La noche de ayer fue un tormento, no pude dormir bien y la mente me torturo a todas horas. Solo espero que hoy pueda hablar con el señor Dorien sobre lo que descubrí. Preparé el desayuno, preferí comer algo ligero ya que mi estomago no estaba de buen humor, me temo que es por todo el estrés que estoy sintiendo en estos momentos. Bebi apuradamente una taza de té de manzanilla antes de tomar las llaves y salir de mi casa. Salude a los vecinos al subir al elevador, el Uber ya estaba esperándome en la planta baja asi que fue relativamente fácil llegar a la empresa. Para mi buena suerte las camionetas de mi jefe estaban aparcadas en el mismo lugar de siempre además de que su equipo de seguridad ya rodeaba la zona.>—Buen día, Agnes —muy amablemente me saludo la chica de recepción.—Hola, buen día —sonreí antes de seguir con mi camino. Escuche la voz del señor Dorien antes de salir del elevador, al parecer discutía con uno de los
—Barbaridades que le hizo a Alessia y la manera tan cruel como la trato desde que se caso con ella. También menciono las innumerables torturas que sufrió antes de quitarle la vida y fingir ante la sociedad que la muerte de su esposa fue por causas naturales.—Santo Dios.—Y eso no es todo, Bruno estuvo a nada de asesinar a Drako cuando aún era un bebé, no pudo hacerlo ya que obviamente perdería todo el dinero que le robo a Alessia mientras estuvo viva. Escondió el tema de la herencia para que el verdadero heredero no pudiera tomar posesión de todos los bienes y el dinero.—¿Todo eso lo escucho Drako?—Si, el fue el que hizo las preguntas. Tenia derecho a saber porque la persona que creía que era su padre no lo quería como naturalmente se ama a un hijo —acaricio su frente—. Bruno menciono aspectos que tienen que ver con tu madre, no te los diré porque no me corresponde hacer eso.—Ok —dos lagrimas salieron de mis ojos —¿Qué fue lo que hicieron con Bruno?—No es necesario que te lo diga
Drako.Tuve que explicarle todo al profesor Roberts, es un martirio innecesario que me mantenga sentado frente al escritorio mientras el vegete digiere todo lo que le dije. Entre preguntas y argumentos se unieron las piezas que faltaban en todo este juego del pasado que tanto me molesta. Lo más importante es que pude encontrar la verdad de lo que sufrió mi madre por mantenerme a su lado, lamentablemente no logro hacerlo ya que un imbécil le quito la vida de la manera más horrible posible. Lo único que falta es encontrar quien es mi padre biológico y dudo mucho que logre hacerlo. Las posibilidades son casi nulas y a estas alturas de mi vida no lo creo tan indispensable. Ya estoy lo suficientemente grandecito como para valerme por si solo, seria una pendejada que tenga que recurrir a alguien más para estar completamente lleno, hablando emocionalmente.—¿Buscaras a tu padre? —dijo Roberts.—No tiene caso que lo haga.—¿Por qué?—Jamás lo necesite y pues ahora tengo la vida resuelta.—Eso
Escuche los tacones de las zapatillas de Agnes, su dulce voz es como un imán para mis oídos. Ya reconozco todo de ella y podría jurar que en la distancia siempre llevare el olor de su perfume incrustado en mi nariz al igual que el sonido de sus gemidos.—Hola —dijo con una enorme sonrisa entre sus labios.—Hola —la vi quitarse las zapatillas —¿Me extrañaste?—No —hizo un puchero con su boquita.—Mientes —la vi subirse a la cama como una gatita.—Abrazame, tuve un día de locos —cubrí su cuerpo con mis brazos —. Estoy cansada.—Duérmete —acaricie su hermosa melena azabache. Ambos nos quedamos profundamente dormidos. Es increíble la manera en la que mi cuerpo se relaja cuando estoy con ella. Su alma tranquiliza a la mía enviándola a un descanso profundo.Desperté con su cuerpo entre mis brazos. Su espalda estaba unida a la mía en un abrazo eterno en donde su corazón se adaptó a los latidos del mío. Acaricie sus caderas y con fuerza pegue el resto de su ser más al mi tratando de fundirme
