Richard Müller Al colgar la llamada con Alex me concentro con una sonrisa en mi misión. —Esta tobillera es especial con dijes de su elección —Dice la dependiente de la tienda donde me encuentro buscando la joya perfecta para mi niña. —¿Quiero una tobillera que lleve por dijes un rubí y un diamante —Pido, las piedras preciosas de nuestros nacimientos. —Claro, señor tenemos varias elecciones para que elija la más apropiada, solo un minuto regreso enseguida. —Espero —Digo, mientras me relajo en el sofá bebiendo una copa de vino. —Regresara para despedirme de la señorita Victoria —Pregunta Marian, haciendo que mí calma se pierda. —No, iremos directo al hotel, no quiero regresar a esa casa, mucho menos discutir con Milena, que no logra entender la situación con su hija, así que descansaremos lejos de ese estrés, saldremos mañana a primera hora. —Entiendo, eso es lo mejor —Marian, ante mi mirada se queda callada luego de su primer comentario para después agregar —Todo, está listo, e
Alejandra Marie Costa ¡Por favor… por favor! Ruego en mi interior que Eli ¡Por una vez deje de ser tan estricta! con su afán de obedecer órdenes ciegamente termine arrojando mi futuro al precipicio, en algún sitio en su personalidad tan obedece reglas debe existir también una mujer que le tienda una mano a otra en problemas. Que se apiade un poco de mi… —No, encontré a la chica señor —Alivio recorre por mi cuerpo —Si, supongo que solo terminan sus presentaciones luego se retiran. Entiendo, estaré más pendiente, como ordene llegare dentro de unos minutos solo reviso un poco y pregunto dónde puedo buscarla. La mirada de Eli no me pierde de vista murmurando, pequeñas mentira a mi favor con esto siempre estaré eternamente agradecida con ella. Que no me echara de cabeza ya que esta mujer es fiel a mi esposo. Retira el teléfono de su oreja soltando un suspiro por lo visto no, era la única con los nervios de punta en este momento. —Señora Alejandra, me meteré en un serio problema ¡Si!
Alejandra Marie Costa “Jonathan me descubrió” ese pensamiento me golpea al sentir la presión de una fuerte mano reteniendo mi brazo. No, es doloroso pero si con la intensidad necesaria para evitar que escape. Considerando mis opciones de no tener más alternativa me tocara enfrentarlo. Estoy a punto de decir algo, cuando presto más atencion su colonia ese delicioso aroma no corresponde con los recuerdos que guardo en mi memoria de Jonathan. ¡No, se trata de Jonathan! Mi confirmación que no se trata de ese hombre se aclara al escuchar una voz diferente a la de mi esposo, que me arrastra suavemente contra su cálido musculoso pecho. Rodeando mi cintura con uno de sus brazos para mantenerme fija a su cuerpo. ¡Richard!, pero como me reconoció. —Mi niña preciosa, puedo reconocerte incluso disfrazada de un lindo osito —Su cálido aliento mentolado inunda mis sentidos al murmurar tan cerca del lóbulo de mi oreja, que luego coge con sus dientes. Respondiendo a mí pregunta no formulada. —Ri
Richard Müller Dentro de mi habitación con Alex entre mis brazos me dirijo a la cama, durante nuestro viaje ella se quedó profundamente dormida, no iba a despertarla hablaría con ella, más tarde por ahora que descanse. Coloco a mi niña sobre la cama envolviendo su cuerpo con los cobertores solo unos minutos permaneceré lejos de ella, voy a mi armario busco unos chantajes los intercambio por mi ropa actual, veo mi rostro en el espejo consiente que mis acciones pueden parecer malas, pero son todo lo contrario. Quiero una relación bonita con Alejandra, que sea feliz a mi lado. Al regresar a la recamara mi visión de ella, durmiendo sobre mi cama no tiene precio daría lo que fuera porque su presencia sea permanente. Me meto bajo las frazadas rodeando con mi brazo su cintura se siente también que daría lo que fuera, por qué esto no se trate de una sola noche ¡Quiero que ella esté en mi cama todos días! Sueño despertar con ella siempre. Alejandra Marie Costa Siento la presión de un cá
