13 de abril de 2013
Leah temblaba mientras su estómago gruñía de hambre. Habían pasado tres días desde la última vez que había probado un bocado, y desde que vio a su madre por última vez.
No sabía porque la había dejado allí, pero tampoco tenía muchas expectativas en cuanto a la mujer. No era precisamente una buena hija, pero su madre no tenía el premio a la madre del año. Desde que sus hermanos se habían ido al extranjero hacia un año que su madre se había puesto peor con ella.
Nunca había sido cariñosa, tampoco era del tipo de mujer comprensiva o amorosa. Pero ahora había empeorado.
Llevando diferentes hombres cada noche, y desentendiéndose por completo de Carter, siendo este tan solo un bebé
¡Hola a todos/as! Me presento, como habrán leído mi nombre es Camila. Esta es una de las primeras historias que escribí cando tenia como catorce, ahora está bastante pulida y creo que quedó mucho mejor para que sea compartida con todos ustedes. Verán en la historia el comportamiento errático de la protagonista, lo cual es bastante normal considerando la historia, la vida y la edad, pero déjenme decirles que las cosas se pondrán interesantes mas adelante. Como me quedo sin palabras ya me despido espero de todo corazón que lo disfruten. Les mando un abrazo gigante.
Presente — 20 de junio de 2017 Los Ángeles California, Bar de los Black Crows La música resonó en sus oídos, el olor a cerveza y comida frita ingresó en sus fosas nasales trayendo recuerdos de los días que pasó en ese lugar, aunque también el característico olor a sudor de los miembros del MC. La piel de sus brazos se puso de gallina mientras miraba los conocidos rostros, algunos se notaban contentos mientras conversaban unos con otros, pero también veía caras sombrías mientras se perdían la bebida. Dos meses habían pasado desde la última vez que vio aquellas chaquetas de cuero con el parche característico de los Black Crows en la espalda. 21 de junio de 2017Los Ángeles California, Richmond International Private SchoolLeah caminó por los pasillos del colegio mientras Lyon la seguía a una distancia prudente para no incomodarla, el guardaespaldas se tomaba muy enserio su trabajo cuando de ella se trataba.Lo conocía desde los trece, cuando comenzó a vivir con sus hermanos luego de que fueran por ella al bar del MC, desde entonces Lyon era como su sombra, él sabía todo de ella, pero ella no sabía nada de él. El hombre era un completo misterio. No pasaba desapercibido enCapítulo ocho: Él
21 de junio de 2017Los Ángeles California, Mansión de los Héller— ¿Qué haces tú aquí?La persona le regaló una sonrisa y se acercó a saludarla, tomó su mano suavemente y depositó un beso en el dorso.— Un gusto verte de nuevo.Leah sacudió la mano y le dio una mala mirada al hombre rubio.— ¿Por qué estás en mi casa? ¿Qué…?— ¡Kyle! Pensé que no llegarías hasta las siete. —dijo Ryan riendo mientras chocaba los puños con el uniformado.— Me dieron el resto del día libre por mi cumpleaños. —comentó riendo. — Dan me dio las llaves y dijo que ya había avisado al servicio sobre mi estancia…— Eh, disculpen ¿alguien podría decirme qué es
21 de junio de 2017Los Ángeles California, Mansión de los HéllerLeah se sentó frente a su hermano, a su lado izquierdo casualmente estaba Kyle y a su derecha se había sentado Gavin.Todos conversaban animadamente mientras ella sentía una fuerte presión por la presencia del policía a su lado. ¿Por qué se había sentado a su lado? No es que le molestara, al contrario, pero se encontraba sopesando aún la idea de que aquel hombre a su lado era el chico al que había seguido como un perrito faldero cuando era niña.Gavin charlaba de manera animada con Adam y su novia, sabía que se llevaría bien con el más accesible de los cuatro abogados, Santiago había llegado minutos antes con una cara infernal, parecía que no la había pasado nada bien en su día. Leah decidió no preguntar o comentar al res
21 de junio de 2017Los Ángeles California — Federal Bureau of Investigation Leah se removió incomoda mientras Daniel la miraba fijamente. Había llegado allí luego de salir del centro comercial, su hermano había estado viendo las noticias cuando la vio aparecer en pantalla y había llamado al guardia de seguridad para pedir, de manera poco amable, que la llevara directo a la oficina del FBI para tener una charla, mejor conocida como gritarle lo irresponsable que era por mostrar su rostro en la prensa luego del escándalo que se había armado Twitter hacía pocos días.— Así que… ¿es esa una Dionaea muscipula? — preguntó con una sonrisa mientras los ojos verdes de su hermano tiraban chispas. — Son plantas increíbles, pero dudo que sean para tenerlas en una oficina.El mal carácter de Daniel
No recorrieron un largo camino hasta el aparcamiento donde la motocicleta de Kyle yacía estacionada.— ¿Tu realmente crees que esto es una buena idea? —pregunto ella cuando vio la motocicleta frente a sus ojos.No era a lo que estaba acostumbrada, sin dudas. Donde las motocicletas de los miembros del MC eran más… ¿sencillas? La moto de Kyle era todo lo contrario. La gran estructura negra parecía mezclar su figura y hacer una cosa completamente diferente, Leah no estaba segura de que era lo que más le causaba terror en aquel vehículo de dos ruedas. Quizá lo grande que era, o tal vez la forma en la que el asiento donde ella iría sentada se elevaba por unos centímetros más arriba de donde estaba ubicado el asiento de Kyle. Aunque todo era en si una sola estructura.— Sip. —respondió el con una sonrisa mientras aceleraba sin avanzar.— &iqu
Los ojos de Leah observaron con fijeza las vidrieras, su mano se encontraba llena de bolsas mientras que las manos de su acompañante estaban del mismo modo. Aun así, no podía dejar de comprar, sus hermanos ya le habían dicho que no era normal que una persona gastase tanto dinero todos los días que iba de compras, aun así no podía evitarlo. El instinto era más fuerte. O eso quería pensar para evitar afrontar el hecho de sus compras compulsivas debían tratarse con un psicólogo y no realizando más compras. Ingresó a la tienda que llevaba minutos observando, en cuestión de segundos las bolsas desaparecieron de sus manos mientras la atendían mejor que a la mismísima reina de Inglaterra, lo cual ya estaba acostumbrada.
Tres horas después del incidente, Mansión Héller — Los Ángeles, California —...no será fácil, pero tampoco digo que llegue a ser imposible. — dijo el hombre trajeado mientras se removía incómodo en los asientos. Leah le dio una mirada de reojo, pero lo ignoró, sus hermanos por otro lado taladraron al hombre con la mirada mientras ambos mantenían el ceño fruncido, sabiendo que nada bueno saldría de aquella conversación. — ¿Solo eso? ¿En qué tipo de escuela se recibió para hablar de ese modo? — preguntó Daniel tomando un trago de vodka del vaso que había sobre la mesa, Leah lo miró sin parpadear, completamente segura de que nunca lo había visto actuar de ese modo. Tampoco lo vio vestir de aquella manera, una camiseta manga corta de color blan