Matteo había estado dolido con su padre, de hecho no pensaba perdonarlo y tenía intenciones de cambiarse hasta su apellido, mas cuando lo vio caer, sintió un profundo miedo.
Lo sujetó con una mano porque en la otra tenía a su hijo, comenzó a llamar a la secretaria.
—¡Señora Betty! Por favor, ¡Venga! —exclamó, le dio el bebé a la mujer y dirigió toda su atención a su padre —por favor llame a emergencias.
Intentó despertarlo, sin embargo, no reaccionaba, Lo levantó como si no pesara nada, a pesar de ser bien formado, esto se debió a la adrenalina que estaba sintiendo en ese momento, comenzó a caminar por el pasillo camino al ascensor.
—No me hagas esto, no se te ocurra dejarme ahora —mencionó con voz suplicante mientras la culpabilidad hacía estragos en su interior—. Lo siento, si quieres mant
Matteo estaba gratamente sorprendido, porque a decir verdad, aún se cuestionaba el haber firmado, debió resistirse todo y oponerse así lo mataran, pero no pudo hacerlo, ellos tomaron su mano y lo guiaron para terminar cumpliendo su propósito, no obstante, ahora con esta noticia dada por su padre, Gálata seguía siendo su esposa legal.Fue inevitable sentir esa explosión de felicidad en su pecho y miró con incredulidad a su padre, pues le parecía difícil que hubiese podido imponerse a los Ferrari, después de todos ellos eran una familia con siglos consolidados, como la más importante del país, incluso una de las más prominentes de Europa, mientras la riqueza de los Sebastini, provenía desde su bisabuelo para acá, mas fue su padre quien logró estabilizarla, luego de haber rescatado a su abuelo Zandro de la ruina, después del engaño de su abuela Mar
Gálata lo miraba con incredulidad, no podía creer la actitud de Matteo, «¿Dónde estaba el hombre serio, frío, al que nada lo conmovía y mucho menos lo sacaba de su zona de confort?», se preguntaba mientras trataba de luchar con sus emociones, pues estas eran bastante contradictorias, por un lado, quería insultarlo y reclamarle ¿Con qué derecho pretendía hacerle ese tipo de escenas? Por el otro, se sentía un poco emocionada, hasta ganas de reír tenía porque al parecer a su iceberg, si le corría sangre por las venas.—¡¿Qué has hecho Matteo?! ¿Cómo te atreviste a dañar mi sofá? ¿Con qué derecho? —preguntó tratando de controlar su enojo.—¡Porque odio tu maldito sofá! ¡Y ahora lo voy a tirar a la basura! —ignorando el semblante de sorpresa de G&aac
Gálata no lo podía creer, jamás imaginó a su padre siendo capaz de causarle daño a Matteo, sintió una mezcla de tristeza e indignación, sobre todo porque creyó lo peor de él, pensó que había firmado el divorcio porque no quería seguir casado con ella, e incluso hasta lo creyó capaz de involucrarse en una relación con su amor de juventud y ahora la verdad explotaba en su rostro, él nunca quiso divorciarse y ella terminó acostándose con alguien mientras seguía unida en matrimonio con Matteo.—¿Por qué papá? ¿Qué le hicieron? ¿Cómo lo obligaron? ¿Cómo fue que le perforaron un pulmón? —las preguntas salían a borbotones de su boca, pidiendo una explicación, sin embargo, su padre no se la daba, permanecía en absoluto silencio.» ¿No van
Cuando ambos escucharon la voz del pequeño se vieron el rostro como si hubiesen sido encontrados haciendo algo malo, por un momento se mantuvieron en silencio, hasta que de repente ella se levantó asustada.—Matteo Sebastini, ni se te ocurra hablar —susurró Gálata caminando hacia la ducha, pero él la atrapó halándola y haciéndola caer de nuevo en su regazo, sin dejar de sonreír.—¡No huyas! Solo respóndele, dile que ya vas a salir, porque si te quedas en silencio, sentirá más curiosidad por saber lo que está pasando —aconsejó Matteo.—Mamá, ¿Por qué no me respondes? —interrogó de nuevo al niño sin dejar de tocar.—Bebé, ya salgo, mami está ocupada —respondió, aunque en su voz se escuchó un ligero temblor. Mientras ella estaba nerviosa, Ma
