Mis queridas lectoras mil disculpas por tardar en actualizar pronto publicare los capitulos que les debo de los dias que no lo hice.
Alejandra Marie CostaAunque no quería irme del hospital tanto mi abuela como Richard tienen razón necesito descansar después de tanta tensión de los últimos días no me conviene seguir estresándome más un ligero suspiro sale de mis labios acomodándome en el respaldo del asiento llevando mi mirada a perderse en la carretera.Debes en cuanto Richard me sonríe dulcemente a través del espejo retrovisor sin perder su concentración en manejar con calma el automóvil. No decimos nada cayendo en un silencio agradable sin necesidad de llenar los espacios con palabras más que solo una mirada o una sonrisa es suficiente para sentirnos cómodos entre nosotros.Pero la calma pronto es interrumpida por el tono en el teléfono de Richard de una llamada entrante que repica de manera insistente reflejando en la pantalla el nombre de Jonathan. Elevo mi mirada viendo la sorpresa en el rostro de mi esposo, pero igual activa el modo de manos libres para que ambos logremos escuchar lo que tenga que decir.—¿J
Alejandra Marie Costa—Richard —Murmuro su nombre luchando por contener las lagrimas con cada embiste del otro automóvil contra nosotros el miedo se apodera de mi corazón rezando que por casualidad aparezcan de la nada policías de tránsito por lo menos preguntándome a mi vez ¿dónde hay policías cuando se les necesita?Todos mis miedos de los últimos días acuden nuevamente a nosotros golpeándonos con fuerza mi único instinto para mantenerme de una pieza es llevar mi mano abierta contra mi estomago busca proteger desesperadamente a mi bebé sin evitar pensar que será de mi hijo si consiguen lo que se proponen quizás nosotros logremos resistir ser volcados pero la criatura en mi interior no va a resistirlo eso me hace sentir inútil porque a pesar de ser sus padres realmente no podemos protegerlo.Observo el rostro de completa concentración de Richard no se distrae por ningún momento de la carretera tratando de evitar un nuevo enviste del otro carro que nos persigue sin perder el ritmo a p
Richard Müller—La cabaña es perfecta para que una pareja pase sus vacaciones libres del ruido de las grandes ciudades, estoy segura que disfrutaran su estadía aquí existen muchos lugares lindos donde puede llevar a su esposa —Dice con alegría la amable señora —Me imagino que deben estar muertos de cansancio y hambre mientras sigo entreteniéndoles que pena con ustedes con mi intensión de mantenerlos como turistas de la zona —Ríe mientras en las comisuras sus labios se forman unas arrugas luego como si recordara algo menciona —Si les parece bien puedo traerles algo ligero para que coman estoy segura de que la futura mamá muere de hambre tiene que comer por dos un caldo de pollo será bueno para ella.La señora lleva su mirada hacia donde se encuentra Alex sentada acariciando con sus manos su pronunciada pancita de manera queda.—No queremos molestar si me indica ¿Adónde ir para comprar comida? Iré con gusto señora —Pero ella niega manteniendo su amable sonrisa.—Hijo la estadía también i
Alejandra Marie CostaNo quiero un enfrentamiento entre el hombre que siempre pensé era mi padre con Richard, pero es inevitable escucharlo decir esas últimas palabras me asustan, pero también soy consciente que mi esposo busca protegernos como puedo pedirle que haga lo contrario cuando yo misma estaba dispuesta a cualquier cosa por proteger a mi hijo como al hombre que amo sin impórtame mi seguridad.Estoy por decir algo cuando unos ligeros toques en la puerta que aún permanece abierta me llevan a elevar la mirada hacia nuestra amable casera por el momento. Viene acompañada por un señor mayor cargando tópper con comida.—Se puede pasar no estamos interrumpiendo un momento romántico de la linda pareja —Dice la señora entrando con una sonrisa amable —Trajimos muchas cosas ricas para que coman se que dije algo ligero, pero no por eso debe ser menos sustancioso.Ella coloca los depósitos sobre la mesa en el centro de la sala comenzando a distribuir la comida el delicioso aroma me envuel
