Bogotá, Colombia.Edgar.Todo este tiempo e ignorado el dolor que causo su partida. Se que fui un imbécil al dejarla ir, pero no tenía otra opción más que permitirle ser libre y volar como tanto anhelaba hacerlo. Abrace el recuerdo que impregno en las sábanas de mi cama y con orgullo deleito mi vista con las fotos que dejo antes de decir adiós. No supe decirle cuanto la amo y el daño que causaría en mi cuando varios miles de kilómetros nos separan. Una dulce agonía que he tenido que padecer por ser un tonto. Merecía mucho más de lo que pude brindarle.>Estuve a nada de salir corriendo y tomar el primer avión con destino a Italia, varias veces me contuve de hacerlo ya que sé que no es el momento de que Agnes y yo nos volvamos a ver. Por mi parte he resuelto todos los pendientes que tenía, pero no sé si ella ya haya puesto un punto final con su pasado.—¿Patrón? ¿Esta escuchándome? —perdí el sentido de la conversación y es obvio que el capataz se dio cuenta
—No la conoces.—Umm, puede ser, pero debe de ser inmensamente feliz al tener un hombre como tú.—Lo mismo pienso.—Eres el dueño de la finca Duque ¿no es asi? —entrecerró los ojos para darle más suspenso al asunto.—Aja.—¿Y que hace un millonario en este humilde bar?—Todos tenemos derecho a divertirnos, el dinero no significa nada cuando la diversión es fundamental para una sana convivencia.—Hablas muy bonito para tener una cara tan bonita ¿Qué estudiaste?—Psicología y administración de empresas.—Vaya, sí que tienes cerebro. Pensé que solo eras un guapo más sin mentalidad.—Qué triste —me reí a carcajadas.—¿Qué harás esta noche? —acaricio mi mano con suavidad.—Me temo que ya la tengo reservada.—¿Le harás el amor a tu chica?—Siempre es un privilegio —me puse de pie ya que no deseo seguir con la conversación. Me acerque a la caja y pague la cuenta de todo lo que bebimos. No les dije nada a los trabajadores, se estaban divirtiendo como para que les arruinara el momento. El dueñ
—¿Tan mal están las cosas? Tus hombres no me dejaban entrar a la finca —la voz de Lurdes me provoco un intenso dolor de cabeza.—Algo asi —no me acerque para saludarla —¿Qué es lo que necesitas?—Que grosero eres.—Lurdes, las cosas no están bien. Entiende por favor mi postura.—Vale, ya no te molestes —levanto sus manos en señal de derrota —. Solo vine a visitarte.—No es un buen momento— camine por el pasillo hasta mi oficina.—Estas extraño desde que se fue la italiana esa. No entiendo porque te encapsulaste con ella sino es más que una simple ramera que se acostó con su hermano y me parece que también con su padre.—¡Controla tu maldita lengua! —la rabia que sentí al escuchar sus palabras me motivo a mirarla con odio y rencor —. Si solamente viniste a mi casa a joderme la existencia es mejor que te largues y me dejes en paz.—Perdoname, no quise…—la interrumpí.—Ya dijiste todo lo que tenías que decir —me aleje de ella para que no pudiera tocarme.—Ya está, comenzare de nuevo ¿val
Toda la tarde estuve revisando los informes de la empresa, ni siquiera me acorde de comer algo ya que la carga de trabajo era enorme. Entre los problemas de la producción y los de la finca el estrés esta montándome y no sé cómo podre encontrar de nuevo la calma. Tuve que tomar varias píldoras para aliviar el dolor de cabeza que estaba matándome. Antes de que pudiera seguir con lo que estaba recibi la llamada de una persona de la familia.—Hola —respondí.—Ya esta hecho. El persa acaba de salir de Colombia hace apenas unos minutos —reconocí la voz de mi primo. Nadie sabe que es uno de los mafiosos más buscados por el FBI, bueno, eso fue hace mucho, ahora solo tienen conocimiento de que se encuentra en el mas allá.—Gracias —le dije.—Ya sabes que estoy para ayudarte. Jamás podre olvidar lo que hiciste por mí. Estoy en deuda contigo —la cosa en sencilla de narrar. Hace muchos años mi primo estaba en peligro y fui yo el que lo oculto en la finca para que la policía no lograra encontrarlo
