Jonathan Bonnet—¡Alejandra! ¡Despierta! Vamos despierta nena —Insisto moviendo su cuerpo desesperado, inclinando mi cuerpo todo lo que puedo para alcanzarla con mis manos, mientras se encuentra sobre la alfombra.Verla tan indefensa me descoloca dejo de pensar correctamente levantándome de la silla inclinándome sobre su cuerpo inerte para tomarla entre mis brazos levantando su pequeño cuerpo para colocarla con cuidado sobre la cama.—¡Por favor despierta Alejandra! No, me asustes de esta manera ¡Dios! Mi amor no me hagas esto me equivoque, prometo dejar de ser tan idiota —Mi mirada recorre la habitación en busca de mi teléfono o el suyo.Recordando donde buscar mi teléfono que lo llevo en el bolsillo de mi pantalón lo saco para buscar el número del médico con gran dificultad porque el temblor en mis manos no me permite sostener con facilidad el teléfono.—Señor Bonnet, esta todo bien —Dice el medico al otro lado de la línea al segundo tono.—Doctor necesito su ayuda se trata de mi es
Jonathan Bonnet—¿Qué sucedió con Alejandra? —Mi madre espera conmigo en el recibidor mientras es atendida por el medico —Hijo, por favor explícame ¿Por qué últimamente andas tan alterado todo el tiempo? Si, ella es la razón líbrate de esa mujer. No, es bueno para tú salud.—Mamá, te quiero, pero quieres dejar de interferir en mi vida, ¿Cuándo me obligaron a casarme con ella? Todos estuvieron de acuerdo por el trato que hicieron ¡Nadie me pregunto qué quería realmente! Ahora, estas en contra.—Hijo, estoy en contra porque esa mujer dejo de amarte hace mucho para el colmo te es infiel con uno de tus ex socios, puedes imaginar que escandalo cuando en todo New York se corra el chisme.—Según tú madre a mí no me importa lo que digan—¡Jonathan! Debe importarte nuestra familia no será la comedilla de nadie, además esta Melissa pobre chica esperando a mi primer nieto.—No, reconoceré a ese niño mis hijos son los que tenga con Alejandra. Además, madre me extraña que insistas con ese niño, cu
Alejandra Marie CostaEsa torre alta cuyo reloj predomina en el centro a pesar de verse lejos el armónico sonido, que produce llega hasta donde nos encontramos.El Big ben, no puede ser que signifique… esto acaso es un mal sueño ¡No, puedo estar en Inglaterra! Mis manos comienzan a temblar.—Jonathan, me puedes explicar que significa lo que veo —Pregunto temerosa de su respuesta.—Estamos en Londres, Alejandra —Dice tranquilamente.—¿Cómo dices Jonathan? ¿Cuándo autorice que me trajeras a este país? —Las lágrimas en mis ojos comienzan a formarse —Responde.—No, necesito tú consentimiento para sacarte del país si lo hago por tú bien. Tenías demasiado estrés en casa, por lo que decidí que nos mudaríamos.—Al otro lado del mundo —Digo con voz temblorosa.—Míralo de esta manera es una oportunidad para iniciar de cero.Richard Müller—¿Qué estás diciendo Marian? ¿Cómo que Inglaterra?—Ne enteré que se encuentra en ese país por Lina —La mencionada me mira asintiendo.—¿Cómo? Tan de repente.
