Richard Müller Me despierta la entrada de una llamada con el tono que reconozco perfectamente a quien pertenece se trata de Victoria. Para ella debe ser muy tarde por la diferencia de horarios ¿Que puede querer? solo espero que su llamada no se deba a nada malo. Tomo mi teléfono llevándolo de mala gana a mi oído, mientras concentro mi mirada en la hermosa mujer que descansa a mi lado. —Hola, Victoria —Richard, soy Milena, mi hija está muy mal, no para de llorar a tratado de ser fuerte pero está muy deprimida, tengo miedo que enferme solo tú puedes hacer que entre en razón. —Milena —Repito su nombre no era quien esperaba al otro lado de la línea. —Por favor Richard, no abandones a mi hija —Como me pide eso permanecer con Victoria a costa de mi felicidad. Contempló descansar a mi niña linda pacíficamente ajena de la conversación. —Lo siento, Milena deje claro desde un principio que mi ayuda la tendrían pero no me pidas que acuda a ella, cada vez cuando tiene un ataque depresivo
Jonathan Bonnet Richard ¿Por qué tiene que entrometerse? Acaso no quedó claro que ella es mi esposa. Que no es libre para ser cortejada por el idiota. —Jonathan, estas escuchando. Atiende su petición Alejandra quiere permanecer lejos de ti puedes respetar sus deseos —Dice como si su recordatorio me hará entrar en razón. —Richard, ella es mi esposa —Le recuerdo por si olvido que Alejandra es mi esposa. Pero el hombre que me iguala en estatura solo me estudia con una mirada de disgusto. Me pregunto ¿Cuánto tiempo tomara para que mi querido amigo se muestre como realmente es su personalidad? Con Alejandra presenta una fachada. Si ella llegara a conocerlo bien permanecería lejos de Richard. —Eso no significa nada Jonathan, existen leyes que protegen a una mujer si no quiere estar con su ex pareja eso aplica para todos sin importar de quien se trata. Claro esas leyes también se aplican a mi querido amigo pienso pero me lo guardo. —Seguro de eso —Digo, sin evitar el tono de burla e
Jonathan Bonnet —¿Qué estás diciendo Jonathan? –Interroga Victoria elevando su voz. —Richard, está interesado en otra mujer y ella es precisamente mi esposa ¿Quiero que vengas a corregir esta situación? Si, realmente quieres mantenerlo a tú lado. Debes ayudarme a mantenerlo alejado de Alejandra. Al otro lado escucho su respiración agitada está alterada, sonrió por su reacción veamos como sobrelleva este problema Richard. —Esposa porque no logras controlarla se salió de tus manos, necesitas consejo para mantenerla contigo Jonathan, no pensé que fueras un hombre con problemas para mantener una mujer a tú lado —Dice con tono sarcástico Victoria. Infeliz mujer si no necesitará un obstáculo entre Alejandra y Richard, ni la involucraría. Tengo diferentes métodos pero por persuasión de Eli es mejor que me contenga, pero si no resulta lo que tramo con Victoria, tomaré otras medidas. —Viajare en dos días tengo que poner en orden algunas cosas antes pero tranquilo nadie va interponerse en
Richard Müller Un sentimiento desconocido se propaga por mis venas con mis manos hechos puños observo como la mujer que anhelo con todo mi corazón se encuentra entre los brazos de otro hombre. Estoy por enloquecer mis emociones son tan fuertes que el único pensamiento que ronda en mi cabeza en este momento es arrebatársela a la fuerza. No, entiendo dónde nace la urgencia de reclamarla como mía. Sé que ese hombre es su marido que como se vea aún tiene un tipo de derecho sobre ella. Eso es lo que más me enfurece que continúan casados y que en cualquier momento Jonathan puede envolverla con promesas falsas. Doy unos cuantos pasos en su dirección, pero mi intención se queda en nada cuando la mano de Marian en mi brazo me contiene. —No, es buena idea, ella está a salvo mientras no reconozcan su identidad —Vuelvo mi mirada hacia Marian quien se mantiene firme. Recordándome porque debo controlar mis impulsos. Alejandra Marie Costa Jonathan, concentra su mirada sobre mi rostro, aunque
