Tres días después Leah había recibido una llamada inesperada, bueno no totalmente inesperada, pero era una sorpresa. Jimmy, el padre del Gavin, se había comunicado con ella para informarle que necesitaba, haciendo énfasis en la última palabra, hablar con ella urgente. El corazón de Leah se detuvo por un momento, y le preguntó entre tartamudeos si Gavin se encontraba bien, lo cual el hombre había respondido que sí, sin embargo había cosas que ambos tenían que saber.
No preguntó más, y se emprendió camino en dirección al club, aunque una fila de vehículos blindados la seguía de manera disimulada.
Las calles estaban casi vacías, lo cual no era raro ya que era pasado el mediodía y el sol quemaba de una forma en la cual haría que su piel se pusiera roja. Antes de salir se bañó en bloqueador solar, dios sabía
El silencio pareció reinar durante unos minutos y luego el caos llegó a ellos de la manera menos esperada. Gritos resonaron fuera de las puertas de la oficina de Jimmy, el sonido de disparos era ensordecedor, las explosiones sonaban como si estuviesen junto a su oído, pero sabía que no era así. Toda aquella escena infernal se desataba puertas afuera, donde la gente que quería también estaba luchando.— ¡Mierda! metete debajo del escritorio. — le gritó Gavin, sacando un arma de la cintura de sus pantalones y saliendo por la puerta.— Pero…—Gavin desapareció, Jimmy salió por detrás de él y la puerta fue cerrada rápidamente.Leah movió su mano en dirección a su teléfono en el bolsillo de sus jeans corto, tomó el aparato y marcó el número de Kyle. Pero detuvo su dedo antes de presionar el bot&
Había cosas malas que venían con el paquete de ser un adulto completamente funcional. Una de ellas era no poder faltar al trabajo dos semanas seguidas por estar de luto, sin embargo le habían conferido tres días libres para asistir al velorio y luego tomar un día de descanso. Aunque eso no había sido suficiente, había momentos, como ahora mismo, donde se encontraba sentada en la sala de descanso con Robin a su lado, donde las lágrimas simplemente salían como si hubiesen abierto un grifo en sus conductos lagrimales y no podía detenerlas.— ¿S-se encuentra bien? —preguntó Robin con cautela, mirándola de reojo.No la miraba fijamente cuando los ojos de Leah estaban llenos de lágrimas, o tal vez si lo hacía y ella no podía distinguirlo por las lágrimas.— Claro que sí. —se limpió las lágrimas con el antebrazo y siguió revisando los papales de contaduría. Había pequeñas perdidas de dinero cada mes durante seis años, pero cuando juntaba todo el dinero “perdido” la suma era exorbitante.— La
Las horas pasaban de manera lenta, sin embargo parecía que su cuerpo exigía más con el avanzar de las agujas del reloj.Su mano se encontraba cubriendo con pereza sus ojos. Había intentado dormir por más de media hora sin conseguirlo, así que se limitaba a evocar recuerdos en su mente, algunos momentos felices que no ocurrirían nunca más puesto que una de las personas que era participe de ellos estaba muerta y la otra parecía haber desarrollado algún odio hacia ella con la revelación de las noticias que habían tenido cuando Jimmy murió.Llevaba más de una semana sin tener noticias de Gavin.Era increíble como las cosas podían cambiar en cuestión de minutos. Y también como ella misma podía cambiar con las circunstancias vividas.Jimmy había muerto. Había perdido a Gavin para siempre. Y lo más sorprendente de todo era que no había tenido tiempo de pensar en su progenitor ni un solo minuto desde que el descontrol comenzó a hacer mella en su vida de manera lenta pero concisa.— Ese no es