Alejandra Marie CostaDespertar entre el calor de sus brazos disipa cualquier mal sueño que acuda a mi mente mientras voy siendo consciente de un nuevo amanecer a lo lejos puedo escuchar la lluvia caer contra el techo de teja por lo visto la temporada de invierno está por llegar trayéndome gratos recuerdos de cuando era niña mantengo mis ojos cerrados sin ninguna intención de salir de cama solo me refugio en el calorcito que desprende el cuerpo de mi esposo es tan agradable sentir su respiración contra la piel de mi espalda.Mientras que su mano siempre se encuentra cubriendo mi estomago con delicadeza un leve cambio en la forma que lo hace me revela que está despertando. Richard es un hombre madrugador independientemente del horario que nos encontremos están puntual como un reloj suizo que difícilmente se queda dormido eso es una más de sus cualidades que me encantan de su personalidad porque habla mucho de su carácter responsable aparte de muchas más que lo me hacen amarlo con todo
Richard MüllerLa vibración de su cuerpo bajo el peso del mío hace que mi respiración se entrecorte cada jadeo o gemido que emite me recuerda que ella es la mujer mas importante en mi vida. Deslizo mis labios a lo largo de su garganta tomándome el tiempo de cubrir cada centímetro de su piel de besos húmedos.Su cuerpo se arquea buscando mayor contacto mi niña gimotea necesitada sonrió contra su piel encantado con cada una de sus reacciones ignorando el miedo que me invade desde que me dijeron que su embarazo era complicado me dejo llevar penetrándola despacio permitiendo que ella se adapte a mi tamaño sus paredes me aferran de una deliciosa manera que siento estar a punto de derramarme en su interior.Lucho por contenerme porque quiero que estar juntos después de tanto tiempo sea placentero para ambos que nuestra unión represente el más puro amor que puede sentir un hombre por su mujer.—Richard…—Si mi amor déjate llevar espero por ti —Murmuro entre sus labios.—Por favor, Richard…M
Richard MüllerObservo por el espejo retrovisor los movimientos de la camioneta todo el tiempo permanecieron fuera del pequeño restaurante sin dar la cara ni indicar cuales eran sus intenciones pensé por un momento que se atreverían hacer su primer movimiento cuando salimos del restaurante sin embargo se quedaron ahí sin hacer nada.La única explicación que acudió a mi cabeza es que no querían testigos, pero ahora estamos sobre la carretera viajando a un lugar que difícilmente tendremos ayuda de necesitarla y aunque busque salir en dirección contraria no considero que sea buena idea por el momento.Si esas personas deciden detenernos no tenemos hacia donde escapar me preocupa porque ahora además de mi responsabilidad con mi hijo y esposa llevo en este automóvil dos más que se verán afectadas. El apretón en mi mano por Alex me saca de mis cavilaciones esta asustada por lo que trato de tranquilizarla.Aunque no soy tonto si son hombres de Mario Costa difícilmente saldremos bien librados
Richard Müller—¿Quiénes son ellos? ¿Cómo? —Interrogo sorprendido, pero igualmente agradecido el señor Martin deja fija su mirada en el espejo retrovisor coincidiendo con mi mirada sabe quienes son esas personas que aparecieron de la nada.Suelta un suspiro manteniendo la mano de su esposa firmemente agarrada para brindarle consuelo.—Ellos llegaron hace unas horas buscando una pareja de esposos preguntaron por Richard Müller al principio desconfié de sus intenciones por lo que los negué la forma que ustedes llegaron me dijo que estaban en problemas necesitaban ayuda. No íbamos a revelar su paradero, aunque nos obligaran por lo que insistimos no saber nada de ustedes sin embargo la rubia que los acompaña es muy persuasiva.—¿Rubia?Los señores Martin asienten al mismo tiempo.—Si quien dirige a ese pequeño grupo de mercenarios es una chica —Nota mi incomprensión a sus palabras en especial cuando menciona la palabra mercenarios luego sonríe —Vamos hijo un exmilitar reconoce otro por lo