Bogotá, Colombia.Edgar.Todo este tiempo e ignorado el dolor que causo su partida. Se que fui un imbécil al dejarla ir, pero no tenía otra opción más que permitirle ser libre y volar como tanto anhelaba hacerlo. Abrace el recuerdo que impregno en las sábanas de mi cama y con orgullo deleito mi vista con las fotos que dejo antes de decir adiós. No supe decirle cuanto la amo y el daño que causaría en mi cuando varios miles de kilómetros nos separan. Una dulce agonía que he tenido que padecer por ser un tonto. Merecía mucho más de lo que pude brindarle.>Estuve a nada de salir corriendo y tomar el primer avión con destino a Italia, varias veces me contuve de hacerlo ya que sé que no es el momento de que Agnes y yo nos volvamos a ver. Por mi parte he resuelto todos los pendientes que tenía, pero no sé si ella ya haya puesto un punto final con su pasado.—¿Patrón? ¿Esta escuchándome? —perdí el sentido de la conversación y es obvio que el capataz se dio cuenta
—No la conoces.—Umm, puede ser, pero debe de ser inmensamente feliz al tener un hombre como tú.—Lo mismo pienso.—Eres el dueño de la finca Duque ¿no es asi? —entrecerró los ojos para darle más suspenso al asunto.—Aja.—¿Y que hace un millonario en este humilde bar?—Todos tenemos derecho a divertirnos, el dinero no significa nada cuando la diversión es fundamental para una sana convivencia.—Hablas muy bonito para tener una cara tan bonita ¿Qué estudiaste?—Psicología y administración de empresas.—Vaya, sí que tienes cerebro. Pensé que solo eras un guapo más sin mentalidad.—Qué triste —me reí a carcajadas.—¿Qué harás esta noche? —acaricio mi mano con suavidad.—Me temo que ya la tengo reservada.—¿Le harás el amor a tu chica?—Siempre es un privilegio —me puse de pie ya que no deseo seguir con la conversación. Me acerque a la caja y pague la cuenta de todo lo que bebimos. No les dije nada a los trabajadores, se estaban divirtiendo como para que les arruinara el momento. El dueñ
—¿Tan mal están las cosas? Tus hombres no me dejaban entrar a la finca —la voz de Lurdes me provoco un intenso dolor de cabeza.—Algo asi —no me acerque para saludarla —¿Qué es lo que necesitas?—Que grosero eres.—Lurdes, las cosas no están bien. Entiende por favor mi postura.—Vale, ya no te molestes —levanto sus manos en señal de derrota —. Solo vine a visitarte.—No es un buen momento— camine por el pasillo hasta mi oficina.—Estas extraño desde que se fue la italiana esa. No entiendo porque te encapsulaste con ella sino es más que una simple ramera que se acostó con su hermano y me parece que también con su padre.—¡Controla tu maldita lengua! —la rabia que sentí al escuchar sus palabras me motivo a mirarla con odio y rencor —. Si solamente viniste a mi casa a joderme la existencia es mejor que te largues y me dejes en paz.—Perdoname, no quise…—la interrumpí.—Ya dijiste todo lo que tenías que decir —me aleje de ella para que no pudiera tocarme.—Ya está, comenzare de nuevo ¿val
Toda la tarde estuve revisando los informes de la empresa, ni siquiera me acorde de comer algo ya que la carga de trabajo era enorme. Entre los problemas de la producción y los de la finca el estrés esta montándome y no sé cómo podre encontrar de nuevo la calma. Tuve que tomar varias píldoras para aliviar el dolor de cabeza que estaba matándome. Antes de que pudiera seguir con lo que estaba recibi la llamada de una persona de la familia.—Hola —respondí.—Ya esta hecho. El persa acaba de salir de Colombia hace apenas unos minutos —reconocí la voz de mi primo. Nadie sabe que es uno de los mafiosos más buscados por el FBI, bueno, eso fue hace mucho, ahora solo tienen conocimiento de que se encuentra en el mas allá.—Gracias —le dije.—Ya sabes que estoy para ayudarte. Jamás podre olvidar lo que hiciste por mí. Estoy en deuda contigo —la cosa en sencilla de narrar. Hace muchos años mi primo estaba en peligro y fui yo el que lo oculto en la finca para que la policía no lograra encontrarlo