— ¿Estas completamente segura? — Leah asintió con la cabeza y le tendió las pruebas de embarazo a Kyle.Observó con detenimiento como el rubio miraba las pruebas en sus manos y luego cerraba los ojos. Cuando los abrió había decisión, y tal vez algo de miedo en sus ojos, pero se lo notaba listo para enfrentarse a cualquier cosa.— Esto no es algo que tenía planeado. —murmuró ella tomando asiento en la cama, miró sus manos y vio que temblaban. Estaba nerviosa, confundida, indecisa y por sobre todo, estaba aterrada. No había forma en el mundo en el que ella pudiera hacerse cargo de un niño…ser una buena madre.Nunca había tenido un ejemplo de lo que significaba una buena madre, su madre solo le había enseñado como ser una completa perra y disfrutar del sufrimiento de los demás, además de enseñarle que no todas las personas venían con el instinto materno incluido, al menos no para ella.— ¿Qué quieres hacer? —preguntó Kyle tomando asiento a su lado, agarro una de las manos de Leah y ella
Aquel que mira al mundo por encima del hombro siempre cae.Y ella cayó; tan profundo que se dañó para siempre.Para Leah las cosas siempre son servidas en bandeja de oro, como hija del mafioso más buscado de USA, como hermana de los miembros más respetados del FBI y como protegida del MC Black Crows. No había forma de que las cosas salieran mal.Pero un día, un día donde no obedece una orden, un día donde solo decide ser una adolescente más, es suficiente para que pague por ser hija del enemigo. Ahora ya no se siente segura en ningún lado, ni siquiera en su propia casa.¿Sera él capaz de ahuyentar todos sus miedos?
Los Ángeles, California — 3 de abril de 2017Una mano envolvió su cabello y tiró de ella con fuerza ocultándola en el callejón, las cosas no pintaban nada bien desde que se había escapado del colegio para visitar a un amigo, súmenle a eso las constantes cartas de amenaza que recibía y los pasos que sabía que la seguían cuando caminaba sola por algún lugar. No era tonta, ella estaba completamente segura que la gente que estaba a punto de secuestrarla planeaba hacerlo desde hace mucho tiempo y las cosas que ella sentía era solo su inconsciente avisándole sobre el peligro que se avecinaba.Quiso gritar, pero era demasiado tarde, una mano con guante presionó con fuerza su mandíbula para evitar que el grito salga de su garganta.Los ojos le escocían, no lloraba desde hacía tiempo, pero ahora sentía el miedo real cruzando por sus
Dos meses después del incidente…15 de julio de 2017Anthony Norman Reeves y Nickolas Carpenter fueron condenados a veinticinco años de prisión sin libertad condicional. Los hermanos de Leah se habían encargado que todo el peso de la ley cayera sobre ellos a medida que el juicio se iba llevando a cabo. Habían sacado trapos sucios de los criminales de hasta debajo de las rocas. El final había sido bueno, pero sus hermanos seguían refunfuñando que hubiesen preferido cadena perpetua a unos míseros veinticinco años.Ella por su parte estaba feliz, sabía que a partir de ahora tendría que tener más cuidado a la hora de salir de casa, porque enemigos de su padre había por todos lados, pero enemigos de sus hermanos…bueno, el mundo estaba lleno de ellos.No solo por las empresas multimillonarias que ellos dirigían, herencia de su
19 de junio de 2017— Vamos chicas que si quieren un cuerpo digno tienen que hacer los abdominales. —ladró la voz de la instructora del gimnasio.Leah soltó un resoplido mientras contaba cuantos abdominales iba haciendo en su mente. Sentía como si fuego quemase dentro de su estómago mientras tenía las piernas en el aire y realizaba los abomínales sin pegar su espalda al suelo.Resultaban más difíciles de lo que parecían, y lo decía por experiencia propia.— Okay, pueden detenerse. — habló la mujer. Todas dejaron sus movimientos y se desplomaron sobre las colchonetas.No importaba su sudorosa espalda, o el agua que corría desde su rostro hasta su pecho. Nada importaba, solo la sensación de calma que les brindaba ese pequeño descanso de un minuto.— Ay por Dios, siento como si fuera a parir. &mdas