Las palabras del pequeño Xavier, silenciaron a todos, no obstante, el primero en reaccionar fue el propio Matteo. —Abuelo tranquilo, no te preocupes. Gálata y yo teníamos algunas divergencias, aunque ya las hemos resuelto de buena manera, por eso estamos aquí y bueno, las palabras de mi hijo no están fuera de la realidad, porque he hecho el propósito en mí, de cada día seducir a mi esposa y recordarle las cosas por las cuales se enamoró de mí y decidió construir una vida junto a mí. Sonrió de oreja a oreja, dejando ver la perfecta dentadura, mientras la miraba con una expresión de ternura en su rostro, lo cual hizo que Gálata sintiera un vuelco en el estómago y se diera cuenta de las razones para haberse enamorado de él en el pasado, así fue como lo idealizó y lo recordaba cuando ella era una niña y él un adolescente. Ante las palabras de su nieto, las muestras de afecto entre él y su esposa, más la demostración de amor en ese juego de luces de fu
Al escucharla hablar y ver como su mano se abría pasó a través de la pretina del pantalón, una corriente de excitación lo recorrió y su pen3 se irguió orgulloso entre sus piernas, sin pérdida de tiempo se levantó de un salto, llevándola consigo, comenzó a devorarla con pasión, mientras que caminaba con ella a otra de las habitaciones, sin embargo, para su sorpresa, ella no se dejó tirar en la cama, sino que lo lanzó a él y enseguida se colocó a horcajadas encima.—Lo siento mucho, señor Sebastini, pero hoy quiero ser yo quien me deleite con usted, será mi plato principal, antes de acudir a la fiesta de cumpleaños de su abuelo.Dicho eso, tomó la iniciativa por primera vez, le bajó el pantalón junto con el bóxer dejándolo desnudó, mientras ella conservaba su ropa puesta, empezó a besar
Ante las palabras de Matteo todos se sorprendieron, la primera en levantarse fue Mariam, quien se le lanzó encima y comenzó a llorar. —¡¡No!! Por favor Zandro, no me dejes, no ahora cuando ya no sé vivir sin ti, mi amor. ¡¡Llévame contigo!! No vale la pena la vida… no si no estás a mi lado, ya no tengo a nadie, solo te tenía a ti, ¡¿Cómo me vas a hacer esto?! —los sollozos desesperados de la mujer llenaban todo el lugar. Todos la miraban en silencio, Nick fue el primero en acercársele, la sostuvo y después de más de cinco décadas, la abrazó por primera vez, la consoló y la llamó mamá. —Ya mamá, cálmate… yo voy a estar a tu lado, sosteniéndote, no te dejaré sola —habló apenas conteniendo las lágrimas. Mariam se giró, a pesar del profundo dolor que estaba experimentando en este momento, acarició el rostro de Nick, por fin tenía oportunidad de obtener su perdón, su voz se quebró al hablar. —¡Lo siento mucho hijo! Perdóname por haberte utilizado e
Gálata estaba impresionada por ese hombre, un traje ajustado perfectamente a su medida, dejando en evidencia que debajo de esa ropa se escondía un atractivo cuerpo, no pudo evitar recorrerlo de pies a cabeza, por un momento se quedó observándolo, una barba cubría su rostro, su nariz aguileña, le daba la impresión de haberla visto en otro rostro, frunció el ceño y siguió hasta detenerse en sus ojos, pero estos no eran del color del musgo, si no del mar y la miraban intensamente y con una sonrisa que hizo encoger su estómago.—Buen día, señorita Ferrari, es un gusto tenerla aquí —expresó caminando hacia ella y extendiendo su mano.Por un momento ella vio su mano como si tuviese una enfermedad contagiosa, sin embargo, la buena educación la obligaba a ser recíproca, por eso al final respondiendo a su saludo, le dio la mano, aunque la retir&oacu