—¡Logan! —La escuchamos gritar emocionada. —Es su mejor amigo —explica Nélida—. Y tenía unos meses de viaje. —Lo sé, viajé con él desde Seattle. —¡Qué coincidencia! —Hola, Nélida —entra a saludar y le da un enorme abrazo. —¿Cómo estás, hijo? ¿Qué tal te fue? —Estoy bien y no la pasé mal, pero extrañaba demasiado a la familia y al rancho —responde—. Hola, Serenity —sonríe al verme. —Hola, Logan. —¿Qué tal el pequeño Lucca? —interroga Haimi. —Es muy guapo, se parece a mí —comenta orgulloso—. ¿Y Evan? —Está de viaje en la ciudad —contesta Nélida. —¿Cuándo regresa? —indaga el chico. —No lo sabemos, estaba un poco liado con algunos permisos de exportación —explica Haimi. —Nélida, ¿le da permiso a Haimi para ir al rancho conmigo? —Claro, pero no quiero que regrese tarde. —No se preocupe, prometo traerla temprano. —Llévale a Olivia un pastel —Prepara uno, se lo entrega y se van muy contentos—. Presiento que estos chicos se quedarán juntos —menciona al quedarnos solas. —Logan me parece muy buen muchacho. —Lo es, yo sería feliz al imaginarlos como pareja, aunque Evan no creo. —¿Por qué? ¿No le gusta Logan? —Sí, incluso se lleva muy bien con Liam, el padre de Logan, pero, digamos que es un papá muy celoso, y por supuesto, no quiere que su princesa crezca, no se ha dado cuenta que eso ya sucedió hace tiempo. —¿Qué edad tiene Haimi? —Tiene quince, pero desde que su madre falleció, Evan se ha dedicado a ella por completo —suspira—. Ni siquiera ha intentado rehacer su vida, según él no lo necesita. —Lo entiendo —suspiro. —¿Tú tampoco quieres volver a enamorarte? —No lo sé, no es algo que esté en mis planes —Me encojo de hombros—. En mi caso, nuestra separación fue a causa de una infidelidad —explico, ya que por alguna razón Nélida me inspira confianza—. Nos divorciamos hace tres años, cuando lo descubrí. —Que triste, hija —murmura—. ¿Y no te pidió perdón? —Sí, lo hizo, pero la herida que dejó en mi corazón era difícil de sanar para empezar de nuevo. Toma mi mano presionándola. —Te conozco muy poco, pero puedo sentir que eres una buena persona y me alegra que te valores lo suficiente para no perdonar una traición, que estoy completamente segura no te merecías, aunque en realidad nadie merece que la engañen —ratifica—. Soy de las mujeres que piensa que una traición es difícil de perdonar, porque si de verdad amas, no lastimas, buscas siempre el bienestar de tu pareja por sobre todas las cosas. —Es lo que siempre he pensado y no podría cambiar de opinión —confirmo—. Ahora no puedo quejarme, llevamos una buena relación, por nuestros hijos, pero nada más. —Eso habla de lo madura que eres, pero te diré lo mismo que le repito a mi Evan —Me observa detenidamente—. Eres muy joven y la soledad es muy triste. Los hijos tarde o temprano volarán del nido y es cuando te darás cuenta que de verdad necesitabas a alguien que esté a tu lado. —Eso es cierto, a veces la soledad me abruma demasiado y añoro a mis hijos. —Entonces hiciste bien en venir, aquí no te sentirás sola en ningún momento, ya lo verás. Sonrío agradecida. —Ahora pongamos manos a la obra o nadie cenará hoy en este rancho —bromea. Empezamos a preparar la cena y ayudo en lo que puedo, Nélida es una gran cocinera y estoy encantada de aprender de ella. Unas horas más tarde, ya tenemos todo listo y preparamos la mesa. Estamos por terminar, cuando regresan Haimi y George. —Necesito que regrese Evan —resopla George, quitándose el sombrero—. Tenemos pedidos demasiado grandes y solo él organiza todo eso. —Saluda primero, viejo —Lo recrimina su mujer. —Lo siento —Se disculpa, al verme—. Señorita Stewart —saluda. —Serenity —Lo corrijo y asiente. —Abuela, la familia Marshall tendrá una fiesta en algunas semanas —informa Haimi, entrando a la cocina. —¿Y eso? —Ann quiere celebrar que Logan regresó. —Bueno, celebraremos entonces —asegura—. La llamaré para saber si necesita algo. —Será una fiesta enorme —aplaude Haimi con entusiasmo. —Como todas las fiestas que ellos organizan —confirma George. Empezamos a cenar y realmente me siento muy cómoda, la familia Peterson es muy amable y me hacen sentir en familia. Me hablan de las fiestas que organiza la familia Marshall, a las que al parecer asiste todo en el pueblo ya que son increíbles y por supuesto me dicen que no me la puedo perder. —Permítame, yo recojo —Le pido a Nélida al terminar, quien de inmediato niega—. Por