Ahora sí mis bellas, nos vemos mañana. Un abrazo.
La casa de Serenity no está muy lejos del hotel, así que no tardamos en llegar. Me sorprendo cuando se detiene, ya que es una casa grande y moderna, entramos y puedo identificar a Serenity en cada rincón, aquí está su esencia. —Voy a ver si está mi madre, ¿me acompañas? —Prefiero esperar aquí. Asiente y se aleja, me quedo en la estancia esperando y camino a mi alrededor observando algunas fotografías en las paredes, Elán y Eilani aparecen en la mayor parte de ellas. —Ahí tenían un año —señala Serenity una de las fotografías, minutos después. —¿Fue muy difícil tener dos bebés al mismo tiempo? —pregunto con curiosidad. —Un poco, cuando no lloraba uno, lloraba el otro —sonríe—. Parecía que se ponían de acuerdo para despertarse, y aunque había ocasiones en las que me sentía agobiada, añoro esos momentos. La atraigo para abrazarla y me doy cuenta que ya se cambió de ropa, se ve preciosa con un pantalón azul y una blusa negra. —¿Qué pasó con tu madre? —Tienes suerte, no está —c
—¿Tomás? —cuestiono y asiente. —El primer y único amor de Serenity —responde—. ¿Eres consciente de eso? —De qué fuiste su primer amor, sí —aseguro—. De que eres el único, no. —Nadie me quitará ese lugar. —Mira Tomás, no pretendo borrar el pasado de Serenity, también tuve una vida antes de conocerla, las circunstancias unieron nuestros destinos y ahora lo único que me importa, es lo que vamos a construir juntos en nuestro futuro. —Estuvimos casados por muchos años. —Lo sé y por lo que tengo entendido, no supiste valorarla —rebato, intentando mantener la calma. —Ella no me ha olvidado —farfulla. —Y no creo que te olvide por completo, eres el padre de sus hijos y eso no va a cambiar, pero ahora soy yo quien estará a su lado, quien le hará el amor cada noche, el que despertará a su lado cada mañana y con quién hará planes para su futuro —expreso—. Y no es mi novia, es mi prometida —aclaro. —Lo sé, vi las fotografías en el teléfono de mi hijo —escupe y es ahora cuando comprend
Nos levantamos temprano, aunque nos cuesta un poco de trabajo, ya que estamos agotados, pero los hijos de Serenity la esperan para desayunar y no queremos llegar tarde. —Ayer sucedió algo que no te dije —confieso, mientras vamos en camino. —¿Qué? —Conocí a Tomás. —¿Dónde? ¿Cómo? —interroga. —Tranquila —digo al notarla un poco alterada—. Cuando bajé a comprar las pruebas, me alcanzó antes de subir al elevador. —¿Cómo supo que estábamos ahí? —Creo que le revisó el teléfono a Elán —supongo—, porque mencionó que vio nuestras fotografías y si revisó los mensajes, ahí yo le había dado la información del hotel. —¿Te dijo algo malo? —No importa lo que dijo, yo le deje claro que te amo y que nos vamos a casar. —Lo siento —Se disculpa, apenada—. No entiendo lo que sucede con Tomás, nunca lo había visto así, parece otra persona y… —Lo entiendo —La interrumpo. —¿A qué te refieres? —Si yo te perdiera, estaría igual o peor que él —respondo. —Tendré que hablar con él, su comportamiento
Pasamos toda la mañana en la clínica, ya que el médico envió a Serenity por exámenes de sangre, aunque valió la pena la espera, cuando nos confirmó el embarazo y no pude evitar gritar de alegría haciendo reír al doctor. Le recetó vitaminas prenatales y con las cuentas que ellos hicieron, tiene aproximadamente cinco semanas de embarazo; sin embargo, hasta que le hagan un ultrasonido podremos salir de dudas y el doctor dijo que era conveniente esperar a la siguiente cita. —Estoy hambrienta —dice al salir. —Te invito a comer —respondo, atrayéndola para abrazarla. Me siento completamente dominado por esta mujer, si ella me pidiera en este momento la luna, haría lo posible por traerla y ponerla a sus pies, no puedo quitarle las manos de encima. Tener contacto con alguna parte de su piel, me tranquiliza y devuelve la calma a mi ansioso corazón. Su teléfono timbra y sonríe al mirar la pantalla. —Es Lupita, nos invita a comer —anuncia al leer el mensaje—. ¿Quieres ir? —Claro, vamos.
