estaba completamente serio.—Voy a creer que estás de guasa, aunque tu rostro luzca con una seriedad extrema —manifestó Matteo negando con la cabeza.» Pero por si crees esa teoría, déjame decirte que mi padre tiene más de treinta y cinco años con mi mamá y sería incapaz de serle infiel, meto las manos en el fuego por Nickólas Sebastini, no es hombre de estar con dobleces, tiene un alto sentido de la moral y sería incapaz de tener hijos fuera del matrimonio y mucho menos engañar a mi mamá —señaló con vehemencia, no se dio cuenta de los pasos acercándose hacia ellos, hasta escuchar la voz.—Y saber que un tiempo atrás… yo no confíe en ti de la manera como lo est&aacu
Felipe se quedó sorprendido al llegar por la puerta trasera y ver a Leandro descargando su arma en contra de la humanidad de su cuñado y pese a haber reaccionado de inmediato, disparándole para evitar siguiera accionando su arma en su contra, no pudo evitar que igual Matteo se desplomara.Cuando vio a Nick tirarse encima de su hijo, mientras su cuerpo se estremecía producto del llanto, no pudo evitar conmoverse, después de todo el amor de los padres es incomparable.—¡Por favor no! —exclamó sintiendo el mundo derrumbársele encima— ¡Mi hijo no! ¡Por Dios! —sollozaba Nick, sentía como si alguien clavara un filoso cuchillo abriendo de manera inclemente su corazón.—¡Papá!… Puedes dejar de gritar como loco, ¡Estoy bien! —susurró Matteo tratando de incorporarse.—Matteo hijo ¿Estás bien? &mdas
Matteo se sintió furioso, no sabía cuáles eran las intenciones de Gálata al decirle eso, pero no estaba dispuesto a seguir tolerando sus intentos de humillarlo, se acercó a ella y la atrapó contra la pared, enseguida el rostro de la chica palideció, incluso tragó grueso y sus ojos se abrieron de par en par.—¿En serio Adriano Colombo te hace el amor mejor que yo? Tendré que recordarte como es hacer el amor con el macho que amas casi desde que respiras —espetó furioso de manera posesiva, tomándola de la nuca y uniendo sus labios con los de ella, besándola con fiereza, mientras con su rodilla se abría paso entre sus piernas y con la otra mano pellizcaba uno de sus pezones, haciéndola gemir de placer.Gálata, al sentir su mano en sus senos y su pierna en una de las partes más sensible de su cuerpo, comenzó a percibir una especie de lava