favor —insisto. —Eres nuestra invitada. —A esta invitada le gusta ayudar —respondo. —Entonces ven todos los días —bromea. Termino de recoger los platos y me despido, ya que es un poco tarde. —Mañana te esperamos para desayunar —dice Nélida. —No quiero molestar. —Déjate de tonterías, mujer —Me recrimina—. Te esperamos a las 6. —Me parece que me saltaré el desayuno —menciono divertida y se ríe. —Tienes razón, estás de vacaciones y yo te quiero hacer madrugar —mueve la cabeza como si estuviera recriminándose—. Entonces te esperamos para comer. —Eso está mejor—Me despido y regreso a la casa. Mientras camino observo a mi alrededor, se siente mucha tranquilidad en este lugar, a excepción del ruido que hacen algunos animales, los cuales me ponen un poco nerviosa y apresuro el paso, apenas llego a la casa y entro como si alguien me estuviera persiguiendo. Me quito los zapatos y me dejo caer en la cama, estoy agotada. Unos minutos después, me levanto de un salto, entro al baño para limpiarme la cara y usar mis cremas de noche, dejo mi cabello suelto y me pongo el pijama. En ese momento escucho mi teléfono y contesto de prisa. —Hola, hijo, ¿todo bien? —Hola, ma’ —saluda—. Sí, todo bien, ¿qué tal tu vuelo? —Tranquilo y más corto de lo que imaginé —Me recuesto en la cama—. Ya estoy por dormir. —¿Por qué? —indaga— Aún es temprano. —Estoy un poco agotada, ¿tu hermana está bien? —Sí, está en el jacuzzi imaginando que se convertirá en sirena en algún momento —Se burla. —¡Elán! —Lo recrimino y puedo escucharlo reír. —Mamá —Se queda en silencio unos segundos—. ¿Has hablado con mi padre? —Me marcó el día de mi cumpleaños, ¿por qué lo preguntas? —Lo he notado algo extraño, incluso siento que está bebiendo demasiado. —Tal vez solo es por el viaje, está disfrutando las vacaciones. —Puede ser —suspira, pero su voz suena preocupada. —¿No sabes si discutió con Adriana? —pregunto—. Puede ser eso. —No lo creo, ellos discuten todos los días, así que no me parece que ese sea el motivo. Su respuesta me toma por sorpresa, ya que pensaba que tenían una buena relación. —¿Le has preguntado? —indago. —Sí, pero dice que está bien. —Dale un poco de tiempo, tal vez solo se está relajando del trabajo. —Tienes razón —confirma—. Bueno ma’, no quiero molestarte. —No lo haces, hijo. —Quiero que disfrutes tus vacaciones. —Para ser mi primer día, me ha ido muy bien. —Me alegra escuchar eso —afirma. —Los dueños del rancho son muy amables. —Me da gusto —suspira—. Aunque es muy difícil que alguien se porte mal contigo, siempre te ganas a todo el mundo por tu carácter tan amigable. —Dices eso porque eres mi hijo. —Lo digo porque es cierto —confirma—. Ahora te dejo descansar. —Gracias, hijo, saluda a tu hermana de mi parte. —Lo haré, si sale del jacuzzi en el transcurso de la noche. —En lugar de burlarte, deberías usarlo tú también, a ver si eso te relaja un poco. —Yo prefiero ir a la piscina, ahí se disfrutan más las vistas —menciona coqueto. —Compórtate Elán. —Lo hago, ma’, sabes que estoy bromeando —asegura—. Te llamo después, te quiero. —Yo también, hijo, adiós. Dejo mi teléfono cargando, apago la luz y vuelvo a acomodarme. La cama es cómoda, pero por alguna razón me siento inquieta y no logro encontrar mi lugar por más que lo intento. Cierro los ojos y es imposible conciliar el sueño, tengo calor y estoy sofocada, siento que en cualquier momento se me acabara el aire. Me pongo de pie para abrir la ventana de la habitación y respiro profundo al sentir el aire fresco en mi cara por lo que me siento un poco mejor. Me quito el pijama quedando en ropa interior y vuelvo a la cama. Después de eso, por suerte, no tardo en quedarme dormida. Un ruido extraño me despierta, abro los ojos y miro al techo, lo que me hace recordar que no estoy en mi casa, de pronto siento que algo salta sobre mis piernas, me inclino un poco para encender la lámpara que está en la mesa de noche, y al revisar, me doy cuenta que hay un animal paseando por la cama. Pego un salto y grito asustada, el animal también se asusta con mis gritos y aletea por toda la habitación, mientras yo corro despavorida dando vueltas de un lado a otro asustándolo a tal grado, que no encuentra por donde salirse. No sé quién está más asustado de los dos. —¿Qué está pasando aquí? —grita un hombre, al abrir la puerta repentinamente logrando que me detenga al lado de la cama para mirarlo.
