Hola mis bellas, hoy si dejo e primer capítulo del día temprano, si acaso quieren doblete, nos vemos nuevamente por la tarde. Un abrazo, feliz día.
Pasamos toda la mañana en la clínica, ya que el médico envió a Serenity por exámenes de sangre, aunque valió la pena la espera, cuando nos confirmó el embarazo y no pude evitar gritar de alegría haciendo reír al doctor. Le recetó vitaminas prenatales y con las cuentas que ellos hicieron, tiene aproximadamente cinco semanas de embarazo; sin embargo, hasta que le hagan un ultrasonido podremos salir de dudas y el doctor dijo que era conveniente esperar a la siguiente cita. —Estoy hambrienta —dice al salir. —Te invito a comer —respondo, atrayéndola para abrazarla. Me siento completamente dominado por esta mujer, si ella me pidiera en este momento la luna, haría lo posible por traerla y ponerla a sus pies, no puedo quitarle las manos de encima. Tener contacto con alguna parte de su piel, me tranquiliza y devuelve la calma a mi ansioso corazón. Su teléfono timbra y sonríe al mirar la pantalla. —Es Lupita, nos invita a comer —anuncia al leer el mensaje—. ¿Quieres ir? —Claro, vamos.
El viaje es bastante entretenido, ya que Lupita es una mujer muy agradable y bromista. —Me recuerdas mucho a mi mejor amigo —confieso. —Serenity me ha hablado de él, pero tengo entendido que está en una relación. —Sí, y al parecer es algo serio. —Bueno, él se lo pierde —bromea—. Pero, tendrás que presentarme a otro vaquero —advierte—. Me lo debes. —Trato hecho —digo, dándole la mano para cerrar el trato. Llegamos a Miles City, apenas bajamos de la avioneta y nos reciben Haimi y mi padre. —¡Serenity! —grita mi hija emocionada, lanzándose a sus brazos—. Te dije que se iban a casar y no me equivoqué —Le recuerda. —¡Te extrañé, pequeña! —exclama al devolverle el abrazo. —Te extrañé mucho, papá —Me saluda por fin. —Y yo a ti, hija —aseguro dejando un enorme beso en su mejilla. —Ella es Lupita —La presenta Serenity—. Mi mejor amiga. Haimi la abraza. —Gracias por ese regalo de cumpleaños a Serenity —dice haciendo reír a Lupita—. Ese regalo fue para todos nosotros. —No tie
Después de saludar a Haimi y quedarme escuchando sus ideas para la boda, salgo y encuentro dos coches negros muy modernos. —Buenos días —saludo al hombre que se baja. —Vengo a dejar este coche para Muriel Bentancourt —explica. —Soy yo —dice Muriel a mis espaldas. Habla con el hombre, intercambian algunas palabras y él se va en el otro coche que al parecer lo está esperando. —Creo que no te veré por la tarde, me voy en unas horas —menciona Muriel. Asiento sin decir nada, camino al establo y recojo mi caballo para dar la ronda habitual. —Pensé que te quedarías a descansar —dice Liam al verme. —Hay mucho trabajo —respondo y me bajo del caballo. —Buenos días —saluda Douglas, al llegar unos minutos después. —Qué sonrisa tan grande —Se burla Liam. —Tener mujer en casa, cambia todo —contesta sin ocultar su felicidad—. ¿O no? —pregunta, mirándome. —Definitivamente sí —aseguro logrando que ambos se rían. Nos ponemos a trabajar y la mañana transcurre rápidamente, apenas te
La mañana comienza más temprano de lo que hubiera imaginado, Serenity se despierta antes que yo y cuando abro los ojos, ya está vestida, con un precioso vestido amarillo que resalta el color de su piel.—Buenos días —Me saluda, entregándome una taza de café. —Faltan algunas horas para que lleguen los chicos —Le recuerdo. —Lo sé, pero tu madre y Lupita me esperan para preparar la comida. —Acuéstate un poco más —Le pido y niega. —Te conozco, no solo será recostarme un poco más —Me recrimina—. Ya me voy, ¿te espero en casa de tu madre?—Claro, solo que primero iré a dar una ronda para revisar el ganado y después regreso por ti, para irnos al hangar. —Perfecto, gracias. —¿Estás nerviosa? —pregunto.—Un poco, no sé cómo van a tomar la noticia que les tenemos. —Estoy seguro que estarán contentos, ya lo verás —aseguro. En eso tocan la puerta. —Buenos días —saluda Haimi muy contenta, al entrar.—¿Quién te despertó? ¿Estás enferma? ¿Te duele algo? —La acribillo con preguntas, haciéndo
