Richard Müller —Necesito que agilicen lo más pronto posible el divorcio de Alejandra. Confío en que ustedes pueden resolverlo, son excelentes en su trabajo —Digo, observando al trío de abogados sentados frente a mi escritorio. —Señor Müller, pondremos nuestro esfuerzo en resolver el divorcio de la señora Costa lo más pronto posible, según la información proporcionada no será fácil un divorcio pacífico. Pero buscaremos la manera de lograr un buen resultado —Dice, Preston. —Marian, proporcionará toda la documentación que necesiten, no escatimen en nada. Y señores por favor que Alejandra, no tenga que enfrentarse a Bonnet, en un juicio. Eso no deben permitirlo —Dejo claro ya que no quiero exponerla a ese estrés. —Entiendo, señor Müller, pero en esta situación y considerando de que son personas de alto perfil es probable que el juez encargado del divorcio, solicite un careo a puertas cerradas con ellos. Por qué asumo que el señor Bonnet, agotara todos sus recursos para mantenerla legal
Alejandra Marie Costa Jonathan inclina más su cuerpo en mi dirección hasta ponerse prácticamente de rodilla ¿Pero qué hace? Esto no es propio de él, mostrarse de esta forma conmigo. —Alejandra, solo dame una oportunidad, por favor para que descubramos juntos una faceta diferente todavía estamos a tiempo. Diferente, aún estamos a tiempo son palabras que resuenan en mis oídos pero no hacen eco en mi ¡No, ahora! —Jonathan, del tiempo que hablas no queda nada. Es tarde entiendes no puedo volver a lo mismo. Además ahora tengo… —Es por Richard, responde Alejandra ¿Estas enamorada de él? —Me corta de inmediato sin dejarme terminar de hablar. —No, tengo porque responder nada. Mi vida no es tú problema, hace mucho tiempo deje de ser la esposa con quien te casaste ahora solo quiero que firmes los papeles del divorcio de una buena vez. Ante mis palabras la mirada de Jonathan se transforma en algo que no entiendo. Parece como si reflejara dolor aunque puedo estar equivocada. Luego cambia n
Richard Müller Al llegar a casa lo primero que hago es preguntar por Alex. El ama de llaves, saluda luego me señala hacia la biblioteca, asiento dirigiendo mis pasos en su dirección. Durante todo nuestro trayecto por la carretera no para de pensar en los múltiples escenarios con los que me encontraría al llegar a casa, pero aunque me esperaba encontrarla en un mar de lágrimas, realmente no estaba preparado, me duele el corazón por ella. Con su rostro oculto en el hombro de Lina. A penas se amortigua el sonido de sus sollozos. Mi pecho se apretó un poco más ¿Que pudo hacerle para dejarla en este estado tan lamentable? Lina, cuando se percata de mi presencia eleva su mirada coincidiendo con la mía negando con su cabeza. —Alex Pronunció su nombre esperando que corresponda mi llamado, por su cuenta sin forzarla. ¿Qué hizo el idiota de Jonathan? Para que ella este tan afectada, me preguntó viendo su estado tan lamentable. —Ven, mi niña dime qué sucede —Extiendo mis brazos en su dire
Richard Müller —Papá ¿Qué sucede? Está todo bien, con mi madre —Es lo único que se me ocurre preguntar, porque es uno de los motivos para que mi padre me llame. Aunque también existe otro pero ni quiero, pensar en tener nuevamente una discusión con mi padre otra vez por Victoria. —Tú, madre está bien Richard, solo un poco decepcionada de enterarse que estuviste en Alemania. Y no te molestaste en visitarnos. Eres un hijo muy desconsiderado con tus padres en especial por el cual fue el motivo de tú viaje. Hasta cuando Richard, continuaras haciéndote cargo de esa mujer pensé que después del tiempo que ha pasado reflexionarías pero sigues con lo mismo. Acaso no existen más mujeres en este mundo, incluso ahí en New York, deben haber otras mujeres más adecuadas para ti que esa traidora. Suspiro con pesar conozco, cuanto le afecta a mis padres que mantenga a Victoria cerca. Nunca estuvieron de acuerdo con mi ayuda, hacia ella y su madre después de todo lo que ocurrió. —Papá, cálmate, tú
