Gálata se vio obligada a controlar su ira, después de todo tampoco quería que su hijo la viera en ese estado, respiró profundo y comenzó a conversar con Xavier.
—¿Tú conoces a Helena? —Le preguntó con voz calmada.
—Sí, habló con mi papá, él me dijo que ela su amiga —pronunció el niño con inocencia, desconociendo el problema que estaba causando entre sus padres.
Sebastián rechinó los dientes en un gesto de enfado, Anabella se quedó en silencio sin poder pronunciar palabra.
—¿Viste? Un sapo es hermoso frente a ese hombre, presentarle a esa mujer a mi hijo. ¡Nunca voy a perdonar a Matteo! Y hasta aquí hablo de él. Quiero el divorcio papá, sea como sea.
» Mañana empezaré a ir al instituto, no voy a seguir centrada en ese hombre, perdí mucho
Nick cortó la llamada, sin dejar hablar a Sebastián y enseguida comenzó a buscar a Matteo en centros médicos, aunque iniciaron una búsqueda intensa, no aparecía, ni historias clínicas, ni ningún rastro de él, revisaron las cámaras de seguridad de varios hospitales y no pudieron obtener ninguna información y en una de ellas estaban borrados los vídeos a ciertas horas del día, incluso de las calles y establecimientos cercanos.Por su parte, Sebastián despidió a Genaro y a los otros, cuestionándoles su comportamiento, sin embargo, no detuvo el proceso de divorcio de Gálata, sin imaginarse que Nick cumpliría su palabra y por otro lado, hacía lo posible por declarar la nulidad del proceso de divorcio.Los días fueron pasando, se convirtieron en semanas y estos en meses, pasaron siete meses, y la desesperación iba en aumento
Matteo estaba en el despacho revisando el último lote de varias contrataciones, pese a tener prisa por terminar, no lograba concentrarse después de la llamada recibida, no obstante, debía terminar con prontitud, porque debía pasar como todos los días por el Jardín de Infancia donde estudiaba Xavier.Después de recuperarse de la perforación de pulmón y una infección, empezó a visitarlo, con complicidad de la maestra, pasaba un par de horas jugando y conversando, empezó a recordar cuando fue por primera vez, hacia poco más de tres meses.«—¿Papá? ¿No me abandonaste? —preguntó con los ojos abiertos de par en par.Matteo se arrodilló en el suelo y con lágrimas en los ojos le habló, abrazándolo.—¡Jamás mi niño! Nunca te abandonaría, papá siempre estará
Gálata recibió cada estocada de Adriano, sin dejar de gemir, cada embiste la acercaba un poco más a esa cúspide de placer que tanto añoraba, dónde tenía mucho tiempo de no ir, se sintió tan excitada, ese hombre era pura pasión, fuego, no obstante, su conciencia, que al parecer era su peor enemiga en ese momento, le trajo los recuerdos del último encuentro con Matteo.«Esto es solo sexo, al final tendrás remordimiento y no sentirás ternura, ni mucho menos amor, como la última vez», desechó esos pensamientos, porque no quería darle cabidas en ese momento.Una vez experimentada la explosión del orgasmo, se sintió con una extraña sensación, se levantó del sofá donde habían estado, sin pronunciar palabra, tomó sus ropas, su celular y se fue al baño, había dicho sin remordimiento
Por un momento nadie habló, todo era un denso e incómodo silencio hasta que su padre decidió romperlo.—Se trata de Nick, se asoció con una marca alemana de autos y van a crear una sucursal en Italia, y aparte de eso ha saboteado varios negocios que teníamos en sociedad con otras familias. Canceló todos nuestros negocios con él, ha invocado una cláusula de los contratos, que establece falta de probidad de los socios, para pagarnos el precio de las acciones y sacarnos de todas las sociedades donde estábamos juntos, y la que manejamos nosotros están pidiendo el importe de lo invertido. Todo es un desastre, las acciones de las empresas Ferrari comenzaron a descender —habló con un deje de preocupación removiendo el hielo del vaso de Whisky en sus manos.—El Consorcio Ferrari es un monstruo, no podrá hacer nada. Además, porque está tomando esa posici&oa
Ese día luego de lo sucedido con Helena y Franco, Matteo salió de la oficina a encontrarse con su hijo cómo lo hacía diariamente, llegó unos momentos tardes, porque se entretuvo hablando con Franco, el rostro del pequeño estaba pensativo, sin fijar su atención en ningún lado, hasta el momento cuando giró la vista y lo vio venir, de inmediato su semblante se iluminó y salió corriendo a recibirlo.—Papá, viniste, pensé que no vendrías a visitarme —. Matteo se inclinó y lo alzó, lo tiró dos veces al aire, entretanto el niño reía a carcajadas.Verlo de esa manera le causaba una inmensa alegría, a pesar de todo, su niño se veía muy feliz.—¿Acaso no sabes que este momento es mi preferido del día? Procuro hacer todo con rapidez para poder regresar a tu lado. Nunca te olvides, tu
Matteo no pudo contenerse, por primera vez dejó a sus deseos tomar el control de sus acciones, la acercó a su cuerpo y unió sus labios a los suyos, en un principio ella se resistió, sin embargo, ante la insistencia del hombre, terminó cediendo frente a sus besos, sus bocas se encontraron húmedas, cálidas, ansiosas, juguetearon en un erótico baile, sentía como si por sus venas corriera la lava de un volcán, en vez de sangre.Ambos se entregaron a esas deliciosas sensaciones, Gálata estaba sumergida sintiendo cada caricia a flor de piel, su cuerpo ardía y el roce de las manos de Matteo en su piel, eran las únicas capaces de calmarla, hasta que de repente recuerdos de lo sucedido en el pasado de su relación, llegaron a su mente y la llenaron de rabia.Sin importar las consecuencias de sus acciones, dejó de besarlo y le mordió el labio inferior con tanta fuerza h
Gálata estaba nerviosa, no quería aceptar, ir a ningún sitio con Leandro, su amiga Paula tenía razón, había algo siniestro en él.—Yo…—comenzó a decir, justo en ese momento para su alegría llegó un auto y aparecieron los clientes con quienes tenía prevista una reunión de trabajo, lo cual la hizo sentirse aliviada.Apenas bajaron caminaron hacia ella.—Señora Ferrari, buen día, venimos preparados para la reunión —declaró uno de ellos.—Claro señor Costa, vamos síganme. Lo siento Leandro, no podré atenderte por ahora, después conversamos, espero tengas un buen día. —Dicho eso, caminó al interior del edificio, sintiéndose aliviada, por poder alejarse de Leandro, él no era quien aparentaba ser y ese día no le había quedado la menor duda.<
Matteo había estado dolido con su padre, de hecho no pensaba perdonarlo y tenía intenciones de cambiarse hasta su apellido, mas cuando lo vio caer, sintió un profundo miedo.Lo sujetó con una mano porque en la otra tenía a su hijo, comenzó a llamar a la secretaria.—¡Señora Betty! Por favor, ¡Venga! —exclamó, le dio el bebé a la mujer y dirigió toda su atención a su padre —por favor llame a emergencias.Intentó despertarlo, sin embargo, no reaccionaba, Lo levantó como si no pesara nada, a pesar de ser bien formado, esto se debió a la adrenalina que estaba sintiendo en ese momento, comenzó a caminar por el pasillo camino al ascensor.—No me hagas esto, no se te ocurra dejarme ahora —mencionó con voz suplicante mientras la culpabilidad hacía estragos en su interior—. Lo siento, si quieres mant