Jonathan BonnetEl teléfono sobre la mesa de noche anuncia una llamada entrante estiro mi brazo cogiendo el dichoso aparato con mi mano para luego deslizar mi dedo sobre la pantalla sin cerciorarme de quien se trata aun semi inconsciente con los ojos cerrados hago todo sin ningún entusiasmo realmente me importa un carajo quien me esté llamando de madrugada.Pero cuando escucho su melódica voz al otro lado de la línea pierdo completamente el sueño.—¿Jonathan? —Es ella reconocería su voz incluso inconsciente —¿Jonathan?—Alejandra —Digo incorporándome en la cama para colocar mi espalda contra el respaldo de madera con mi corazón acelerado.—Disculpa la hora sé que en New York es de madrugada, pero necesito hablar contigo —Por un momento esas simples palabras me llenan de ilusión por un momento hasta que dice —El motivo de llamarte es para pedirte que hables con Carlo Dubois.¡Carlos Dubois! Aprieto mis dientes entendiendo por donde ira esta conversación.—¿Qué pasa con él? —Finjo no en
Jonathan Bonnet—¿Viajaremos? —Pregunta Eli confundida viendo como preparan mis maletas.—Yo viajare —Murmuro sin ver su rostro —Te quedaras resolviendo mi problema con Melissa luego te reunirás conmigo en Alemania.Ella me mira con una pregunta escrita en su rostro sin embargo termina diciendo.—¿Por qué vas exactamente Jonathan? —Otra vez vuelve a tutearme olvidando que es una empleada —Vas a detenerlo.No respondo solo muevo mi silla hacia la puerta sin esperar que el enfermero me ayude a salir de la habitación porque no quiero entrar en una nueva discusión con ella. ¿Cuándo realmente no se por lo que voy en realidad para Alemania?Como no obtiene una sola respuesta de mi parte ella agrega con seguridad.—De acuerdo resuelvo lo de Melissa no tomara mucho tiempo en unos días llegare para reunirme contigo Jonathan —Son las últimas palabras que escucho antes de desaparecer por la puerta.En el pasillo mi cabeza es un lio, pero hay un pensamiento que revolotea insistente estar equivocá
Alejandra Marie CostaMe remuevo inquieta sobre la cama busco su calor a mi lado sin embargo mi mano coincide con sabanas frías él no está…, abro mis ojos lentamente la tenue luz que se cuela entre las cortinas me ayuda comprobar que Richard no se encuentra en la habitación.El ultimo recuerdo en mi cabeza antes de quedarme dormida es permanecer entre sus cálidos brazos en nuestro camino a casa luego absolutamente nada. Me incorporo con cuidado lo suficiente para encender la lampara sobre la mesa de noche estudiando la habitación ningún rastro de su ropa lo que significa que tiene horas fuera.¡Richard!Como si con solo decir su nombre en mi cabeza fuera suficiente para hacerlo aparecer me quedo mirando hacia la puerta esperando que en cualquier momento entre por ella cuento los minutos con paciencia así transcurren varios, pero no lo veo entrar por ella que puede estar entreteniéndolo.Me incorporo con cuidado notando que llevo una cómoda pijama sonrió imaginando como disfruto ponérm
Richard MüllerMantengo mi rostro entre las manos rogando que mi niña y mi hija estén bien cuando llegamos al hospital nos recibieron de inmediato ella fue puesta en una camilla bajo la atenta evaluación de los médicos su rostro estaba mortalmente pálido mientras que su respiración apenas era un murmullo perceptible.La peor pesadilla de mi vida se estaba desarrollando ante mis ojos no prestaba atención a las palabras de los médicos concentrado en el rostro de mi esposa solo Marian trataba de responder a las preguntas que lanzaban los galenos. Lo único que mi cerebro lograba entender en mi embotamiento era sobre mucha sangre, desprendimiento, sufrimiento fetal, necesidad de realizar una cirugía.—Richard —Escucho decir a Marian —Ellas estarán bien ahora están en manos de profesionales que van a ayudarles te necesitan fuerte no puedes quebrarte en este momento ¡Me estas escuchando!Pero no respondo tengo miedo decir que estoy de acuerdo con ella cuando fui quien vio su rostro cuando se
