Drako.—Habla —me recargue en la silla cuando observe el rostro de América en la pantalla.—Deberías preguntarme si me encuentro bien o si necesito algo. Siempre eres muy distante con las personas que estamos a tu alrededor. Eso es un fastidio a la larga.—Aja —pellizque el puente de mi nariz con bastante frustración. Ella más que nadie sabe que no me interesa lo que los demás piensen de mí.—Bien, por lo que veo te vale un sorbete lo que me pase, asi que comenzare diciéndote lo poco que se dé la chica a la que vigilo. Es todo un reto acercarme a ella, parece que siempre esta vigilada por los gorilas con los que vive.—Mmh —moví mis dedos al recargarlos sobre mis piernas.—Hace dias estuve hablando con ella, de hecho, ya no me dejan entrar a la residencia desde que llego un hombre. eso me pareció bastante extraño.—¿Qué hombre? —enseguida me entro la curiosidad.—Pues si lo supiera te diría su nombre y hasta lo que le gusta comer, pero me temo que yo también estoy en el mismo dilema q
—Ya puedes retirarte. Estaremos en contacto como es costumbre.—Si señor. Que tenga un lindo día.—Mmh.Continue con todo el trabajo que tenía sobre mi escritorio. Envie y recibi correos además de que me reuní con varios clientes que querían hacer negocios conmigo. Por lo regular en cada cita demoro de dos a tres horas, cosa que me provoca un intenso dolor de cabeza por el estrés. Imprimí los informes que mi secretaria le estregaría a los directivos para el mes siguiente y con todo en orden me despedí del personal más confiable que tengo en la oficina, el mismo hombre que me notifica cualquier cosa que tenga que ver con la empresa. Afortunadamente nadie sabe quien es, un punto más a mi favor, asi los demás encargados se mantendrán al margen.Recogí el arreglo floral que encargué en una de las mejores florerías de Italia. Un sentimiento de culpa se alojó en mi corazón al recordar que en mucho tiempo no he visitado a mi madre en el cementerio. Necesito hablar con ella, aunque solo sea p
—Hola, bienvenido ¿en qué puedo ayudarlo? —dijo la señorita de recepción cuando me acerque a la ventanilla.—Necesito hablar con el director del hospital. Es sobre un asunto privado sobre uno de sus pacientes.—Comprendo. En estos momentos no se encuentra el director, pero el encargado de área puede recibirlo.—Mmh —espere en la ventanilla a que la chica me indicara el numero de la oficina.—Lo está esperando. Suba al elevador y al fondo a la derecha encontrara el despacho del director.—Gracias —seguí las indicaciones que me dio la chica. Enfermeros y doctores caminaban en los pasillos trasladando a enfermos o simplemente haciendo su rutina nocturna. Antes de entrar llame a la puerta, no quiero encontrar algo indebido.—Adelante —el doctor se encontraba sentado detrás del escritorio —. Dígame ¿en qué puedo ayudarlo? ¿señor…?—¿Cuál es la condición de salud de Agnes Bianchi? —me mantuve de pie e ignoré la segunda pregunta que me hizo.—¿Disculpe? —es completamente normal que actúe de
—¿Qué haces aquí? ¿Cuándo volviste? —pregunto ilusionado o con la esperanza de poder entablar una conversación como antes lo hacíamos.—Mmh —me quite los lentes —¿Qué tanto ocultan?—¿Qué? —la pregunta que le hice lo desconecto de lo que realmente quería saber.—Ya sabes a lo que me refiero.—La verdad es que no lo se.—¿Qué es lo que le sucede a Agnes?—¡Es eso! —comenzó a reírse —. Creo que fuiste tú el que la mando a matar ¿Cómo crees que se siente?—Ese no es el caso y lo sabes bien Dorien.—Jodete —sonrío —. Ya tiene a otro hombre que si puede cuidarla.—Mide tus palabras —lo sujete de la solapa de su traje —¡¿Qué mierda esta haciendo ese colombiano en tu casa?!—¿Celos? —su maldita sonrisa me molesta.—No, claro que no. Una ramera como Agnes ya no me interesa —y de pronto sentí un intenso dolor en mi mandíbula. El idiota de Edgar me dio un golpe —. Vaya —escupí la sangre que tenía en el interior de la boca —. Ahora veo que la puta con la que antes me acostaba ya tiene a un pende
