Alejandra Marie CostaSus labios se deslizan lentamente por mi cuello mientras sus dedos se mueven con precisión soltando el broche que mantiene en su sitio mi vestido para luego fijar mi trasero contra la parte baja de su abdomen.—Puedo desvestirme sola Richard —Lo provoco con una sonrisa disfrutando de su lengua encendiendo fuego inmenso en mi vientre.—Lo sé, pero últimamente prefiero hacerlo Yo es mucho más divertido —Su aliento cálido envuelve mis sentidos distrayéndome por un momento.—Mi amor deja de intentar distraerme necesitamos hablar —Digo no muy convencida de querer interrumpir la deliciosa sensación que provoca su húmeda lengua en mi clavícula.—Mmm ¿Segura? Porque me parece todo lo contrario por la forma que contienes tú respiración creo que deseas lo que quiero hacerte —Refuta con una risita.—Richard—¿Qué mi amor? ¿No estoy haciéndolo bien acaso no te gusta? —Insiste con diversión en su voz pues claro que me gusta, pero está consiguiendo distraerme, para que no siga
Alejandra Marie CostaAsiento aceptando no hacer nada descabellado como sugerido Richard, aunque debería sentirme indignada por acusarme de tomar decisión en el calor del momento. Pero no lo hago estaría equivocándome porque tiene razón la última vez que me deje llevar nos costó varios meses de angustia separados con solo recordarlo se me oprime el corazón por lo que digo.—Lo prometo mi amor no vuelvo hacer tonterías pensando que con eso resolveré algo cuando la realidad es que solo complico las cosas.Richard busca mi frente con sus labios depositando un dulce beso mientras me atrae sobre su regazo acomodándome con cuidado entre sus brazos. —En tú teléfono encontramos varias llamadas de diferentes números entre ellos incluso de Jonathan —En tú teléfono encontramos varias llamadas de diferentes números entre ellos incluso de Jonathan, pero eso no llamo nuestra hasta que escuchamos un mensaje de voz que te envió —Espero sin hacer ningún comentario esperando porque supongo que por al
Richard MüllerEn el interior de la biblioteca la expresión en el rostro de cada una de las personas se mantiene sereno dándome una sensación nada agradable porque anuncia una tormenta con Alex firmemente aferrada a mi mano caminamos despacio hasta buscar donde sentarnos. Rompiendo el hielo que invade cada rincón del lugar murmuro.—Bien que tienes para nosotros —Me dirijo a Tessa que mantiene sus ojos como siempre en su computadora moviendo sus dedos a una velocidad vertiginosa como si su vida dependiera de ello.—De acuerdo un minuto proyecto las imágenes —De repente la pantalla a nuestra derecha se ilumina mostrando videos de seguridad del restaurante siento la tensión que emana del cuerpo de mi mujer al reconocer de quien se trata —¿Este hombre es el mismo que vieron en el hospital?Tanto Alex como Brayan asienten confirmando que es la misma persona que no existe ninguna duda que en las dos ocasiones estuvo presente ese hombre.—Su nombre es Carlo Dubois un hombre con muchos conex
Alejandra Marie CostaDespués de la reunión Richard me llevo de regreso a nuestra habitación toda y cada una de las palabras discutida se guardaron a fuego en mi cabeza. Me convertí en el blanco de un hombre con mucho poder todo por su necesidad de complacer a un hijo que hasta ahora conoce su existencia.Aunque Richard busco distraerme como últimamente suele hacerlo no puedo dejar de pensar en lo que dijo mi hermano. Solo durante nuestro dulce encuentro entre las sabanas fui capaz de olvidarme de nuestras preocupaciones, pero ahora envuelta entre sus brazos mientras mi esposo duerme profundamente después de tanto tiempo en vela no puedo sacar de mi mente esas palabras.“El querido recién aparecido papá de Jonathan es un maldito mafioso que viene por mi hermana”Richard insistió que buscaría al responsable de motivar sus acciones hablaría con Jonathan para que contenga a su padre, pero a diferencia de mi esposo no estoy muy convencida que eso solucione nada. El mismo pensamiento compa