Jonathan Bonnet—Jonathan —Carlo sale de una habitación dentro de la suite murmurando mi nombre —Que bueno finalmente te decidiste venir estaba pensando mandar por ti, pero fue mejor que te me adelantaras. Bien ahora que te encuentras en Alemania todo será mucho más fácil para conocernos.Asiento aceptando su palabra sin hacer ningún comentario solo estudiando la interacción de ambas personas sorprendiéndome de su gran parecido.Carlo nota mi desconcierto sin perder su sonrisa se aproxima en mi dirección palmeando mi hombro mientras agrega.—Oh, si ya conociste a Margaret permíteme que los presente formalmente Jonathan ella es tú hermana espero que se lleven bien —Agrega como si nada elevando su mirada hacia la mujer que todo el tiempo mantiene una falsa sonrisa en su rostro mientras me estudia con atención.—Un gusto Margaret —Digo sin hacer notar mi incomodidad ante el escrutinio de la mujer todo el tiempo sobre mí luego la supuestamente hermana mía se acerca al bar para coger una b
Jonathan BonnetMe quedo completamente rígido en el umbral de la puerta sin realizar un solo movimiento por avanzar sobre mi silla viendo como el hombre que considero mi rival cae sobre sus rodillas llorando desconsolado. Sus sollozos son desgarradores.Ella está en estado de coma… es lo que dice el medico que en términos mortales significa que está muy grave cierro mis ojos con fuerza no puede ser cierto.Apenas unos días han pasado que me hablo molesta exigiendo que detenga las acciones de Carlo. Todo parece una burda mentira. Cierro con fuera mis ojos sintiéndome incapaz de continuar viendo todo lo que se está desarrollando frente a mí en este momento. Negándome en aceptarlo.Pero si fuera mentira porque Richard estaría tan desconsolado llorando como un niño perdido. Y quienes están acompañándolo no están en condiciones mejores que él. La mujer por quien tenemos una enemistad una disputa jurada entre los dos esta fuera de nuestro alcance durmiendo en un sueño profundo.—Jonathan —A
Richard Müller—No puedes continuar así cariño necesitas descansar también comer algo ¿Cuánto tiempo piensas que soportaran tus energías de esta manera? —Insiste mi madre con preocupación —Por favor, Richard, hazlo por ellas si enfermas Alejandra estará muy molesta contigo.—Mamá—Nada de mamá mueve los pies iremos por comida mandé a casa por ella también pedí tus platillos favoritos hijo —Me toma de la mano instándome a levantarme de la silla para guiarme hacia la sala dentro de una habitación que mis padres solicitaron para nuestro uso mientras mis niñas permanezcan en el hospital.En una mesa esta dispuesto varios platillos entre ellos mis favoritos como menciono mi madre, pero también encuentro muchos de los postres que le encantan a mi niña.Imito las acciones de Axel que toma un plato rellenándolo de diversos aperitivos luego busca donde sentarse tomo uno de los postres llevándolo a mi boca disfrutando el dulce sabor pensando en Alex que siempre elige precisamente el mismo que e
Richard MüllerLos días transcurren lentamente mientras mi corazón se impacienta, pero lucho contra esa emoción distribuyendo las veinticuatro horas del día entre mi hija y esposa olvidándome por completo de mi trabajo por suerte cuento con Marian y Nathaly para encargarse de las situaciones más próximas que no requieran mi presencia.En cuanto a todos los demás han adoptado una rutina similar parece que nos hemos convertido en residentes permanentes en el hospital mis padres prácticamente se apoderaron de un nivel completo en el edificio para nuestra comodidad.De esa manera me resulta más fácil para no dejarlas mucho tiempo al cuidado de otras personas solo pensarlo me produce mucha ansiedad por eso mismo por la insistencia de mi madre trato de no saltarme mis comidas para tener la fuerza que necesito para afrontar esta difícil prueba.La rutina que he desarrollado en estos últimos días me ayuda un poco a controlas mis emociones sentirme útil al lado de ellas me ayuda mantenerme con