Edgar.—¡Pero ¿Qué te sucedió?! —no era mi intención asustar asi a Agnes cuando me vio llegar a la residencia, pero me temo que el momento no pudo ser inevitable. Espero que la impresión que cause en ella no le afecte a mi hijo.—No te asustes mi amor —la sujete de la mano cuando tome asiento en el sillón —. Estoy bien, solo fueron unos cuantos golpes.—¿Qué fue lo que paso? —Agnes dirigió la mirada hacia Dorien.—Drako y el resolvieron sus asuntos pendientes en el centro comercial—es verdad lo que dijo el señor. Hace tiempo que su hijo y yo debíamos aclarar todos los sentimientos que teníamos almacenados en el cuerpo. No puedo quejarme, ambos resultamos heridos y considero que sanaremos mucho mejor.—¡¿Qué?! —sus ojos se abrieron de par en par. Estoy seguro de que no podía creer lo que su suegro le dijo.—Dorien, por favor dejanos solos —desabotone mi camisa.—Ok —dudo por varios minutos, pero al final decidió irse de la sala.—Agnes siéntate aquí, por favor. Tenemos que hablar de al
—Porque es la primera vez que te escucho hablar asi sobre nuestro bebé. Es un hermoso regalo el que me has dado.—Seremos los mejores padres del mundo.Es completamente normal que me sienta como un indefenso gatito cuando estoy a su lado, ella transmite tanta paz que es imposible no quedarse a su lado. Soy consciente de que la paternidad es un enorme paso que estoy dispuesto a dar con el amor de mi vida. Ella ha formado lazos increblantables en mi alma y en mi adolorido corazón. Me acepto tal cual soy y en este poco tiempo en el que estuvimos separados pude entender que sin Agnes no soy nada, prefiero una y mil veces arrodillarme ante su belleza antes de perderla por completo. Reconozco que ese bebé es la salvación de muchos y con ello me incluyo a mí. Necesito ahora más que nunca permitirme ser feliz con dos seres que requieren de un par de brazos protectores que los refugien de toda la maldad que existe en el mundo.Estoy muy ansioso por ver cómo le crece la barriguita a Agnes, se v
Tres dias después de lo ocurrido.Agnes.Sentí horrible cuando miré a Edgar entrar a la casa golpeado, pensé lo peor y entre esos pensamientos siempre estuvo presente el nombre de Drako. Tal parece que el único problema en mi vida siempre será el o quizás ya entendí que su tormenta no se compara con la calma que percibo cuando estoy junto al colombiano. No me equivoqué al decir que son dos polos opuestos, es como el agua y el aceite… muy diferentes por dentro y por fuera. Solo espero que el bebé que estoy esperando sea una combinación perfecta entre su padre bilógico y yo.>Lo que ahora me mantiene estable es saber que Drako no pudo conseguir información sobre mi estado actual de salud, si hubiera sido todo lo contrario ahora estaría en medio de una guerra entre los dos reyes. Ambos estarían luchando por conseguir o por recuperar lo que algún día perdieron, cosa que me pondría en riesgo ya que por todo lo que los médicos m
—Mi Agnes, mi bella niña —medio abrió los ojos, pero por lo que pude ver en ellos ya no había esperanza de que mi madre salga de este hospital con vida —. Ya me queda apoco tiempo. Solo espero que tu padre este esperándome en el cielo.—No digas eso mama, aun tienes muchas cosas por hacer.—No hija, ya no tengo ningún motivo para quedarme en esta tierra.—Estoy yo, Drako y el profesor Roberts, sino lo quieres hacer por ti hazlo por nosotros que aun te necesitamos. Tienes que luchar por tu vida.—Mis dos hijos han decidido su camino y ya entendí que por más que quiera verlos juntos eso no será posible. Es como tú lo dijiste, no están hechos el uno para el otro es mejor que deje ese tema por la paz —tosió con intensidad antes de continuar —. Roberts solo fue una distracción que utilice para no morir de dolor por la muerte de tu padre.—Pensé que lo amabas.—Lo quiero y con eso me conformo para decirte que es una buena persona, pero jamás se comparara con mi Francesco, el sí fue el amor