El viaje es bastante entretenido, ya que Lupita es una mujer muy agradable y bromista. —Me recuerdas mucho a mi mejor amigo —confieso. —Serenity me ha hablado de él, pero tengo entendido que está en una relación. —Sí, y al parecer es algo serio. —Bueno, él se lo pierde —bromea—. Pero, tendrás que presentarme a otro vaquero —advierte—. Me lo debes. —Trato hecho —digo, dándole la mano para cerrar el trato. Llegamos a Miles City, apenas bajamos de la avioneta y nos reciben Haimi y mi padre. —¡Serenity! —grita mi hija emocionada, lanzándose a sus brazos—. Te dije que se iban a casar y no me equivoqué —Le recuerda. —¡Te extrañé, pequeña! —exclama al devolverle el abrazo. —Te extrañé mucho, papá —Me saluda por fin. —Y yo a ti, hija —aseguro dejando un enorme beso en su mejilla. —Ella es Lupita —La presenta Serenity—. Mi mejor amiga. Haimi la abraza. —Gracias por ese regalo de cumpleaños a Serenity —dice haciendo reír a Lupita—. Ese regalo fue para todos nosotros. —No tie
Después de saludar a Haimi y quedarme escuchando sus ideas para la boda, salgo y encuentro dos coches negros muy modernos. —Buenos días —saludo al hombre que se baja. —Vengo a dejar este coche para Muriel Bentancourt —explica. —Soy yo —dice Muriel a mis espaldas. Habla con el hombre, intercambian algunas palabras y él se va en el otro coche que al parecer lo está esperando. —Creo que no te veré por la tarde, me voy en unas horas —menciona Muriel. Asiento sin decir nada, camino al establo y recojo mi caballo para dar la ronda habitual. —Pensé que te quedarías a descansar —dice Liam al verme. —Hay mucho trabajo —respondo y me bajo del caballo. —Buenos días —saluda Douglas, al llegar unos minutos después. —Qué sonrisa tan grande —Se burla Liam. —Tener mujer en casa, cambia todo —contesta sin ocultar su felicidad—. ¿O no? —pregunta, mirándome. —Definitivamente sí —aseguro logrando que ambos se rían. Nos ponemos a trabajar y la mañana transcurre rápidamente, apenas te
La mañana comienza más temprano de lo que hubiera imaginado, Serenity se despierta antes que yo y cuando abro los ojos, ya está vestida, con un precioso vestido amarillo que resalta el color de su piel.—Buenos días —Me saluda, entregándome una taza de café. —Faltan algunas horas para que lleguen los chicos —Le recuerdo. —Lo sé, pero tu madre y Lupita me esperan para preparar la comida. —Acuéstate un poco más —Le pido y niega. —Te conozco, no solo será recostarme un poco más —Me recrimina—. Ya me voy, ¿te espero en casa de tu madre?—Claro, solo que primero iré a dar una ronda para revisar el ganado y después regreso por ti, para irnos al hangar. —Perfecto, gracias. —¿Estás nerviosa? —pregunto.—Un poco, no sé cómo van a tomar la noticia que les tenemos. —Estoy seguro que estarán contentos, ya lo verás —aseguro. En eso tocan la puerta. —Buenos días —saluda Haimi muy contenta, al entrar.—¿Quién te despertó? ¿Estás enferma? ¿Te duele algo? —La acribillo con preguntas, haciéndo
La semana transcurrió más rápido de lo que me hubiera gustado, aunque nuestra boda fue relativamente sencilla y privada, todos hicieron que fuera un momento muy especial. Serenity se veía preciosa con un vestido color beige y una corona de flores, estaba radiante y feliz. Douglas y Liam pasaron la mayor parte de la tarde burlándose de mi cara boba, dicen que solo me faltaba salivar, pero era muy difícil ocultar mi felicidad. Elán fue el encargado de acompañar a su madre hasta el improvisado altar que hicimos en el rancho, en el cual nos dio la bendición el cura del pueblo con unas emotivas palabras y muchos buenos deseos. Solo estuvieron nuestras amistades más cercanas, la madre de Serenity, llegó un día antes de la boda, y aunque en un principio me preocupaba un poco su interacción con mi madre, resultaron llevarse mejor de lo que imaginamos, ambas están muy felices con la llegada de los gemelos y disfrutó mucho de la boda, incluso yo diría que estaba bastante entusiasmada con Pedr