Las palabras del pequeño Xavier, silenciaron a todos, no obstante, el primero en reaccionar fue el propio Matteo.
—Abuelo tranquilo, no te preocupes. Gálata y yo teníamos algunas divergencias, aunque ya las hemos resuelto de buena manera, por eso estamos aquí y bueno, las palabras de mi hijo no están fuera de la realidad, porque he hecho el propósito en mí, de cada día seducir a mi esposa y recordarle las cosas por las cuales se enamoró de mí y decidió construir una vida junto a mí.
Sonrió de oreja a oreja, dejando ver la perfecta dentadura, mientras la miraba con una expresión de ternura en su rostro, lo cual hizo que Gálata sintiera un vuelco en el estómago y se diera cuenta de las razones para haberse enamorado de él en el pasado, así fue como lo idealizó y lo recordaba cuando ella era una niña y él un adolescente.
Ante las palabras de su nieto, las muestras de afecto entre él y su esposa, más la demostración de amor en ese juego de luces de fu
Al escucharla hablar y ver como su mano se abría pasó a través de la pretina del pantalón, una corriente de excitación lo recorrió y su pen3 se irguió orgulloso entre sus piernas, sin pérdida de tiempo se levantó de un salto, llevándola consigo, comenzó a devorarla con pasión, mientras que caminaba con ella a otra de las habitaciones, sin embargo, para su sorpresa, ella no se dejó tirar en la cama, sino que lo lanzó a él y enseguida se colocó a horcajadas encima.—Lo siento mucho, señor Sebastini, pero hoy quiero ser yo quien me deleite con usted, será mi plato principal, antes de acudir a la fiesta de cumpleaños de su abuelo.Dicho eso, tomó la iniciativa por primera vez, le bajó el pantalón junto con el bóxer dejándolo desnudó, mientras ella conservaba su ropa puesta, empezó a besar
Ante las palabras de Matteo todos se sorprendieron, la primera en levantarse fue Mariam, quien se le lanzó encima y comenzó a llorar. —¡¡No!! Por favor Zandro, no me dejes, no ahora cuando ya no sé vivir sin ti, mi amor. ¡¡Llévame contigo!! No vale la pena la vida… no si no estás a mi lado, ya no tengo a nadie, solo te tenía a ti, ¡¿Cómo me vas a hacer esto?! —los sollozos desesperados de la mujer llenaban todo el lugar. Todos la miraban en silencio, Nick fue el primero en acercársele, la sostuvo y después de más de cinco décadas, la abrazó por primera vez, la consoló y la llamó mamá. —Ya mamá, cálmate… yo voy a estar a tu lado, sosteniéndote, no te dejaré sola —habló apenas conteniendo las lágrimas. Mariam se giró, a pesar del profundo dolor que estaba experimentando en este momento, acarició el rostro de Nick, por fin tenía oportunidad de obtener su perdón, su voz se quebró al hablar. —¡Lo siento mucho hijo! Perdóname por haberte utilizado e
Gálata estaba impresionada por ese hombre, un traje ajustado perfectamente a su medida, dejando en evidencia que debajo de esa ropa se escondía un atractivo cuerpo, no pudo evitar recorrerlo de pies a cabeza, por un momento se quedó observándolo, una barba cubría su rostro, su nariz aguileña, le daba la impresión de haberla visto en otro rostro, frunció el ceño y siguió hasta detenerse en sus ojos, pero estos no eran del color del musgo, si no del mar y la miraban intensamente y con una sonrisa que hizo encoger su estómago.—Buen día, señorita Ferrari, es un gusto tenerla aquí —expresó caminando hacia ella y extendiendo su mano.Por un momento ella vio su mano como si tuviese una enfermedad contagiosa, sin embargo, la buena educación la obligaba a ser recíproca, por eso al final respondiendo a su saludo, le dio la mano, aunque la retir&oacu
