Alejandra Marie CostaDespertar entre el calor de sus brazos disipa cualquier mal sueño que acuda a mi mente mientras voy siendo consciente de un nuevo amanecer a lo lejos puedo escuchar la lluvia caer contra el techo de teja por lo visto la temporada de invierno está por llegar trayéndome gratos recuerdos de cuando era niña mantengo mis ojos cerrados sin ninguna intención de salir de cama solo me refugio en el calorcito que desprende el cuerpo de mi esposo es tan agradable sentir su respiración contra la piel de mi espalda.Mientras que su mano siempre se encuentra cubriendo mi estomago con delicadeza un leve cambio en la forma que lo hace me revela que está despertando. Richard es un hombre madrugador independientemente del horario que nos encontremos están puntual como un reloj suizo que difícilmente se queda dormido eso es una más de sus cualidades que me encantan de su personalidad porque habla mucho de su carácter responsable aparte de muchas más que lo me hacen amarlo con todo
Richard MüllerLa vibración de su cuerpo bajo el peso del mío hace que mi respiración se entrecorte cada jadeo o gemido que emite me recuerda que ella es la mujer mas importante en mi vida. Deslizo mis labios a lo largo de su garganta tomándome el tiempo de cubrir cada centímetro de su piel de besos húmedos.Su cuerpo se arquea buscando mayor contacto mi niña gimotea necesitada sonrió contra su piel encantado con cada una de sus reacciones ignorando el miedo que me invade desde que me dijeron que su embarazo era complicado me dejo llevar penetrándola despacio permitiendo que ella se adapte a mi tamaño sus paredes me aferran de una deliciosa manera que siento estar a punto de derramarme en su interior.Lucho por contenerme porque quiero que estar juntos después de tanto tiempo sea placentero para ambos que nuestra unión represente el más puro amor que puede sentir un hombre por su mujer.—Richard…—Si mi amor déjate llevar espero por ti —Murmuro entre sus labios.—Por favor, Richard…M
Richard MüllerObservo por el espejo retrovisor los movimientos de la camioneta todo el tiempo permanecieron fuera del pequeño restaurante sin dar la cara ni indicar cuales eran sus intenciones pensé por un momento que se atreverían hacer su primer movimiento cuando salimos del restaurante sin embargo se quedaron ahí sin hacer nada.La única explicación que acudió a mi cabeza es que no querían testigos, pero ahora estamos sobre la carretera viajando a un lugar que difícilmente tendremos ayuda de necesitarla y aunque busque salir en dirección contraria no considero que sea buena idea por el momento.Si esas personas deciden detenernos no tenemos hacia donde escapar me preocupa porque ahora además de mi responsabilidad con mi hijo y esposa llevo en este automóvil dos más que se verán afectadas. El apretón en mi mano por Alex me saca de mis cavilaciones esta asustada por lo que trato de tranquilizarla.Aunque no soy tonto si son hombres de Mario Costa difícilmente saldremos bien librados
Richard Müller—¿Quiénes son ellos? ¿Cómo? —Interrogo sorprendido, pero igualmente agradecido el señor Martin deja fija su mirada en el espejo retrovisor coincidiendo con mi mirada sabe quienes son esas personas que aparecieron de la nada.Suelta un suspiro manteniendo la mano de su esposa firmemente agarrada para brindarle consuelo.—Ellos llegaron hace unas horas buscando una pareja de esposos preguntaron por Richard Müller al principio desconfié de sus intenciones por lo que los negué la forma que ustedes llegaron me dijo que estaban en problemas necesitaban ayuda. No íbamos a revelar su paradero, aunque nos obligaran por lo que insistimos no saber nada de ustedes sin embargo la rubia que los acompaña es muy persuasiva.—¿Rubia?Los señores Martin asienten al mismo tiempo.—Si quien dirige a ese pequeño grupo de mercenarios es una chica —Nota mi incomprensión a sus palabras en especial cuando menciona la palabra mercenarios luego sonríe —Vamos hijo un exmilitar reconoce otro por lo