Hola chicas, espero que estén pasando una semana excelente. Les dejo otro capítulo, espero que lo disfruten, nos vemos la próxima semana para empezar con las actualizaciones diarias. Un abrazo enorme, gracias por tanto ❤️
—Ahí —señalo el animal, que sigue aleteando asustado. —¡Spark, fuera de aquí! —ordena con voz firme—. ¡Ahora! —grita señalando la puerta y parece que le entiende, porque se sale—. ¿Está bien? —Me pregunta, mirándome preocupado—. ¿Le hizo algo? En ese momento recuerdo que estoy en ropa interior y tomo rápidamente la sábana para cubrirme. —Lo siento —Se disculpa, avergonzado—. No debí entrar así, pero escuché su grito y me imaginé lo peor.—Le tengo miedo a los animales y me asusté al encontrar esa gallina sobre la cama —explico. —No es una gallina —aclara—. Es un gallo, se llama Spark y si ve una ventana abierta, entra. —¿Spark? —cuestiono. Con el miedo no logré diferenciar si era gallina o gallo. —Sí —responde—. Es inofensivo, pero con sus gritos, se asustó—. Se acerca a la ventana y la cierra —No es recomendable dejar las ventanas abiertas durante la noche —aconseja—. Tuvo suerte de que en esta ocasión fuera Spark el que entrara y no algún animal más peligroso. —¿Qué tipo
Al salir de la ducha, me pongo un pantalón azul, una blusa blanca, seco mi cabello y lo dejo suelto. Después de ponerme mis cremas para el cuidado de la piel, me pongo un poco de brillo en los labios y máscara de pestañas, nunca he sido de usar maquillaje muy cargado, pero me gusta arreglarme. —Serenity —escuchó la voz de Haimi y me acerco para abrir. —Hola, hermosas—Las saludo, ya que viene acompañada de Jasmine. —¿Sabes conducir? —pregunta Haimi. —Por supuesto. —Mi padre, mi tío y mi abuelo están ocupados y Jasmine quiere ir a casa de Olivia, para pasar un rato con las niñas —explica—. ¿Podrías llevarnos? Tengo las llaves de la camioneta de mi padre. —¿Estás segura que no habrá ningún problema? —Claro, mi abuela nos dio permiso. —Bueno, mi agenda está desocupada —bromeo y sonríe—. Así que vámonos —digo, saliendo de la casa. La camioneta de Evan es bastante nueva. Nos subimos, me aseguro de que se pongan el cinturón y sigo las instrucciones de Haimi, para llegar al ranc
Han pasado algunos días y estoy mucho mejor de lo que imaginé, es verdad que me he mantenido ocupada con todas las invitaciones que me han hecho, he intercambiado varias recetas con Nélida y estoy aprendiendo a preparar postres deliciosos. Si bien me invitan a comer con ellos todos los días, en algunas ocasiones cocino algo sencillo en la casa, ya que estar cerca de Evan, cada vez me pone más nerviosa y no sé cómo disimular lo que me provoca. Hay un pequeño supermercado cerca y he comprado las cosas necesarias para no molestar todo el tiempo, pero si no voy, Haimi y Jasmine me visitan.Llamo a mis hijos todos los días y siguen de viaje, parece que están disfrutando bastante su estadía en Nueva York, aunque al parecer regresaran mañana a Seattle, ya que tienen que preparar todo lo de la universidad y por lo que me dijo Elán, su padre continúa mal. Lupita dice que no debo preocuparme y que siga disfrutando de mis vacaciones, pero es un poco difícil, sobre todo por mis hijos. Estoy aseg
—¿En este río se puede nadar? —pregunto, al ver el agua tan clara cuando pasamos cerca. —Sí, aunque no te lo recomiendo. —¿Por qué? ¿Hay animales? —No precisamente, pero mis tres hijos son resultado de nadar en ese río —menciona con diversión y me hace reír. —Bueno, yo iría sola o con las niñas, no creo correr ningún peligro —bromeo. —Cierto, aunque advertida ya estás —afirma y soltamos una enorme carcajada. —Confieso que me encantaría volver a ser madre. —Ya sabes, invita a algún vaquero a nadar y asunto solucionado —sugiere, moviendo las cejas con diversión. Las carcajadas continúan durante el trayecto, aunque eso de nadar con un vaquero, me hace recordar a ese que me ha llamado la atención desde la primera vez que lo vi, ahora creo que Lupita tiene razón en que debería disfrutar mi vida y sobre todo, en que necesito orgasmos y no precisamente bebidos. Llegamos a la casa y la ayudo a bajar todo. Me quedo a comer con ellos y después de unas horas, Olivia me lleva de regreso a