Las palabras de Matteo y su sonrisa provocaron un Déjà vu, en Gálata retrocedió sorprendida, por un par de segundos se mantuvo estática, como si se hubiese abstraído del lugar, mientras su corazón parecía agitado por un gran vendaval en su pecho.—¿Esposa estás bien? —preguntó Matteo frunciendo el ceño, mientras ella reaccionaba a sus palabras y empezaba a mirarlo sospechosamente.—¿Esposa? ¿Me acabas de llamar señorita Ferrari y me llamas esposa? —habló indignada.Por un momento el rostro de Matteo se desencajó, no entendía ese arranque de Gálata.—¿Por qué estás de mal humor? Ni siquiera te has acercado a besarme ¿Tuviste un mal día? —ante su silencio, caminó junto a ella.—¡Quédate allí Matteo! Por favor, &
Gálata lo miraba sin siquiera pestañear, no quería desviar ni un solo segundo la vista de su esposo, porque necesitaba ver las expresiones de su rostro, por un momento tuvo la impresión de que Matteo palidecía; Él se levantó de la cama, se puso el bóxer y emprendió su caminata a la salida.—¿Dónde vas? —preguntó irritada.—Evans está llorando, lo voy a atender —respondió con aparente tranquilidad, ignorando su pregunta, eso hizo intensificar sus sospechas en ella, no obstante, no podía entender las razones del hombre para hacer eso.—Ajá, está bien, pero antes deberías responderme no seas mal educado, ¿Acaso estás evadiéndome a propósito? —interrogó, sintiendo el sueño espantársele.—Amor escucha, nuestro hijo está desconsolado, debo b
Gálata abrió los ojos con sorpresa, no se espera la arremetida del hombre, justo cuando iba a protestar sintió la boca de Dorek cubriendo la suya, mientras sus manos parecían las de un pulpo, pues las sentía por todas partes, en ese momento levantó su vestido acariciando con suavidad su trasero, al mismo tiempo soltaba su boca y descendía por su cuello hasta llegar a su pecho, donde descubrió su seno, sus ojos se nublaron de deseos mientras se acercaba lentamente y capturaba su rosado p3zón para deleitarse con su exquisito sabor en su boca.Gálata no sabía cómo reaccionar, tenía una lucha con ella misma, su parte racional quería alejarlo, ella era una mujer casada, tenía un hogar consolidado ¿Cómo podía dejarse tentar? Se preguntaba, sin embargo, esas sensaciones la arropaban, sus manos rozando su piel las sentía como brasas ardientes, sin
Morozov se quedó viendo a Dorek, sin ocultar su expresión de enojo, luego giró su vista hacia Gálata y de nuevo al griego.—¡¿Qué carajos te pasa?! ¡¿Acaso te has vuelto loco?! ¿Cuál es el interés que tienes en la señora Sebastini? —inquirió apretando la mandíbula en un gesto de evidente enfado.» Te recuerdo que vas a comprometerte con mi hija, ni se te ocurra atreverte a burlarte de ella. Porque entonces conocerás al mismísimo demonio.Dorek respiró profundo, le complacería tanto romperle la jeta a ese desgraciado, sin embargo, eso no era algo de lo cual podía darse el lujo, por ahora no era el momento, debía ser comedido y esperar pacientemente, no podía arriesgar la vida de Gálata.—No he olvidado nada, pero te recuerdo Morozov, que
Vipiteno —ItaliaHelena regresó a su ciudad natal, a Vipiteno, habían pasado más de dos meses huyendo para no ser encontrada por Franco, no quiso ir primero allí, porque aparte de ser el primer lugar donde la buscaría, no tenía idea de cómo se tomarían sus padres lo que estaba sucediendo. Por eso decidió dejar de huir, y de correr de un pueblo a otro, debía enfrentar las circunstancias y hacer todo lo posible para superar todas esas pruebas que la vida le estaba dando.No fue fácil para ella, tomar la decisión de alejarse del hombre a quien estaba segura, que amaba, con él se dio cuenta de que sus sentimientos por Matteo, se trataban más de costumbre o la emoción de estar enamorada, no era amor verdadero, en cambio, con Franco le hacía sentir demasiadas emociones en una, amor, ternura, deseo, no había nada que no serí