Richard MüllerEl chisme mas candente del momento está relacionado conmigo y Victoria.Según las malas lenguas dicen que me comprometí con ella pero nada más lejos de la realidad.Hace dos días me encontré en un restaurante con Victoria, para aclarar lo que ocurrió hace ocho días que me costó sentir desde entonces que muero lentamente por mi separación con Alex.Me siento desesperado por no tener noticias de ella, marco su número esperando que me responda, pero no sucede. Marian, esta buscando una pista de donde se encuentra exactamente mi niña.—Richard, estoy tan feliz que me buscarás después de nuestro malentendido —Dice Victoria retorciendo sus manos.—¿Malentendido? Si, se puede decir que eso fue sin ninguna intención tuya Victoria de causarme problemas con Alex.Ella, sonríe nerviosa negando.—Te aseguro que no fue premeditado Richard, por un breve momento me permití soñar que volveríamos a estar juntos.—¿Qué te hizo pensar por un momento eso? Si, hace un tiempo te dije que est
Jonathan BonnetSu mirada se llena de sorpresa permanece en silencio por muchos minutos que me parecen realmente eternos, hasta que niega diciendo.—Jonathan, mi hijo tiene un padre que merece la oportunidad de decidir si quiere formar parte en su vida independientemente como este su relación conmigo —Insiste Alejandra.—¿Qué pasa si no lo desea Alejandra? Te someterá a estrés que puede ser perjudicial para ti y el bebé ¡No, estoy de acuerdo! Que continues con esa necesidad de insistir con Müller después de todo.—No, debes estarlo mi opinión es lo que importa porque soy su madre espero que lo entiendas Jonathan.Su expresión me indica que en este momento no lograre absolutamente nada de seguir insistiendo por lo que asiento permitiendo que crea tener la última palabra.—De acuerdo, ahora puedes comer un poco de comida por el bien de ambos —Me juego la carta que puede con ella en este momento.—Esta bien —Acepta, mientras mi corazón se remueve inquieto.—¿Qué se te apetece? Enviare po
Alejandra Marie Costa—¿Está bueno? —Pregunta Jonathan mientras engulló el suflé de queso sin respirar solo asintiendo —Me alegro, por lo menos tienes un poco de comida en tú estómago.Luego se queda en silencio toma una cuchara estirando su brazo hacia mi suflé mientras frunzo el ceño de inmediato.-—¡Oye! ¿Qué se supone haces con mi suflé? —Regaño, al verlo cortar un pequeño trozo para luego llevárselo a la boca.—¡Muy bueno! —Dice degustando el trocito que robo —Ahora entiendo porque es tu pastelería favorita en Londres.—Si, hubieras comprado para ti porque no pienso compartir —Digo con advertencia en mi mirada.Jonathan, sonríe como si mi advertencia callera en saco roto encogiendo sus hombros.—Y también parece que las hormonas del embarazo te volvieron glotona, has comido tres de esas porciones que traje para mí también, pero con el apetito que tienes dudo que pruebe uno completo. Ya que me dejaste sin nada.¡Yo glotona! Me siento ofendida pero luego poso mi mirada en la mesa c
Jonathan BonnetSalgo de su habitación furioso sin poder borrar de mi mente ese maldito nombre murmurado por sus labios.Ella es mía solo en un maldito papel, me mortifico meciendo mi cabello, porque me recuerdo que Alejandra le pertenece a ese hombre en todos los demás sentidos.Me siento en la maldita silla para dirigirme a mi habitación que está a pocos metros de la suya, una vez dentro camino hacia el baño desnudándome en el camino con la visión de mi erección que a pesar de los celos que me embargan no logro dominar el deseo que me come por dentro.—Alejandra —Repito dolido metiéndome bajo la ducha para conseguir apagar el fuego que corre por mis venas.¿Cuándo tiempo voy a soportar solo contemplarla deseando poseer su cuerpo y corazón?Me volveré locoAlejandra Marie CostaHoy las cosas no parecen tan terribles como ayer que sentía como si mi respiración la perdería en cualquier momento al recordar la noticia del compromiso de Richard.Después de pensarlo bien he llegado a la co
Alejandra Marie CostaMi mirada se concentra fuera de la enorme ventana de vidrio sonando despierta con Richard, mientras mi corazón se aprieta llevando mi mano sobre mi inexistente pancita.Lo extraño tanto que cada día es más difícil pensar que acepte un trato con Jonathan, pero eso fue diferente.Al menos antes vivíamos en el mismo país tenía la oportunidad de robar breves momentos para nosotros de saber que, aunque debía vivir en casa de Jonathan, podía verlo en el club o la universidad.¡Pero ahora como verlo! Si está al otro lado del mundo.Para el colmo de mis males sin un número telefónico al llamar al menos para escuchar su linda voz eso me hace sentir tan mal.-—Sucede algo malo últimamente la nota bastante melancólica, disculpe que me entrometa, pero comienza a preocuparme ¡Quizás esté cayendo en un tipo de depresión!Dice mostrando preocupación Lisseth, aunque tiene poco de conocerme todo el tiempo me muestra ser sincera.—Solo extraño mi vida anterior a este lugar sabe, e