Alejandra Marie CostaEsa torre alta cuyo reloj predomina en el centro a pesar de verse lejos el armónico sonido, que produce llega hasta donde nos encontramos.El Big ben, no puede ser que signifique… esto acaso es un mal sueño ¡No, puedo estar en Inglaterra! Mis manos comienzan a temblar.—Jonathan, me puedes explicar que significa lo que veo —Pregunto temerosa de su respuesta.—Estamos en Londres, Alejandra —Dice tranquilamente.—¿Cómo dices Jonathan? ¿Cuándo autorice que me trajeras a este país? —Las lágrimas en mis ojos comienzan a formarse —Responde.—No, necesito tú consentimiento para sacarte del país si lo hago por tú bien. Tenías demasiado estrés en casa, por lo que decidí que nos mudaríamos.—Al otro lado del mundo —Digo con voz temblorosa.—Míralo de esta manera es una oportunidad para iniciar de cero.Richard Müller—¿Qué estás diciendo Marian? ¿Cómo que Inglaterra?—Ne enteré que se encuentra en ese país por Lina —La mencionada me mira asintiendo.—¿Cómo? Tan de repente.
Richard MüllerEl chisme mas candente del momento está relacionado conmigo y Victoria.Según las malas lenguas dicen que me comprometí con ella pero nada más lejos de la realidad.Hace dos días me encontré en un restaurante con Victoria, para aclarar lo que ocurrió hace ocho días que me costó sentir desde entonces que muero lentamente por mi separación con Alex.Me siento desesperado por no tener noticias de ella, marco su número esperando que me responda, pero no sucede. Marian, esta buscando una pista de donde se encuentra exactamente mi niña.—Richard, estoy tan feliz que me buscarás después de nuestro malentendido —Dice Victoria retorciendo sus manos.—¿Malentendido? Si, se puede decir que eso fue sin ninguna intención tuya Victoria de causarme problemas con Alex.Ella, sonríe nerviosa negando.—Te aseguro que no fue premeditado Richard, por un breve momento me permití soñar que volveríamos a estar juntos.—¿Qué te hizo pensar por un momento eso? Si, hace un tiempo te dije que est
Jonathan BonnetSu mirada se llena de sorpresa permanece en silencio por muchos minutos que me parecen realmente eternos, hasta que niega diciendo.—Jonathan, mi hijo tiene un padre que merece la oportunidad de decidir si quiere formar parte en su vida independientemente como este su relación conmigo —Insiste Alejandra.—¿Qué pasa si no lo desea Alejandra? Te someterá a estrés que puede ser perjudicial para ti y el bebé ¡No, estoy de acuerdo! Que continues con esa necesidad de insistir con Müller después de todo.—No, debes estarlo mi opinión es lo que importa porque soy su madre espero que lo entiendas Jonathan.Su expresión me indica que en este momento no lograre absolutamente nada de seguir insistiendo por lo que asiento permitiendo que crea tener la última palabra.—De acuerdo, ahora puedes comer un poco de comida por el bien de ambos —Me juego la carta que puede con ella en este momento.—Esta bien —Acepta, mientras mi corazón se remueve inquieto.—¿Qué se te apetece? Enviare po
Alejandra Marie Costa—¿Está bueno? —Pregunta Jonathan mientras engulló el suflé de queso sin respirar solo asintiendo —Me alegro, por lo menos tienes un poco de comida en tú estómago.Luego se queda en silencio toma una cuchara estirando su brazo hacia mi suflé mientras frunzo el ceño de inmediato.-—¡Oye! ¿Qué se supone haces con mi suflé? —Regaño, al verlo cortar un pequeño trozo para luego llevárselo a la boca.—¡Muy bueno! —Dice degustando el trocito que robo —Ahora entiendo porque es tu pastelería favorita en Londres.—Si, hubieras comprado para ti porque no pienso compartir —Digo con advertencia en mi mirada.Jonathan, sonríe como si mi advertencia callera en saco roto encogiendo sus hombros.—Y también parece que las hormonas del embarazo te volvieron glotona, has comido tres de esas porciones que traje para mí también, pero con el apetito que tienes dudo que pruebe uno completo. Ya que me dejaste sin nada.¡Yo glotona! Me siento ofendida pero luego poso mi mirada en la mesa c