Richard MüllerLa mirada en el hombre es tan parecida a su hijo que resulta difícil negar que son familia es la versión mayor de Jonathan definitivamente, pero a diferencia de quien es su hijo él inspira respeto como también te hace saber que es una persona de cuidado a pesar de su jovialidad.—Tomen asiento muchacho no llevaremos ninguna conversación con usted plantados en el piso como estatuas no me gusta que mis invitados se sientan incomodos —Señalando los asientos libres en la mesa. Tanto Marian y Yo tomamos asiento frente al hombre y su hija esta ultima me observa con atención como esperando que cometa un error la mujer más que su hija parece ser su guardaespaldas.Me pregunto que clase de hombre utiliza su hija como seguridad.—Richard Müller esperaba tener la oportunidad de conversar contigo así llegar aun acuerdo que posiblemente nos beneficie a todos.Murmura dirigiéndose a mi como si fuéramos viejos conocidos igual cuando recibí su llamada pidiendo reunirnos.—¿Qué clase
Jonathan BonnetEl teléfono sobre la mesa de noche anuncia una llamada entrante estiro mi brazo cogiendo el dichoso aparato con mi mano para luego deslizar mi dedo sobre la pantalla sin cerciorarme de quien se trata aun semi inconsciente con los ojos cerrados hago todo sin ningún entusiasmo realmente me importa un carajo quien me esté llamando de madrugada.Pero cuando escucho su melódica voz al otro lado de la línea pierdo completamente el sueño.—¿Jonathan? —Es ella reconocería su voz incluso inconsciente —¿Jonathan?—Alejandra —Digo incorporándome en la cama para colocar mi espalda contra el respaldo de madera con mi corazón acelerado.—Disculpa la hora sé que en New York es de madrugada, pero necesito hablar contigo —Por un momento esas simples palabras me llenan de ilusión por un momento hasta que dice —El motivo de llamarte es para pedirte que hables con Carlo Dubois.¡Carlos Dubois! Aprieto mis dientes entendiendo por donde ira esta conversación.—¿Qué pasa con él? —Finjo no en
Jonathan Bonnet—¿Viajaremos? —Pregunta Eli confundida viendo como preparan mis maletas.—Yo viajare —Murmuro sin ver su rostro —Te quedaras resolviendo mi problema con Melissa luego te reunirás conmigo en Alemania.Ella me mira con una pregunta escrita en su rostro sin embargo termina diciendo.—¿Por qué vas exactamente Jonathan? —Otra vez vuelve a tutearme olvidando que es una empleada —Vas a detenerlo.No respondo solo muevo mi silla hacia la puerta sin esperar que el enfermero me ayude a salir de la habitación porque no quiero entrar en una nueva discusión con ella. ¿Cuándo realmente no se por lo que voy en realidad para Alemania?Como no obtiene una sola respuesta de mi parte ella agrega con seguridad.—De acuerdo resuelvo lo de Melissa no tomara mucho tiempo en unos días llegare para reunirme contigo Jonathan —Son las últimas palabras que escucho antes de desaparecer por la puerta.En el pasillo mi cabeza es un lio, pero hay un pensamiento que revolotea insistente estar equivocá
Alejandra Marie CostaMe remuevo inquieta sobre la cama busco su calor a mi lado sin embargo mi mano coincide con sabanas frías él no está…, abro mis ojos lentamente la tenue luz que se cuela entre las cortinas me ayuda comprobar que Richard no se encuentra en la habitación.El ultimo recuerdo en mi cabeza antes de quedarme dormida es permanecer entre sus cálidos brazos en nuestro camino a casa luego absolutamente nada. Me incorporo con cuidado lo suficiente para encender la lampara sobre la mesa de noche estudiando la habitación ningún rastro de su ropa lo que significa que tiene horas fuera.¡Richard!Como si con solo decir su nombre en mi cabeza fuera suficiente para hacerlo aparecer me quedo mirando hacia la puerta esperando que en cualquier momento entre por ella cuento los minutos con paciencia así transcurren varios, pero no lo veo entrar por ella que puede estar entreteniéndolo.Me incorporo con cuidado notando que llevo una cómoda pijama sonrió imaginando como disfruto ponérm