Richard Müller Me despierta la entrada de una llamada con el tono que reconozco perfectamente a quien pertenece se trata de Victoria. Para ella debe ser muy tarde por la diferencia de horarios ¿Que puede querer? solo espero que su llamada no se deba a nada malo. Tomo mi teléfono llevándolo de mala gana a mi oído, mientras concentro mi mirada en la hermosa mujer que descansa a mi lado. —Hola, Victoria —Richard, soy Milena, mi hija está muy mal, no para de llorar a tratado de ser fuerte pero está muy deprimida, tengo miedo que enferme solo tú puedes hacer que entre en razón. —Milena —Repito su nombre no era quien esperaba al otro lado de la línea. —Por favor Richard, no abandones a mi hija —Como me pide eso permanecer con Victoria a costa de mi felicidad. Contempló descansar a mi niña linda pacíficamente ajena de la conversación. —Lo siento, Milena deje claro desde un principio que mi ayuda la tendrían pero no me pidas que acuda a ella, cada vez cuando tiene un ataque depresivo
Jonathan Bonnet Richard ¿Por qué tiene que entrometerse? Acaso no quedó claro que ella es mi esposa. Que no es libre para ser cortejada por el idiota. —Jonathan, estas escuchando. Atiende su petición Alejandra quiere permanecer lejos de ti puedes respetar sus deseos —Dice como si su recordatorio me hará entrar en razón. —Richard, ella es mi esposa —Le recuerdo por si olvido que Alejandra es mi esposa. Pero el hombre que me iguala en estatura solo me estudia con una mirada de disgusto. Me pregunto ¿Cuánto tiempo tomara para que mi querido amigo se muestre como realmente es su personalidad? Con Alejandra presenta una fachada. Si ella llegara a conocerlo bien permanecería lejos de Richard. —Eso no significa nada Jonathan, existen leyes que protegen a una mujer si no quiere estar con su ex pareja eso aplica para todos sin importar de quien se trata. Claro esas leyes también se aplican a mi querido amigo pienso pero me lo guardo. —Seguro de eso —Digo, sin evitar el tono de burla e
Jonathan Bonnet —¿Qué estás diciendo Jonathan? –Interroga Victoria elevando su voz. —Richard, está interesado en otra mujer y ella es precisamente mi esposa ¿Quiero que vengas a corregir esta situación? Si, realmente quieres mantenerlo a tú lado. Debes ayudarme a mantenerlo alejado de Alejandra. Al otro lado escucho su respiración agitada está alterada, sonrió por su reacción veamos como sobrelleva este problema Richard. —Esposa porque no logras controlarla se salió de tus manos, necesitas consejo para mantenerla contigo Jonathan, no pensé que fueras un hombre con problemas para mantener una mujer a tú lado —Dice con tono sarcástico Victoria. Infeliz mujer si no necesitará un obstáculo entre Alejandra y Richard, ni la involucraría. Tengo diferentes métodos pero por persuasión de Eli es mejor que me contenga, pero si no resulta lo que tramo con Victoria, tomaré otras medidas. —Viajare en dos días tengo que poner en orden algunas cosas antes pero tranquilo nadie va interponerse en
Richard Müller Un sentimiento desconocido se propaga por mis venas con mis manos hechos puños observo como la mujer que anhelo con todo mi corazón se encuentra entre los brazos de otro hombre. Estoy por enloquecer mis emociones son tan fuertes que el único pensamiento que ronda en mi cabeza en este momento es arrebatársela a la fuerza. No, entiendo dónde nace la urgencia de reclamarla como mía. Sé que ese hombre es su marido que como se vea aún tiene un tipo de derecho sobre ella. Eso es lo que más me enfurece que continúan casados y que en cualquier momento Jonathan puede envolverla con promesas falsas. Doy unos cuantos pasos en su dirección, pero mi intención se queda en nada cuando la mano de Marian en mi brazo me contiene. —No, es buena idea, ella está a salvo mientras no reconozcan su identidad —Vuelvo mi mirada hacia Marian quien se mantiene firme. Recordándome porque debo controlar mis impulsos. Alejandra Marie Costa Jonathan, concentra su mirada sobre mi rostro, aunque