C90- SANGRE CORONADA, CORAZONES ENVENENADOS.La Luna aún colgaba sobre ellos, alta, pálida, como si fuera testigo de una profecía impura. El círculo no se había roto y el silencio reinaba entre los lobos.El anciano Thalon se adelantó, su bastón golpeando el suelo como un trueno.—La sangre ha hablado. Pero el linaje no es el único que hace a un Alfa. El corazón, el deber, la lealtad… también pesan en la balanza. Por eso... llamaremos a una votación de legitimidad.Serena apretó los dedos bajo su túnica. Cada palabra la hacía hervir por dentro.«¡Maldición! ¡Maldit4 sea esta tradición podrida!»Pero fingió asentir con respeto.Los miembros del Consejo, uno a uno, dieron un paso al frente. Sus ojos cargaban siglos, heridas, guerras.—Darius ha abandonado la manada. —dijo una loba con voz firme—. No solo en cuerpo, también en deber.—Su ausencia costó vidas. —gruñó otro más joven—. No estaba cuando más lo necesitábamos.—Y ahora sabemos por qué. —añadió otro, mirando a Serena—. Prefirió
C91- PLANES EN LAS TINIEBLAS.En el refugio subterráneo del castillo de la manada Crepúsculo, la atmósfera estaba cargada de tensión. Las paredes de piedra fría absorbían las palabras que resonaban en el espacio reducido. Serena, afilaba una daga mientras escuchaba a Nico.—¿Y estás seguro de que los cachorros están bajo la protección de Gideon? —preguntó, su voz suave contrastando con la dureza de sus intenciones.Nico asintió, recordando lo que había visto.—Si. Mi guerrero los vio con sus propios ojos. Dijo que… Liona rara vez los deja, pero últimamente Darius está distraído. Está armando algo, lo se. Ese maldito va a atacarnos…Serena sonrió.—Perfecto. ¿Sabés qué es lo más hermoso de un lobo? Que puede romperse desde adentro. No hace falta matarlo. Solo hay que arrebatarle su manada… y sus crías.Nico frunció el ceño y se acercó, sintiendo una mezcla de admiración y atracción hacia su maldad.—¿Estás segura de que el demonio cumplirá su parte? Si sacrificas a los cachorros y no r
C92- LOBEZNO MUTANTE.DARIUS.La noche fue larga y llena de pasión. Hice el amor con Liona varias veces, dejando su cuerpo exhausto y satisfecho. Hay algo en ella que me hace sentir invencible, como si el mundo fuera nuestro y no hubiera nada que pudiera interponerse. Así que me levanté mientras ella dormía profundamente, envuelta en las sábanas. Y aproveché para venir a la biblioteca para estudiar las posibles entradas a nuestra manada. Siempre llevo un mapa conmigo; es mi herramienta más valiosa, el único objeto en el que confío plenamente. Desplegado sobre la mesa, sus líneas y marcas son familiares, casi como una extensión de mí mismo.—Si entramos por el sur, tenemos el río... pero eso nos hace lentos —murmuro para mí mismo—. El norte es más directo, pero Serena lo espera.La habitación está en silencio, salvo por el sonido del viento de afuera. El aire huele a tierra y hierba fresca, un recordatorio de que la naturaleza sigue su curso, indiferente a nuestras luchas.De repente,
C93- VOY POR USTEDES.DARIUS.El espía llegó al amanecer, después de que aceptara que Gideon me prestara algunos hombres y se uniera a mi lucha, envié a su mejor hombre. Uno indetectable. Uno que pasaría desapercibido en mi manada. Porque sí, aún era mía. Nico no era nadie y se lo dejaría saber.El hombre se detuvo frente a mí, jadeante y lleno de barro.—Mi señor… —luchó por respirar—, tengo buena información.Asentí y le dejé beber más agua; el pobre hombre había arriesgado el pellejo. Era lo mínimo que se merecía. Pero la ansiedad hacía estragos en mi interior. Y cuando el hombre estuvo más calmado y satisfecho, hice la pregunta:—¿Qué tienes?—Serena y Nico se están reuniendo en el paso del norte. Al parecer están bloqueando todas las entradas de la manada. Si no actúan ahora, será demasiado tarde, alfa.Apreté los puños y mis nudillos crujieron.—Malditos bastardos —sisé.Los muy desgraciados se estaban cerrando. Saben que iré por ellos o que seguro ya sé de su traición. Pero de