Jonathan BonnetSalgo de su habitación furioso sin poder borrar de mi mente ese maldito nombre murmurado por sus labios.Ella es mía solo en un maldito papel, me mortifico meciendo mi cabello, porque me recuerdo que Alejandra le pertenece a ese hombre en todos los demás sentidos.Me siento en la maldita silla para dirigirme a mi habitación que está a pocos metros de la suya, una vez dentro camino hacia el baño desnudándome en el camino con la visión de mi erección que a pesar de los celos que me embargan no logro dominar el deseo que me come por dentro.—Alejandra —Repito dolido metiéndome bajo la ducha para conseguir apagar el fuego que corre por mis venas.¿Cuándo tiempo voy a soportar solo contemplarla deseando poseer su cuerpo y corazón?Me volveré locoAlejandra Marie CostaHoy las cosas no parecen tan terribles como ayer que sentía como si mi respiración la perdería en cualquier momento al recordar la noticia del compromiso de Richard.Después de pensarlo bien he llegado a la co
Alejandra Marie CostaMi mirada se concentra fuera de la enorme ventana de vidrio sonando despierta con Richard, mientras mi corazón se aprieta llevando mi mano sobre mi inexistente pancita.Lo extraño tanto que cada día es más difícil pensar que acepte un trato con Jonathan, pero eso fue diferente.Al menos antes vivíamos en el mismo país tenía la oportunidad de robar breves momentos para nosotros de saber que, aunque debía vivir en casa de Jonathan, podía verlo en el club o la universidad.¡Pero ahora como verlo! Si está al otro lado del mundo.Para el colmo de mis males sin un número telefónico al llamar al menos para escuchar su linda voz eso me hace sentir tan mal.-—Sucede algo malo últimamente la nota bastante melancólica, disculpe que me entrometa, pero comienza a preocuparme ¡Quizás esté cayendo en un tipo de depresión!Dice mostrando preocupación Lisseth, aunque tiene poco de conocerme todo el tiempo me muestra ser sincera.—Solo extraño mi vida anterior a este lugar sabe, e
Alejandra Marie Costa—Hola, señorita está ahí me escucha puede decirme su nombre…Ya ni respondo mis ojos se inundan de lágrimas por el terrible dolor en mi vientre, comienzo a quejarme audiblemente atrayendo la mirada alarmada de Lisseth.Que se mueve de prisa en mi dirección tomando el teléfono mientras me sostiene con un brazo con cuidado, manteniendo su rostro sereno.Lisseth corta la llamada sin molestarse en responder a la insistente mujer al otro lado de la línea. Mientras me ayuda llegar a la cama en su mirada hay preocupación.—Alejandra, respira despacio llamare por ayuda de acuerdo, todo estará bien. No te preocupes usted y su bebé estarán bien —Luego marca un numero pidiendo una ambulancia.¿Por qué pide una ambulancia? Pero luego veo con horror el piso manchado con sangre ¡No, mi bebé no!—Lisseth… mi bebé —Digo asustada, pero ella no responde concentrada con quien está al otro lado de la línea telefónica.No, puedo perder a mi bebé nuestro hijo Richard, me lamento entre
Richard MüllerEntrecierro mis ojos sin lograr entender porque ellas se encuentran aquí en especial sabiendo que no son del agrado de mis padres. Aunque claro mi madre es incapaz de tratar mal a una persona sin importar lo desagradable que le resulte.—Señora Müller, nos enteramos sobre su esposo, esperamos que se encuentre mejor —Murmura Milena, acercándose con un ramo de flores que extiende hacia nosotros.—Gracias, Milena —Dice mi madre tomando las flores para luego colocarlas en un jarrón.Luego mamá las invita sentarse como agradecimiento al gesto mientras mi mirada se concentra en ambas mujeres preguntándome en que momento se enteraron sobre mi padre.Entre su conversación sin ninguna participación de mi parte me distraigo cuando mi teléfono comienza a vibrar en mi bolsillo observo la pantalla confirmando que se trata de Marian.—Debo, responder esta llamada mamá regreso en un momento —Me excuso saliendo de la habitación bajo la mirada interrogativa de Milena, llego al pasillo c