Richard MüllerMantengo a mi esposa refugiada entre mis brazos observando uno por unos los rostros de los chicos sentados unos metros frente de nosotros. Aunque el termino chicos no va con ellos todos incluida Tessa que solo tiene diecinueve años se ganaron a pulso su lugar dentro de un grupo letal de personas con habilidades que cualquier persona en sus cinco sentidos lo pensaría bien antes de ponerlos a prueba.—Todo sucedió tan rápido que cuando estábamos bajo su ataque era demasiado tarde —Comienza a relatar Marian —No logramos ser lo suficiente rápidos lo siento Richard cometimos un error pensando que estábamos tratando con un simple hombre con dinero.—¿Qué quieres decir Marian?—Precisamente lo que escuchas juzgamos mal a Mario Costa —Dirige una mirada de disculpa hacia mi niña porque a pesar de todo ese hombre es su familia —Nuestro error fue pensar que como un hombre rico solo dependía de su seguridad privada, pero nos equivocamos esos hombres no eran simple guardaespaldas Ri
Richard MüllerMi nueva afición además que adorar cada centímetro de su hermoso cuerpo es acariciar su pronunciada pancita puedo pasarme horas haciéndolo sin cansarme incluso dormido la busco entre mis sueños porque mantenerme en contacto con la piel que envuelve a nuestro hijo me hace sentir infinitamente bien. Abrigar con mi mano ese pequeño bebé que se formó de nuestra unión llena mi corazón de ternura, pero también existe otro sentimiento casi primitivo que me hace posesivo el simple hecho de saberlos míos.—Richard debes dormir no puedes pasarte en vela toda la noche y parte de la madrugada acariciando mi estómago, aunque es muy placentero quiero que duermas mi amor lindo —Murmura con tono divertido Alex.—Lo siento mi amor no quería despertarte mientras me dedicaba a consentir a nuestro hijo —Digo acercando mis labios a su cuello besando lentamente —Pero necesito que mi pequeño se sienta protegido por su padre en todo momento.—Te entiendo dime por lo menos dormiste un poco mi a
Richard MüllerNuestro camino hacia el aeropuerto donde nos esperaba el avión que nos sacaría de Italia fue sin contratiempos, aunque mi tranquilidad real llego finalmente cuando despegamos de la pista privada rumbo hacia Alemania.—No han sido días fáciles para ninguno me alegro de que se sienta lo suficientemente segura para quedarse dormida —Axel se acomoda en el asiento frente a nosotros suspirando —Hermano realmente no entiendo como lo soportas vivir constantemente con tú alma en vilo temiendo todo el tiempo que en cualquier momento alguien pueda arrebatarte a tú mujer en mi caso no lo soportaría. Por eso mismo me resisto enamorarme no quiero pasar por una tortura parecida considerando la cantidad de enemigos que hice con el pasar de los años.—Cuando la conocí no sabía que tendría por enfrentar para estar con ella, pero algo estoy seguro no me importa estoy dispuesto a cualquier cosa por la mujer que amo Axel.Él me estudia con la mirada sin comprender mis palabras porque como é
Jonathan Bonnet—¿Que sucede porque perdiste el color natural de tu rostro? —Pregunta entre cerrando los ojos por mi reacción — ¿Qué está escrito en ese mensaje que te altero tanto?—No sé qué está pasando mucho menos tengo idea de quien me envió este mensaje —Le muestro la pantalla de mi teléfono buscando en mi cabeza el responsable, aunque solo se me ocurre una sola persona y parece que Eli tiene el mismo pensamiento—Debe tratarse de Mario Costa insistiendo con sus jueguitos ¡infeliz viejo! Hasta cuando piensa dejarnos en paz.No tengo una respuesta por el momento para ese hombre solo somos peones en sus estúpidos planes.—Me gustaría darte una respuesta, pero desconozco que se trae entre manos —Luego un sombrío pensamiento acude a mi cabeza —Puede estar sugiriendo seguir por el mismo camino.—¿Qué?—Que sigue con sus planes de mantenerme en la vida de Alejandra —Ella abre los ojos horrorizada con mis palabras.—Es terrible que a ese hombre ni siquiera le importe un bledo que son p