Alejandra Marie Costa ¿Pero qué está haciendo Richard? Jamás en mi vida había sentido tanto miedo como en este momento, aunque estoy segura que no me echara de cabeza, no logro evitar sentir mis nervios a flor de piel. Observo su mano extendida en mi dirección me armo de valor para tomarla apenas puedo evitar inhalar ruidosamente, cuando Richard coloca sus labios sobre el dorso de mi mano, mirando directamente a mis ojos con una dulce sonrisa en sus labios. —Soy Lexía —Murmuro con voz temblorosa, por mi atrevimiento de inventarme un nombre. —Un placer Lexía —Dice, Richard guiñando su ojo derecho. Si será terrible este hombre sonrió muy a mi pesar con su actitud que está torturando mis nervios. —Espero que no te moleste si los acompaño con la cena, tengo hambre y no quiero comer solo. No, tienes problemas con mi presencia —Continua provocando a Jonathan porque es un hecho que de eso se trata. Niño bobo es mi pensamiento en este momento. —Claro, por favor puede acompañarnos —M
Alejandra Marie Costa Richard me guía todo el camino fuera del Club tomados de la mano. Me siento extraña hasta u poco culpable, a pesar de saber que no le debo nada. Sin embargo no logro evitar pensar que Jonathan están en este mismo lugar y puede descubrirnos. Nuestros pasos nos llevan cada vez más lejos al llegar al estacionamiento, mi respiración se normaliza. Aunque mi temor siempre está presente. —Alex, tranquila voy a cuidar de ti, no permitiré que Jonathan, continué apareciendo constantemente. Donde te encuentres. Además hablaré con mis abogado para resuelva tú divorcio lo prometo. Asiento aunque no creo que sea una tarea fácil. —El problema no es solo Jonathan, también mi padre que se niega permitir mi divorcio no entiendo porque su empeño en mantenerme en ese matrimonio —Digo dejando ver en mi voz lo confundida que me siento con la actitud de mi padre. —No te preocupes encontraremos una solución. Por el momento es mejor que Jonathan, no se entere que eres tú. Asiento
Jonathan Bonnet—Espero que no piensen que van a interponerse en mi camino. Son simples empleados… Apártense de mi camino.Digo tratando de contener mi genio, odio que se metan en mi camino. Concentrado en retirarlos de mi paso escucho la voz de Richard quien desciende las escaleras.—¿Qué te trae a mi casa Jonathan? Y sobre que son simples empleados te equivocas son mi personal de confianza por lo que te pido, más respeto no estás en tú mansión y ellos no laboran para ti. En mi familia no se acostumbra maltratar a quienes mantienen en orden nuestro hogar. Así que respeta a mis empleados.Ladra Richard viéndose molesto deteniendo sus pasos antes de bajar las escaleras junto a Marian que siempre actúa como su sombra.—Sabes ¿Por qué estoy aquí no me andaré por las ramas sé que mi mujer está en tú casa?—De verdad, ¿Cuál mujer Jonathan? Hablas de quien ignoraste por años. Hasta donde tengo entendido están por divorciarse y otra mujer por quien puedes reclamar es Melissa pero ella no est
Alejandra Marie Costa ¡Santo cielo! Esta desnudo Es mi primer pensamiento luego de cerrar mis ojos con fuerza ¡No, puede ser me muero de la vergüenza! Para evitar mi seguro golpe contra el suelo aferre mis manos en la toalla que llevaba Richard, cubriendo sus estrechas caderas. Hay no puede ser ¿Por qué me está pasando esto a mí? Ahora como voy a verlo a la cara. Después de apreciar su cuerpo completamente desnudo como llego a este mundo. Tengo entre mis manos su toalla mientras mi mejilla descansa sobre su firme y cálido pecho, sus brazos me rodean protectoramente. —Mi niña estas bien —Asiento, sin pronunciar una sola palabra. Con miedo de verlo a la cara por la vergüenza que siento —¿Estas segura Alex? ¿Qué sucede porque no quieres hablar? ¿Por qué? Acaso no sabe porque ¡Que no me haga decirlo! Ruego en mi interior. De repente me sorprende soltando una sonora carcajada, mientras me muero de temor por invadir su privacidad. —Alex, fue un accidente tranquila mi niña linda. Ta