La semana transcurrió más rápido de lo que me hubiera gustado, aunque nuestra boda fue relativamente sencilla y privada, todos hicieron que fuera un momento muy especial. Serenity se veía preciosa con un vestido color beige y una corona de flores, estaba radiante y feliz. Douglas y Liam pasaron la mayor parte de la tarde burlándose de mi cara boba, dicen que solo me faltaba salivar, pero era muy difícil ocultar mi felicidad. Elán fue el encargado de acompañar a su madre hasta el improvisado altar que hicimos en el rancho, en el cual nos dio la bendición el cura del pueblo con unas emotivas palabras y muchos buenos deseos. Solo estuvieron nuestras amistades más cercanas, la madre de Serenity, llegó un día antes de la boda, y aunque en un principio me preocupaba un poco su interacción con mi madre, resultaron llevarse mejor de lo que imaginamos, ambas están muy felices con la llegada de los gemelos y disfrutó mucho de la boda, incluso yo diría que estaba bastante entusiasmada con Pedr
A mi mente viene el recuerdo del momento en el que me despedí de Serenity hace unas horas, para que pudiera descansar y puedo sentir como la sangre abandona mi cuerpo en ese instante, mi corazón late con fuerza como si se fuera a salir de mi pecho en cualquier momento. Cabalgo a toda velocidad y el camino me parece eterno, conforme me acerco, puedo ver el humo saliendo de la casa, siento que no logro avanzar lo suficientemente rápido. Llego y me bajo de un salto, puedo ver las llamas aumentando cada vez más. —¡Evan! —Me detiene Lupita, al ver que estoy a punto de entrar. —¡Serenity está adentro! —exclamo y me suelto de su agarre sin prestar atención a lo que me dice. Puedo escuchar la voz de mi madre, pero no logro decifrar lo que está diciendo. Me acerco a la puerta, pero las llamas no me permiten entrar, estoy a punto de hacerlo cuando veo a Jeriko saliendo con Serenity en brazos, inconsciente. —¡Serenity! —grito asustado al verla. La tomo con cuidado y justo en ese momento vie
Por la mañana, el doctor nos dice que podemos irnos, siempre y cuando Serenity repose unos días, así que salimos del hospital muy temprano, por suerte mi padre me dejó la camioneta ayer por la noche y no tenemos contratiempos para regresar a casa. Al llegar, Serenity decide darse una ducha para descansar mejor y después se va a la cama, siguiendo las indicaciones del médico. —Voy a llamar a los chicos —suspira y asiento, mientras lo hace, me voy a la ducha para refrescarme y comenzar con la rutina del día. Al salir del baño, me dice que prefirió no contarles con detalle lo sucedido, pero sí les dijo que hubo un incendio que no pasó a mayores, en realidad tiene razón en no preocuparlos, porque yo sentí que morí cuando la vi inconsciente y no desearía que ellos pasaran por lo mismo. —¿Vas a trabajar hoy? —pregunta mientras me acomodo a su lado en la cama, ya estoy listo, pero me está costando separarme de ella. —No quisiera, pero tenemos cosas pendientes. —No te preocupes por m
Han pasado algunas semanas del incendio, por suerte todo está mucho mejor y mi mujer está cada día más hermosa. Decidimos derribar lo que quedaba de la casa, para construir otra un poco más grande, ya que mis padres querían mudarse para darnos nuestro espacio, algo que ni Serenity, ni yo aceptamos y la mejor opción que decidimos como familia, fue construir algo para ellos y así tenerlos cerca. —Buenos días —saludo al entrar a la cocina y noto a Serenity y a Lupita cuchicheando, a veces las escucho hablando de orgasmos y solo me da risa, pero en esta ocasión las noto un poco serias. —Buenos días —responden las dos al mismo tiempo. Me acerco le doy un beso a mi preciosa mujer y en eso entra mi mamá. —Douglas está histérico con los preparativos de la boda —dice mi madre, ya que se casarán esta tarde. —Ahora voy para ver si necesita ayuda —respondo. —Llévale un tranquilizante para toros —bromea—. Eso lo ayudará. Las carcajadas de Lupita me hacen reír. —Voy a ayudar a Mei con