Su prometida… su prometida esas únicas dos palabras rebotado con fuerza en mi corteza cerebral, es algo que no me esperaba, aunque sabía que era mala idea reunirme con ella. Tenía una leve esperanza de estar equivocada sobre ella, pero a juzgar por lo primero que salió de su boca, aceptar reunirme con esta mujer fue una mala idea. Pero aquí estoy como una tonta. —Veo que por tú silencio, no esperabas lo que dije —Inspira una bocanada de aire para agregar con mucha calma —Seguro, sabes sobre nuestra historia. Cometí un error del cual me arrepiento, como no tienes idea Alejandra. Pensé que su corazón me había perdonado pero al parecer no fue así de lo contrario ni estarías aquí conversando conmigo. ¿Qué trata de insinuar? Concentró mi mirada en su rostro ¿Ah, que se refiere? —Richard, solo busca darme una lección de la peor manera utilizando a otra mujer para lastimarme. Por eso está a tú lado —Agrega con una incómoda sonrisa, Un malestar incomodo invade mi estomago —¡Escúchame Al
Llegar al restaurante tomo un poco de tiempo cada minuto de tardanza me puso más ansioso. Esta reunión acordada entre ellas no me gusta ¿Qué pretende Milena? Porque definitivamente esto es obra suya no puedo estar equivocado como dice Marian. Ah nuestra llegada me dirigí al maître por información ¿Sobre dónde se encontran ellas? Al dirigirnos a la mesa, las únicas presentes son Milena y Victoria. ¿Dónde está mi niña? Miro en una dirección diferente buscado por ella. —¿Dónde está Alex? —Digo sin rodeos al colocarme frente a las dos mujeres que elevan sus rostros sorprendidas. No me andaré por las ramas preguntó directamente. —Vaya Richard realmente te vez preocupado por esa muchacha, sin importar los sentimientos de mi hija, quien viajo para verte a pesar de su accidente ¡A caso no te importa! —Me ataca Milena conteniendo un poco su tono de voz. Victoria eleva su vacía mirada suplicante hacia la voz de su madre. —Mama no es el momento de reclamos, Richard sabe lo que hace
Jonathan Bonnet Alejandra camina sin prisa con una chica a su lado mientras conversan por el pasillo, sigo sus pasos escuchando su conversación. Me sorprende que tenga una amiga con la suficiente confianza para hablar sobre Richard, aunque me muero de los celos, estoy sorprendido con la capacidad de Victoria de hacer dudar a Alejandra sobre su intento de relación. Observo la familiaridad entre mi esposa y esa chica, en mis años casado con ella jamás me hice la tarea de conocer sus amigas, ¿Qué otras cosas no conozco de ella? Como tan poco sabía que le gustaba bailar en lo cual es muy hábil ¿Qué más desconozco sobre mi esposa? Antes que se pierdan de mi vista pronunció en voz alta su nombre “Lexia” el nombre falso que me dijo hace un tiempo. Ni siquiera sospecha que conozca su verdadera identidad a pesar que siempre anda cubierto su rostro, pero un solo descuido fue todo lo que necesite para enterarme. Ellas detienen sus pasos a pocos centímetros de distancia por la forma que
Richard Müller El ritmo del tango mantiene toda la atención de los presentes, camino en compañía de Melissa hacia la mesa donde se encuentra Jonathan. No sé exactamente que se propone Melissa pero me hago una idea por su actitud que viene en plan de guerra. Pero contra quien ¿Jonathan? ¿Alex? La despampanante rubia se contonea sobre sus tacones, atrayendo la mirada de muchos hombres a su paso en el salón, quienes son completamente ignorados por la mujer que solo tiene ojos para Bonnet. —Melissa, Richard ¿Qué hacen ustedes dos aquí? —Pregunta un Jonathan bastante confuso con nuestra presencia. Pasa si mirada de uno al otro preguntándose porque llegamos juntos. —Amor no me esperabas ¡Cierto! Vine porque me enteré de una buena fuente que últimamente frecuentas mucho este Club. Y pensar que la primera vez que viniste no estabas muy motivado de venir —Dice Melissa mientras rodea con sus brazos por detrás el cuello de Jonathan. —Melissa… En ese momento Bonnet pierde el hilo de lo si