—Disculpe que la moleste, pero quería asegurarme que Haimi está bien —dice Evan cuando le abro. Verlo en pijama y sin sombrero, me parece un poco extraño, siento que se ve más joven, además puedo notar su preocupación y eso me provoca algo extraño en el pecho. Salgo y cierro la puerta detrás de mí, para no despertar a Haimi. —Está bien, se quedó dormida hace unos minutos —menciono—. Pero ya estaba más tranquila. Se acomoda en una de las sillas y pasa sus manos por el cabello con frustración. —Fui a buscarla a su habitación y al no encontrarla tampoco con mi madre, me imaginé que estaría aquí. —Llegó llorando desconsolada —explico—. Está pensando que quieres deshacerte de ella. —Eso jamás —garantiza—. Ella es mi vida entera.—Solo es un malentendido, estoy segura que después de que hablen, todo se aclarará.Asiente y toma aire. —Hace varios años, mi mujer tuvo un accidente automovilístico, en ese tiempo vivíamos cerca de Nevada y ella había ido a una consulta porque llevaba ti
—Lo siento, Evan —Me disculpo aclarándome la garganta y alejándome rápidamente—. Debes pensar que estoy loca, entre el gallo y los coyotes —digo avergonzada.Él está pasando por un mal momento con su hija, me acaba de contar la triste historia de cómo murió su esposa y yo reacciono pensando en besarlo, como si fuera una chiquilla con las hormonas revueltas, sin contar que su hija está a tan solo unos pasos de nosotros.—En realidad, no podía pensar, mientras te tenía entre mis brazos —confiesa y lo miro sorprendida—. Lo mejor es que te deje descansar—Se aclara la garganta—, mañana regreso para hablar con Haimi.Asiento, ya que no sé qué decir ante mi bochornosa reacción.—Buenas noches, Serenity.—Buenas noches, Evan.Lo observo mientras se aleja y muevo la cabeza negando, después de todo creo que Lupita tiene razón, tal vez necesito sexo con urgencia o este hombre pagará las consecuencias de mi abstinencia.Me tranquilizo un poco y entro de nuevo a la casa. Vuelvo a la cama y me acom
Pasé la mayor parte de la mañana hablando con Lupita, colgamos bastante tarde y eso fue, porque yo le dije que tenía que prepararme para la fiesta. Dice que me desconoce por completo y yo también lo hago, jamás he sido una mujer que se deje llevar por lo que siente, muchos años me quedé callada ante la falta de atención de Tomás, y ahora, parezco una mujer desesperada, con ese pobre hombre que debe estar pensando que soy una atrevida. Entro a la ducha y al salir, empiezo a prepararme, dejo mi cabello suelto con ondas ligeras, me maquillo muy natural y me pongo un vestido rojo, con pequeñas flores blancas, que combino con unas sandalias muy cómodas. Estoy a punto de mandarle un mensaje a Olivia, para pedirle el favor de que envíe a alguien por mí, ya que seguramente todos en el rancho se habrán ido, cuando tocan la puerta. Abro y me sorprendo al encontrarme con Evan, está guapísimo con una camisa roja y un pantalón azul, trae su sombrero y sus botas. Está afeitado completament
Al terminar la canción y después de una gran ovación a los vaqueros, las niñas nos llevan a la pista a bailar, disfrutamos unas horas de baile y más comida, no tengo idea de como voy a dormir esta noche con tanta azúcar que comí. —Notaste que a pesar de la manera en que nos observaron en el supermercado, todavía vinieron a la fiesta —menciona Olivia, cuando vamos a sentarnos sin dejar de mirar a su alrededor. —Sí, lo noté, tal vez no te observaban a ti, si no a mí. —No lo creo, pero así es la gente, juzga y después te habla como si nada pasara. —Es incómodo, ¿no crees? —farfullo. —Cuando le das importancia, ahora no hay nada más importante en mi vida que mi familia y no presto atención a las habladurías. —Haces bien. —Y espero que tú también lo hagas, porque todo el día estuviste cerca de Evan, y eso mi querida Serenity, resonará en el pueblo, te lo aseguro. —Hasta ahora no he hecho nada —replico.—Porque no has querido, Evan te devora con la mirada en cada oportunidad que tie