Drako.Estoy cansado de solo deambular entre los rincones de la casa, parece que soy un espectro que se mueve con el viento. En ocasiones converso de temas variados con el profesor para entretenerme, el aburrimiento esta consumiéndome, pero es necesario si quiero recuperarme al cien por ciento. Parlar con Carlotta es un caso perdido ya que por lo regular me invita a cocinar, cosa que no me gusta mucho hacer, pero me divierto con las ocurrencias que dice mi nana. Hace un par de días le confese todo lo que hice con el canalla que abuso de ella. Tomo la noticia bastante bien, de hecho, se alegró un poco de que por fin Bruno Marchetti se encuentre tres metros bajo la tierra. Creo que todo el daño que le hizo provoco que le guardara un inmenso rencor, no es para menos, por su culpa perdió a varios de sus hijos. También la cuestione sobre el nombre de mi padre, la muy astuta me dijo que no sabía con exactitud quien era pero que recuerda bien como era físicamente. En un tono de reproche la j
—Con lo que me dices me limpio el culo y me sobra cagada.—Deja de decir pendejadas y ponme atención ¿quieres?—Habla anciano —me serví un poco más de coñac.—¿Agnes decidió lo que va a hacer con ustedes dos?—La neta no lo sé, pero ya me vale lo que quiera hacer.—En fin, supongamos que decide estar con Edgar ¿Qué vas a hacer tu?—Mandarla a la verga.—¡No mames! —negó con la cabeza—. Te conozco bien, no vas a permitir que ese idiota se lleve a tu mujer o ¿sí?—Ya fue suya una vez y quizás el sea el indicado para hacerla feliz.—¿Qué es lo que te pasa? —la angustia de sus palabras me estremeció.—Soy el demonio, Roberts y el, es el ángel que le ayudo a salir de la oscuridad —suspire —. Agnes solamente me quiere para que le haga un hijo, eso es todo. Hace días le propuse que se quedara conmigo, le dije que puedo mantenerla, amarla y respetarla hasta que la puta vida asi lo quiera.—¿Qué te respondió?—Que no se quedara hasta que no le entregue el anillo de compromiso.—¿Y qué pretende
Roma, Italia.Flavio.Lo que viví en Colombia fue algo bastante duro de ver, pero me imagino que debe ser parte de los riesgos que se toman al seguir este camino de perdición. El pobre persa lo dejaron más feo de lo que es, la herida que le hizo el colombiano es bastante profunda, tuve que unir los dos extremos de le mejilla y me temo que la cicatriz que eso dejará será más horrible de lo que aparenta.—¡Maldito perro! —desde que aterrizamos en Italia no ha dejado de quejarse y gritarle a sus hombres como si ellos tuvieran la culpa de lo sucedido —¡Mátenlo al idiota!—Señor Ahmad, sabe bien que no podemos hacer eso —dijo su guardia personal.—Recuérdame el porque —dijo con una mueca de dolor. No entiendo como es capaz de hablar.—Porque el señor Duque es el protegido de Ochoa.—¡¿Quién mierda es ese perro?!—Uno de los narcotraficantes más poderosos de toda Colombia.—¡Me vale una mierda, quiero su cabeza en mi escritorio ahora mismo!—Ya calmate un poco, eres bastante dramático —le d
Agnes gritaba con desesperación mientras cubría sus oídos del ruido. La tome del cabello y arrastre su cuerpo por el piso. Sin querer una de las balas perforo su abdomen, el líquido rojo comenzó a salir y temí lo peor. Con rapidez rompí la blusa que traía puesta y revisé la herida. Coloque un tapón de ropa en el pequeño agujero con la intención de detener la hemorragia.—Me duele —valientemente posiciono sus manos en la herida.—Todo va a estar bien —si ella muere es seguro que yo también.Cuando intente moverme unos brazos me sujetaron del cuello enviándome directamente al suelo. El hombre que me sometía era bastante fuerte y pensé que sería mi fin. Con destreza cambiaron los papeles y de la nada ya estaba luchando cuerpo a cuerpo con el imbécil que intentaba colocar su arma muy cerca de mi cabeza. Golpeamos nuestros cuerpos con odio y rencor.—¡¿Quién eres?! —le di un cabezazo en su nariz.—Soy… —la sangre no lo dejaba hablar bien —. Me enviaron… para cuidar a… la señorita.—¡¿Quién