C94- NUNCA TE QUISO.Ya había anochecido.La habitación estaba en silencio. Afuera, el viento helado golpeaba los cristales. Y Susan estaba sentada junto a la cuna, observando a los cachorros de Liona dormir profundamente, arropados y ajenos al mundo que temblaba a su alrededor.Sonrió suavemente, con ternura, pero algo dentro de ella no la dejaba en paz.Un peso en el pecho.Su corazón latía con fuerza, como si supiera que algo estaba a punto de suceder. Se llevó una mano al vientre y lo acarició con cuidado.—Papá va a volver —susurró—. Él va a volver por nosotros... Te lo prometo.Se dio la vuelta para tomar una manta y entonces... se congeló.Una figura oscura estaba de pie en la entrada. La puerta se cerró lentamente detrás de ella. Susan palideció; la sangre se le fue del rostro cuando vio quién era.—Tú… tú… ¿Cómo entraste aquí?Serena sonrió despacio. Y cada paso que daba hacia ella era como un veneno extendiéndose por la habitación. Sus botas resonaban en el suelo de madera,
C95- EN MANOS DE UN MONSTRUO.LIONA.El bosque crujía bajo nuestras botas, caminábamos en silencio, cada uno inmerso en sus pensamientos.Zander iba al frente, serio, habia tensión en él. No decía nada, pero lo notaba en la forma en que miraba a los lados, como si esperara que algo saltara de entre los arboles. Gideon iba detrás de él, más callado que de costumbre, con los labios apretados y el ceño fruncido.Y entonces sucedió.Un frío me atravesó el pecho de golpe.Me detuve. Era como si una garra me hubiera desgarrado por dentro y jadeé, llevándome la mano al corazón.No era un simple escalofrío. Era dolor real, físico, punzante.Y de pronto, lo oí. No con los oídos, no... dentro de mí.Un aullido.Corto, tierno y desesperado.—No —susurré.—¿Qué pasa? —preguntó Darius, girando hacia mí de inmediato.—Es Daphne —dije—. Algo le pasó. Lo sentí. ¡Lo escuché, Darius!Zander se dio la vuelta, con el rostro mas tenso y Gideon también. No dijeron nada al principio. Pero no hizo falta. Por
C96-RITUAL.La cabaña se alzaba en medio del bosque y en el centro de ella, una llama negra, crepitaba sobre un altar tallado con huesos y runas prohibidas. Y sobre ese altar… yacía la diminuta silueta de Daphen.La pequeña se habia quedado dormida de tanto llorar. Su pequeño cuerpo temblaba, ajeno al horror que la rodeaba.Serena la observaba con una sonrisa torcida, envenenada de satisfacción. Sus ojos ya no eran ojos: eran brasas encendidas, devoradoras, testigos de su creciente locura. Su vientre abultado se movía con espasmos oscuros, como si la criatura que gestaba también sintiera la proximidad del sacrificio.—Esta noche —murmuró, mientras pasaba un dedo por la mejilla de la niña—, el mundo de Liona y Darius se convertirá en ceniza… y yo, en su reina.El fuego chisporroteó cuando ella colocó una copa de plata bajo el altar. La copa no estaba vacía. Contenía sangre. De un Fae. De un inocente.—Cuando la luna sangre y el velo se rasgue, tú morirás, pequeña. Pero no será rápido.
C1-UN AMOR OCULTO.POV LIONA.—¿Por qué el Alfa tiene que comer comida cocinada? ¿No es más simple y nutritivo solo comer carne cruda? ¡Somos lobos! —me quejé mientras cortaba un poco de zanahoria. La hoja del cuchillo golpeaba con rapidez la madera, pero mi frustración no disminuía.Soy Liona Lindbergh, y desde que tengo razón soy esclava de la manada “CREPUSCULO”. Fui adoptada por una pareja de ancianos que me dieron un hogar hasta que la muerte los reclamó. Desde entonces, tuve que pagar mi comida y mi techo sirviendo en la cocina del Rey Alfa Darius.No tenía otra opción.Debía servir.—Deberías estar agradecida por tu talento en la cocina, de lo contrario solo tendrías que fregar los pisos como los demás esclavos —dijo Susan al entrar en la cocina.Me giré para dedicarle una sonrisa. Susan siempre decía lo que pensaba, sin importar lo duro que sonara.—Tu hermano es un hombre lobo, no un humano —le dije, sin contener mi sarcasmo.La pelirroja se rió mientras tomaba un trozo de fr